Cansado y decepcionado, el egiptólogo Howard Carter, conocedor de las dificultades e inconvenientes que reviste la búsqueda de tumbas en Egipto, decidió una calurosa tarde junto al Nilo abandonar la búsqueda de la momia del faraón Tutank-Amón
Creía estar muy cerca del hallazgo y seguro de encontrar uno de los tesoros más grandes de la historia de la arqueología. Sin embargo, serias dificultades económicas, la falta de apoyo de los lugareños y unos extraños mareos que se repetían diariamente hicieron que Carter volviera a Londres.
Las cosas cambiaron rápidamente. A decir del propio Carter, sin saber por qué, una mañana se colocó en el dedo anular de la mano derecha un extraño anillo esculpido en piedra de gres que había encontrado en la momia del Faraón Juá, del que se decía que habría sido Atlante.
A partir de allí todo comenzó a cambiar para él.
Una tarde, en un típico bar londinense, Carter conoció a un aristócrata que por varios años había corrido carreras automovilísticas y luego de sufrir un accidente en un torneo de equitación, el que lo dejó con varias secuelas, se había dedicado a la egiptología. Se trataba de Lord Carnarvon un millonario aristócrata inglés.
Carter, con su apasionamiento y su conocimiento práctico del suelo egipcio, convenció rápidamente a Lord Carnavon, para que financiera su expedición final.
Durante largo tiempo, el valle de los reyes fue testigo de grandes excavaciones dirigidas por Carter y supervisadas por Carnavon que iba y venía desde Inglaterra.
El 4 de noviembre de 1922, bajo el signo de Escorpio, se produjo el hallazgo. Ahmed Gurgar, capataz de Carter había encontrado un peldaño esculpido en la roca con importantes leyendas.
Esa noche Carter tuvo extraños sueños; se veía absolutamente sólo, ya en Londres, con el hallazgo y la momia en sus brazos. A la mañana siguiente, dirigió un telegrama a Carnarvon y esperó su llegada.
El 24 de noviembre en presencia de Carnarvon se iniciaron las obras que llevaron al descubrimiento final.
Luego de varios meses, se llegó a la cámara principal. Allá una tablilla de arcilla decía amenazante "La muerte abatirá sus alas sobre aquel que interrumpa el sueño del faraón".
El 23 de febrero ante veinte personas, se procedió al momento más emocionante de la vida de Carter. Se abrió la cámara donde apareció el fabuloso sarcófago de oro macizo, allí otra leyenda, esta vez inscripta en una figura mágica llamó la atención de los presentes: "Soy aquel que ahuyenta a los ladrones de tumbas y el que protege la tumba de Tutank-Am5n'."
LAS VICTIMAS DE LA MALDICION
En pocos días Carnarvon enfermó. Con fuertes escalofríos y fiebres intermitentes fue internado en un hospital de El Cairo. Se pensaba que había sufrido una infección al cortarse mientras se afeitaba.
Al agravarse, sus amigos enviaron un telegrama a su hijo que se encontraba en Londres, el que acudió prontamente.
Una noche, al entrar el hijo de Carnarvon al hospital, sin ningún motivo que lo justificase, se apagaron todas las luces de la ciudad. Ante la mirada atónita de su enfermera, Carnavon exclamó sus últimas palabras: "Escucho tu llamado, allí voy Tutank-Amón".
En el mismo momento en que moría Carnarvon su perrita fox-terrier comenzó a aullar y agonizar en Londres. Un día después dejó de existir. Días más tarde murió la enfermera que lo había atendido.
La próxima víctima fue el arqueólogo Arthur Mace quien junto a Carter hizo ceder el muro de la cámara funeraria. Este se quejó de fatiga y dolor en el pecho y murió en el mismo hospital donde falleció Carnarvon.
A los dos días, un amigo de Carnarvon, magnate de Londres, quiso conocer la tumba funeraria. Al día siguiente con un cuadro de fiebre alta falleció.
El técnico radiólogo Archibald Douglas Reed, quien estuvo en contacto con la momia recortando las vendas que envolvían su cuerpo, tuvo que dejar de trabajar ya que se mareaba permanentemente y tenía escalofríos. Falleció un años más tarde en Londres.
En cuatro años el número de víctimas alcanzó a 20. De todas ellas 13 estuvieron presentes en el momento de la apertura de la tumba. Una de ellas fue la esposa de Lord Carnarvon, Lady Almina, quien murió tiempo después de quedar viuda.
El secretario de Carter, Richard Bethell, fue encontrado en la cama víctima de un posible ataque cardíaco. Su padre al conocer la noticia se lanzó hacia el vacío desde la ventana de su casa. Había dejado una carta donde decía que no soportaría más aquellos horrores.
Entre las víctimas se encontraron los arqueólogos André Benedite, Marco Passanovo, Alan Gardiner, Arthur Weingall, James Breasted, Garry Davis, y los excavadores Vinlock, Foucart, Harness, Callender y Astor, el coronel AudreyHerbert Oyueb se suicidó y el príncipe egipcio Al¡ Famry Bey fue asesinado luego que su hermano se quitara la vida.
Todas las muertes fueron por suicidio, accidente, o muerte súbita por paro cardíaco.
Actualmente sigue vigente la famosa maldición. No se sabe a cien y a cierta cuántas fueron las muertes hasta la actualidad.
Inclusive, en 1966, el gobierno egipcio intentó enviar a Paris algunas piezas pertenecientes a la momia de Tutank-Amón con un proyecto dirigido por Mohammed Ibrahim.
Ibrahim tuvo un sueño. Unas voces provenientes de tres momias le indicaban que no debía hacer el traslado.
Luego de afirmar las condiciones del envío fue atropellado por un automóvil al cruzar la calle.
Lo cierto es que Carter, sobrevivió a las muertes y falleció de muerte natural a los setenta y un años.
EL ANILLO ATLANTE Y LA MALDICION DE TUTANK - AMON
Hace mucho tiempo se conoció un diseño teleinfluyente atribuido al investigador André de Belizal. El mismo estaba conformado por líneas rectas y triángulos isósceles y su emisión energética fue sumamente beneficiosa para poder neutralizar las radiaciones nocivas producidas, en una vivienda por excesos de cargas negativas atribuí- das a una saturación en la red eléctrica.
Durante años se pudo comprobar la gran efectividad de los anillos construidos con el mismo diseño, llamados Anillo Atlante, dado que estos anillos no solamente armonizan al que los lleva sino que también, según consta de muchos testimonios dados por miles de personas, en distintos lugares del mundo donde se procesa el anillo, han prevenido de accidentes y desarrollado cualidades extrasensoriales.
¿Qué misterio encerraba tal diseño? ¿Era simplemente su forma la que producía tales prodigios?
Pronto comenzó a circular una leyenda. Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutank-Amón había utilizado el anillo. Según decían, Carter lo habla encontrado en la tumba del Faraón Juá, del que se dice que era atlante.
Carter había tomado ese anillo que estaba construido en gres, una piedra egipcia, y nunca más se lo había quitado.
Fue tal la importancia del anillo que se dice que Carter atribuyó su suerte al salvarse de la famosa maldición de los faraones al misterioso anillo del faraón Juá.
Un investigador de psicotrónica Arthur Teixeira, director de una clínica de psicotrónica de Suiza y otra en Río de Janeiro, fue testigo de la medición y fotografía del verdadero anillo Atlante y se pudo comprobar con asombro el poder energético de tan importante diseño.
A decir de los radiestesistas mencionados fue el anillo y no otra cosa la que salvó a Carter de la conocida maldición.
Hoy en día este diseño continúa ayudando a la humanidad, ya sea en forma de anillo, diseño plano, pulsera o collar.
COMO CONSTRUIR Y UTILIZAR CORRECTAMENTE EL ANILLO ATLANTE
En honor a la verdad debo mencionar que la verdadera forma y diseño del anillo es la que figura en hoja separada.
Existen modificaciones, algunas muy interesantes y de gran poder, pero considero que es importante mantener la forma original.
Si bien el diseño se ha popularizado en forma de anillo, también puede ser confeccionado en forma plana para armonizar un ambiente con gran efectividad.
Adjuntamente se darán las dimensiones y formas del anillo plano. Conociendo sus medidas y conservando la proporción podrás realizarlo también en medidas mayores.
Allí también se indica qué parte del anillo debe orientarse al norte.
Para obtener una armonización de un ambiente orienta el anillo plano sobre una mesa con una cara orientada hacia el norte. Déjalo allí y tendrás muy buenos resultados.
Con este diseño podrás construir también un anillo de plata, cobre y oro y utilizarlo para obtener positividad, energía y percepción extrasensorial, ya que el diseño absorbe energía permanentemente y se transforma en un acumulador, generador, amplificador y emisor de energía psicotrónica.
COMO PROGRAMAR EL ANILLO ATLANTE
El anillo atlante, en su forma plana o de anillo, por sí mismo acumula energía holotrónica y armoniza el lugar donde se encuentra.
Puede ser programado de la siguiente manera:
Sostén el anillo con ambas manos y llévalo a la altura de tu tercer ojo. Concéntrate en las rectas como si fueran una pantalla. Respira profunda y suelta el aire durante tres veces. Cierra los ojos e imagina con fe y confianza que tu deseo se proyecta en esa pantalla como si fuera un filme. Velo en todos sus detalles, con los ojos de tu mente. Luego de tres minutos el anillo estará, listo para utilizar.
Esta programación se adecua al anillo plano o al anillo circular.
Los anillos circulares realizados en plata y otro metal pueden descargarse de energías negativas colocándolos en agua con sal durante una hora por semana.
Los anillos planos de descargan al moverlos de su orientación.
EL ANILLO ATLANTE
El anillo Atlante, de Luxor o de Juá, es un poderoso equilibrados de energías, protege, desarrolla la intuición y previene de accidentes.
Puede construirse en cobre, madera o metal, en forma plana y también en forma de anillo para utilizar en la mano.
gracias alexis por tu articulo. Podrias especificar mejor las medidas. Estoy haciendo un dije forma plana me las medidas no logro saber bien cuales son....gracias
ResponderEliminarRecien leo esto, aunque sea tarde aca esta la imagen de un libro. Saludos. https://www.dropbox.com/sh/cuxq8j6cp4pfa5z/AAC7Or1V2c3Q91lCPq3qsEn1a?dl=0
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