La interdimensionalidad vista desde el presente es una frecuencia del futuro probable. Es el tiempo concéntrico al que se llega verticalmente. Es la arena del Espacio exterior o interior.
El vivir de manera interdimensional significa poder entrar en frecuencias simultáneas que existen en un grado vibratorio más rápido que el de nuestra realidad tridimensionalidad. Para comprender esas realidades, debemos rememorar los niveles de nuestro viaje evolutivo hacia la encarnación, cuando nuestra conciencia se proyectó desde lo informe hasta ir progresivamente adquiriendo formas más densas.
Debemos recordar el tránsito por cada uno de esos niveles y cómo en cada una de esas estaciones fuimos adquiriendo las diversas capas del vehículo que hoy somos. Estos vehículos continúan operando independientemente de nuestro conocimiento de cada uno de ellos.
Al ser nosotros inteligencia o conciencia pura, una chispa del origen o Sol Central, fuimos adquiriendo estos recubrimientos que representan estaciones descendientes de transformación y que a la vez nos proveen de vehículos de expresión para cada modalidad de vida. Estas modalidades contribuyen con nuestra vida en la tercera dimensión.
En otras palabras, las estamos utilizando sin siquiera saber qué es lo que usamos.
Cada dimensión podría ser burdamente definida como una facultad, un poder o la habilidad que nosotros como inteligencia conllevamos, desde el más amplio conocimiento cósmico hasta el nivel de detalle más minúsculo.
Durante el viaje inicial, cada dimensión se concentra en el espíritu que entra agregándole capacidad creativa mediante un sistema de especialización, hasta entrar a la cuarta dimensión que es un espejo de la tercera. Es aquí donde experimentará la más compleja especialización de la que es capaz: incorporará en sí de manera detallada la sustancia física del planeta y aunque ello parezca a veces sumamente frustrante por su miopía, servirá para concentrase y aprender la maestría en pequeñas dosis.
La tercera dimensión provee el recubrimiento neutral de la sustancia física del planeta mismo, permitiendo que conciencias de todos los niveles de maestría que se encuentren encarnadas pueden relacionarse entre sí. En las otras dimensiones sólo pueden coexistir vibraciones iguales. De esta manera, esta dimensión sirve como campo de prueba y aprendizaje, el lugar donde podemos actuar recíprocamente con espíritus encarnados que pueden estar más o menos evolucionados que uno.
Esa intención crea el karma, bueno o malo. Este plano lo continuaremos habitando hasta que podamos funcionar en él con maestría y responsabilidad. Esto incluye liberarnos de todas las formas y energías mal calificadas que hayamos creado mediante hechos o relaciones.
La parte nuestra que existe en este nivel físico es aquel mecanismo mejor capacitado para dominar el detalle o el tipo de vida requerido aquí. Sería totalmente inapropiado proyectar poderes puramente cósmicos en un mercado o proyectar una dinámica puramente física en el espacio cósmico. Cada nivel nuestro es una facultad mental expresada a través de la sustancia.
Si recordemos nuestro viaje de descenso, quiere decir que aún tenemos acceso a aquellas partes nuestras que expresan maestría en dimensiones cósmicas progresivas que están ocurriendo mediante los métodos de meditación y estados de alerta de la Nueva Era. Es la realización y utilización de todos estos conocimientos y la afluencia de caminos y formas para estar conscientes de todos los seres que en realidad somos.
Es importante entender que cuando nos comunicamos con seres no físicos como guías, maestros y profesores, lo estamos haciendo porque estamos en el mismo nivel que ellos. En realidad, nos estamos comunicando a través de nuestro propio ser que se encuentra a ese nivel. No necesitamos autorizar a fuerzas exteriores para que lo hagan puesto que somos dueños de la información y percepción que nos viene mediante nuestro propio ser superior. Las visiones de guías y maestros es muchas veces la percepción de nuestra luminosa figura existiendo en otras dimensiones.
La conciencia que habita la doceava dimensión puede ser traducida como aquella parte de nosotros que posee la semilla del poder: nuestro Dios Interior individual. Esta es la fuente de nuestra vida y vitalidad, de toda inteligencia y toda luz. Cada vez que rezamos o hacemos una invocación, nos dirigimos a esta Fuente como si fuese una figura externa, como si nos estuviéramos dirigiendo al mismo Dios. La luminosidad y carencia de formas registradas en el silencio y la amplitud de las experiencias místicas y transcendentales son comunes a la vida de esta dimensión. De Hecho, las experiencias religiosas pertenecen a cualquiera de las dimensiones más allá de la séptima, donde los seres y la realidad aparecen mucho más grandes, más luminosos y vibran con voltajes electrizantes de éxtasis y bienaventuranza. Cuando es posible, esta frecuencia penetra y se registra en el cuerpo físico a través del séptimo cuerpo.
Este nivel es el responsable de las facultades brillantes e intuitivas y de una inteligencia superior unificada. Mientras estamos encarnados penetramos y registramos esta frecuencia a través de nuestro sexto cuerpo.
El quinto cuerpo lleva la frecuencia hacia el cuarto a través de seis dimensiones y el cuero cuerpo o etérico, aparte de servir como un anteproyecto para el vehículo físico, actúa como cuerpo mensajero para la conciencia de los tres primeros cuerpos. Este cuerpo, al igual que el quinto (Cuerpo Mental Superior) también sirve a la Mente Superior.
Cuando los chakras situados en el Cuerpo Etérico que tienen focos correspondientes de actividad energética en el cuerpo físico a través del sistema glandular, funcionan mediante la personalidad, se cruzan corporal y dimensionalmente de la siguiente manera:
CHAKRA | CUERPO |
7º - Pineal | Cuerpo Mental Superior - 5º |
6º - Pituitaria | Mental Inferior - 3º |
5º - Garganta | Causal - 6º |
4º - Corazón | Electrónico 7º |
3º - Plexo Solar | Emocional - 2º |
2º - Ombligo, 3º, 4º y 5º | Etérico - 4º |
1º - Espina Dorsal | Físico - 1º |
No puedo dejar de enfatizar una y otra vez la importancia de aceptar y poseer esta información. La importancia de empezar a sentir a Dios dentro suyo, que Su poder, Sus pensamientos, Sus deseos y Sus Sentimientos, pueden encontrarse (y sólo pueden encontrarse) a través de sus propios pensamientos, sentimientos y deseos manifestados, mediante su propia intuición. Necesitamos afirmar nuestras habilidades mentales superiores y empezar a ejercer la maestría que nos es inherente a nivel de nuestro ser superior y nuestra interdimensionalidad.
Por supuesto, usted podrá preguntarse: "¿Si todo el mundo tiene estas facultades, por qué existen tantas diferencias?" La respuesta es que todo el mundo tiene acceso a estas partes de sí mismo pero no todo el mundo está equipado para manejar esas frecuencias; en parte porque nos han dominado aún sus tres primeros cuerpos o personalidad y en parte, porque quizás no han dominado de igual manera actividades en otras dimensiones. La condición más importante es la integración en el plano físico: la integración del cuerpo, la mente y el sentimiento. Como se ha dicho anteriormente hasta que no alcancemos esto no llegaremos a ningún lado.
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ALQUIMIA INTERIOR / DIVINA
Las fórmulas originales fueron veladas por simbolismos para evitar el abuso de los impuros y proteger sus prácticas. La alquimia nos ha llegado, siendo intensamente poderosa y capaz de transmutar, es inferior. La alquimia practicada por los antiguos y sobre la cual leímos en las civilizaciones Mayas y Atlantes es un acto divino, un circuito que va directamente a la fuente suprema de Luz y de vida.
El ejercicio de esta alquimia divina nos remonta a las más altas frecuencias vibratorias que podemos concebir. Esta frecuencia altera todos los niveles de realidad que estén por debajo de ella. Proyectándose más allá de la vibración del oro, se la representa por las sustancias cristalinas de la tierra: las piedras preciosas (del cristal al diamante)
La llave de la alquimia está en el conocimiento de la energía y la sustancia. La transformación, y esencialmente, la transmutación son posibles únicamente a través del conocimiento. No sucede en forma accidental. La materia es energía, la luz es energía, todo es energía en distintos estados de concentración. La vida en sí, como reconocen todos los alquimistas, es sustancia y la sustancia es energía.
El conocimiento más profundo se remonta a la más original de las energías: el aliento de fuego sagrado de Dios o Luz Cósmica. Existen leyes que gobiernan toda manifestación, aún las espirituales. La felicidad eterna, la Gracia, los Milagros, todos ellos son obra de leyes inmutables de Luz. Dios mismo fue concebido por los antiguos (especialmente los Mayas), como "El Dador de Forma y Medida", "El Dador de Vida". Mientras no reconozcamos el alcance de la causa, la Esencia o Fuente, la Divinidad, estaremos por siempre tergiversando sus efectos sin poder adquirir la verdadera maestría.
No sólo existe una causa para todo bajo el sol, sino que esta causa es inteligente. Todo lo que se manifiesta es expresión de la fuerza de vida energética y es inteligente. La energía responde a la actividad del hombre. Responde al pensamiento y a la dirección. Puede ser manipulada. El hombre tiene un rol sin igual en la Creación. Es la única especie que tiene poderes para manipular las fuerzas de la vida, de crear. La única especie que participa del Creador y de lo creado. El Encarnarse físicamente demuestra su compromiso con el planeta Tierra: el hombre toma la sustancia terráquea y se recubre de ella. Pero el hombre no es una realidad, él es inteligencia, la luz del conocimiento con potencialidades multidimensionales que trascienden su ser emocional y mental. El hombre es Presencia, Presencia Divina dentro de la materia. Al conocer y aceptar esa identificación se le permite conectarse directamente con el voltaje de la Fuente.
El uso consciente de este poder obtenido por identificación con la Naturaleza Dios, en vez de con la Naturaleza materia, produce la más elevada forma de manifestación.
Intención, Propósito y Mecanismo
El propósito de la alquimia interior es simple. Pretende elevar toda materia al nivel del espíritu o luz. Busca también corporizar la inmortalidad, crear un vehículo inmortal que pueda continuar manifestando la maestría. La materia posee diversos niveles de densidad y vibración que oscilan hacia frecuencias infinitas, incluyendo lo etérico y psíquico, el sonido, las graduaciones ultravioletas de luz y color.
Más allá del magnetismo (que incluye fuerzas físicas, mentales, emocionales y síquicas) existen fuerzas o pulsaciones más intensas y superiores manejadas por la Divinidad en sí y no por la personalidad. Las sustancias materiales manifestadas por la gravedad y el estado físico son energías positivas (sólidas). El conocimiento de la Divinidad es el eslabón entre las polaridades del espíritu y la materia, de lo positivo y lo negativo. Así como toda fuerza superior controla a la inferior, el conocimiento que se expresa a sí mismo por una Mente Superior está actuando con fuerzas vibratorias más elevadas que las de cualquier velocidad de naturaleza física. De esta manera, es capaz de controlar todo tipo de naturaleza y sus procesos naturales, incluyendo la muerte y al vejez.
Tener conciencia de una Mente Superior permite un estado de sabiduría más allá del intelecto que encierra todo el conocimiento porque es fuente de todo conocimiento. No le preocupa el método o el proceso sin la causa, el Ser. ES la Divinidad: YO SOY. La Mente Superior es la Suprema Presencia de nosotros mismos cuando estamos completamente presentes en el momento, con todas nuestras facultades y energías.
El poder del sentimiento es más difícil de asimilar. Tenemos una capacidad de sentir que va más allá de la emoción o las sensaciones. El poder y la respuesta generados emocionalmente son enormes. Proporciona el combustible para toda creación. El mundo, definitivamente, fue creado por amor, Dios es Amor. No existe mayor fuerza que el Amor. Es potencia máxima de energía porque es una concentración de pureza. Y qué es la Pureza sino una forma de luz cósmica o quizás antimateria, que no sólo se atrae a sí misma sino que simultáneamente irradia. El amor es pues, una fuerza que cohesiona y eterniza una actividad que se mantiene a sí misma.
El amor es tal concentración de la energía del sentimiento que donde quiera que se dirija producirá actividad instantánea y hará cumplirse los deseos. Pero aún no conocemos el verdadero poder del amor porque ignoramos el poder de la pureza.
El poder de la palabra hablada crea el campo de resonancia para la manifestación y la materialización. Aunque la palabra hablada es responsable del equilibrio o de la perturbación de nuestros mundos, casi ni se la considera un poder.
El mecanismo funciona así: el pensamiento o proyecto, como un negativo, es proyectado por la emoción y formulado por la palabra hablada. El sonido y la palabra hablada (que es vibración) proveen el material de creación. Por eso tenemos nuestros Abracadabras y Ábrete Sésamos nuestros mandatos alquimistas y decretos como la sentencia bíblica: "Y el Verbo se hizo carne". Los decretos y afirmaciones se expresan visualmente por símbolos o runas. Durante milenios se perdió el arte de utilizar el tono y diapasón correctos así como palabras que sellasen el sonido, pero se está recuperando a través de trabajos de experimentación con ultrasonido.
La creación empieza con una intención y se vuelve forma usando los tres poderes. La manifestación de la realidad (sea pensamiento sutil o aspecto físico) es gobernada por reglas o principios.
El proceso dual de alineamiento e integración coincide con la reestructuración de la mente en sí, desenredando sistemas de creencias y modos de percepción ineficaces. Al trabajar en conjunto, la purificación y el proceso de desenredo, se redescubren y convalidan sistemáticamente muchos datos concernientes a la naturaleza y mecanismos de la energía y la sustancia.
El resultado práctico de la alquimia interior es que nos enseña el arte de transformar la energía destructiva en constructiva. El odio o la rabia se convierten en amor, la sexualidad y la posesión se transforman en sensibilidad y libertad, el miedo en creatividad y alegría. De esta manera, la energía no sólo se conserva sino que llega a grados vibratorios más elevados fusionándose a un sistema que se prepara gradualmente para frecuencias cada vez más intensas.
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LA CAPACIDAD PARA EXPANDIR Y ALIMENTAR LA CONCIENCIA
La conciencia del hombre es en cierto modo, como la Tierra en primavera. Tiene el poder de impartir la vida a cualquier semilla que sea esparcida sobre sus entrañas por el hombre, el pájaro, el viento o por cualquiera de los mensajeros de la naturaleza. La tierra no discrimina, notarán, sino que simplemente cumple su Propósito Divino al proveer el sustento y el alimento, mediante el cual la semilla llega a tener su valor plenamente exteriorizado.
De la misma manera la conciencia del hombre tiene la capacidad para expandir y alimentar lo que ésta plantó dentro desde el reino de la ideación, sea el sembrador sabio de una cosecha que será benéfica o mediante la diseminación al azar de las semillas impuras e imperfectas. Dentro del reino de la conciencia llega una idea y la conciencia inmediatamente comienza a germinar y expandir la plenitud de esa idea. Es de ese modo que los centros creadores que forman el poder más grande de la humanidad, están constantemente alimentando eso que accidentalmente se ha sembrado en sus campos. El agricultor que trata de producir una cosecha que sea benéfica para su familia y su vecindad es mucho más cuidadoso con lo que siembra dentro de su campo que el hombre o mujer más inteligente, que acepte dentro de la conciencia, a través de cualquiera de los medios de la visión, audición, etc., semillas que deben, por naturaleza de su propia conciencia, vivir y florecer en su vida, porque la conciencia no puede discriminar, sino que es el Espíritu, el alma y el individuo que es el director y Creador de la conciencia quien PUEDE, DEBE y DESEARÁ algún día, comprendiendo los poderes creadores que trabajan siempre dentro de él mismo, proteger el reino de su conciencia y poner en movimiento ÚNICAMENTE aquello que cultive EL BIEN
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FANTASMAS - FRECUENCIAS VIBRATORIAS
Al descubrir las frecuencias vibratorias, se llega a comprender, que los fantasmas no son imaginarios, sino reales.
En primer término, quizás sea útil estudiar la definición de unidad ángstrom. Una unidad ángstrom es el centésimo millonésima parte de un centímetro (un centímetro dividido en cien millones), y es utiliza para medir la longitud de las ondas lumínicas.
Cada persona vibra en una frecuencia de unidades ángstrom por segundo completamente individual. Cuando esa frecuencia aumenta, el cuerpo físico es invisible a la vista física de otra persona. Cuando la frecuencia disminuye, el cuerpo físico vuelve a ser visible a los ojos físicos.
Esto se comprende mejor mediante la analogía del ventilador eléctrico. Cuando miras un ventilador pagado, ¿qué ves? Un círculo. Algunas partes del círculo (las paletas del ventilador) son opacas (sólidas) y no puedes ver a través de ellas. Otras partes del círculo (los espacios entre las paletas) te permiten ver el otro lado, lo que estás detrás del ventilador. Por lo tanto, parte del círculo es visible y parte, invisible. Las paletas son materia densa; los espacios entre ellas… sólo aire.
Ahora bien, cuando enciendes el ventilador a baja velocidad, comienza a girar con cierta frecuencia y, por un rato, el círculo parece denso y sólido. Ya no puedes ver a través de él en ningún punto. Si lo pasas a esta velocidad, la frecuencia aumenta y el círculo pasa de masa aparentemente sólida a un círculo de aire, sin obstrucción de materia densa; entonces puedes ver a través de todo el círculo. Puede parecer ilusión óptica, pero no es así; es realidad. "Cuál es la diferencia entre el círculo sólido del ventilados a través del cual no se puede ver y el círculo vacío que permite ver atrás en todos sus puntos? La velocidad a la que giran las paletas. Por lo tanto, para el ojo físico, la diferencia entre lo visible y lo invisible radica en la velocidad a la que vibra el objeto visto… o no visto.
Una persona en forma astral, sea que haya muerto hace mucho tiempo o recientemente , o que está durmiendo, momentáneamente fuera de su cuerpo, "gira" a tal velocidad, vibra en tal cantidad de ondas lumínicas o unidades ángstrom por segundo que la persona común, en el mundo físico, no puede verlo con el ojo físico; por lo tanto, el cuerpo astral es invisible.
A veces alguna persona ultrasensible eleva su propia frecuencia de manera inconsciente, por algunos momentos, y entonces pueden ver con el ojo físico formas invisibles para quienes no estamos tan bien afinados. Por lo tanto, algunas personas pueden "ver un fantasma", ocasionalmente y por períodos breves, por lo común durante unos pocos segundos. La forma astral así visa no siempre es la de una persona muerta, pero casi siempre se lo cree así. Puede se el de alguien que está durmiendo en esos momentos, en cualquier lugar del mundo, y cuyo cuerpo astral está vagando libremente.
También puede ser un extraterrestre (una persona del espacio) o un maestro, un gurú, un avatar. En el caso de la persona dormida, el incidente suele ser puramente accidental, causado por la sensibilidad de quien lo ve, y no por el cuerpo astral del durmiente.
Sin embargo, los avatares pueden aumentar o reducir de manera consciente y deliberada la frecuencia de vibración de sus cuerpos, a voluntad, a fin de tornarse visibles o invisibles para quienes están menos iluminados y que, por lo tanto, vibran a una menor cantidad de unidades ángstrom por segundo.
La conmoción inicial de ver semejante demostración con los propios ojos, sin ninguna clase de "droga alucinatoria", con al mente perfectamente clara, resulta pavorosa, abrumadora, desconcertante y extraña hasta lo inexpresable. Pero la repetición lo convierte en algo tan natural como un ventilador eléctrico.
Como ya sabemos, la percepción de sonidos de una frecuencia más alta, recibe el nombre de clariaudiencia. El VER a un cuerpo astral que vibra a una frecuencia mayor se llama clarividencia. Algunas personas poseen el don de la clariaudiencia; otras el de la clarividencia, y hay quienes dominan las dos cosas. Además, existen esas "apariciones o desapariciones" que se presentan por voluntad de un maestro, avatar o gurú, que puede dominar su propia frecuencia vibratoria para hacerse visible o invisible, aún para quienes no poseen el don de la clarividencia…o de pronunciar palabras y sonidos audibles incluso para quienes no poseen la clariaudiencia.
Por lo tanto es posible "ver" y "oír" a un fantasma, a veces por separado, a veces al mismo tiempo, mediante una combinación de clariaudiencia y clarividencia.
¿Tales entidades pueden mover objetos y manipular materia? Sí que pueden. Las entidades astrales de diversos tipos que he mencionado no son simples imágenes, etéreas impresiones flotantes. Están controladas por el YO Superior o Espíritu del Cuerpo Astral y por la mente y el alma, que aún existen y operan. YO Superior, Mente y Alma no dejan de existir ni de funcionar tras la muerte del cuerpo físico, al cual el cuerpo astral está superpuesto y a cuyo aspecto se ajusta con exactitud. La mente, el alma y el yo superior son muy capaces de manipular la materia, así como pueden elevar y disminuir la frecuencia vibratoria del cuerpo astral del muerto o del durmiente.
Una de las situaciones que suelen provocar la aparición de fantasmas es que la mente y el alma, aún existentes, se ven atraídos hacia algún sitio en donde experimentaron emociones intensas mientras el cuerpo físico vivía. Y el Yo Superior o Espíritu debe acompañarlas, incluso contra su voluntas. ¿Por qué? Por el libre albedrío.
Tu YO Superior o espíritu está siempre allí, nunca separado de tu mente y alma (que está fuera del cuerpo), ni en la vida ni en la muerte. Siempre allí, siempre dispuesto a guiarte y ayudarte en los tramos escarpados del camino o cuando las cosas se ponen difíciles, pero incapaz (por el don del Libre Albedrío) de imponerte sabiduría o poder. Este "ángel guardián", tu verdadero yo, el tú-de-ti, posee toda la sabiduría, toda la verdad, toda la inocencia y todo el poder. Pero no puede iniciar una comunicación efectiva. Debes hacerlo tú (y aquí el vocablo "tú" se refiere a tu propia mente, operando por medio del cerebro-computadora) y a tu propia alma, operando por medio del Tercer Ojo. Tú debes hincar y establecer la comunicación. Por tu Libre Albedrío, debes decidirte a sintonizar tu YO Superior y recibir, de ese modo, todo el poder al que tienes derecho por naturaleza, desde tu primera encarnación en un cuerpo de carne… y a través de tus encarnaciones subsiguientes, incluida la actual, por supuesto. Se podría decir, como verdad eterna, que "a ti te toca mover" en el juego de ajedrez espiritual.
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