martes, 18 de agosto de 2009

CLASE 19 – ESCALA EVOLUTIVA

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CLASE 19 ESCALA EVOLUTIVA QUE RIGE EN EL UNIVERSO

Todo en el cosmos evoluciona por aumento de conciencia. No existen los saltos evolutivos bruscos. El ser humano se apoya en planos de existencia inferiores y se inspira o referencia en planos superiores, pero nunca tan elevados que no puedan ser comprendidos.

La Escala Evolutiva o Ciclo de Manifestaciones es la expresión mediante la cual, la Esencia va adquiriendo diferentes sustancias a fin de reconocer el Universo que ella misma ha creado. Como toda energía, aquella que llamamos Dios también tiene dos polaridades: la positiva o Pensamiento Eterno de Creación y la negativa o Creación Manifestada. Del resultado de la interacción de ambas polaridades surge un "hijo" al que se la ha dado en llamar Universo.

Este "hijo" contiene en sí mismo la esencia y sustancia de su padre / madre y, por consiguiente, cada parte de su cuerpo también lo contiene. En el ADN de sus células está todo lo manifestado, sea esto visible o invisible, y el ser humano es una parte importante de ese organismo vivo.

Podríamos decir que este organismo llamado Universo consta, en principio, de siete partes o planos de existencia y que estos, a su vez, pueden ser subdivididos en otras siete partes o etapas dentro de cada plano. La evolución de cada plano o subplano estará determinada en la media que su estructura o comportamiento se acerca al inmediato superior. Esa evolución se consigue por aumento de conciencia.

Tratando de identificar cada estadío dentro de la Escala Evolutiva, podemos asignar a cada plano un número del 1 al 7, según sea su lejanía o cercanía al origen, siguiendo el mismo proceso con los subplanos, de tal manera que de una sola mirada, podamos identificar su posición con respecto a los demás.

Iniciando el recorrido desde el plano energético más alejando de la Fuente, nos encontramos con la PRIMERA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN MINERAL. En ella, la energía manifiesta un grado muy bajo de vibración. Forman parte de esta dimensión todos los elementos de la naturaleza conocidos como "masas inertes", es decir, carentes de vida orgánica. La evolución de estos elementos queda determinada por la absorción de energía que les hará ir transformándose en más sutiles, es decir, que los 1.1 serían los más densos energéticamente hablando, de la primera dimensión, mientras los fluidos gaseosos, por ejemplo, compondrían el escalón 1.7 de esa misma dimensión. Los líquidos ocuparían lógicamente, los subplanos inmediatamente anteriores a los estados gaseosos de la materia.

Siguiendo con el recorrido, nos encontraríamos con la SEGUNDA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN VEGETAL. Esta dimensión es sustancialmente distinta a la anterior, en el sentido de que ya incorpora el concepto de VIDA ORGÁNICA. En el subplano 2.1 nos encontraríamos con aquellos elementos relacionados directamente con el subplano anterior, es decir 1.7. son unas determinadas algas microscópicas que son las responsables, hace muchos millones de años, de la producción de oxígeno en vuestro planeta.

Los siguientes subplanos los compondrían vegetales cada vez más complejos y a la vez más útiles para las dimensiones superiores. Así, nos encontramos, en los subplanos cercanos a la tercera dimensión, con vegetales fundamentales para la alimentación y la salud de animales y personas, como son los cereales y las llamadas plantas medicinales.

La TERCERA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN ANIMAL se caracteriza, fundamentalmente, porque en ella aparee un elemento esencial: el cerebro. Aunque en dimensión vegetal no existe ese órgano, es cierto que las plantas tienen órganos de captación muy sutiles y que les hacen reaccionar ante las energías del entorno, no sólo antes los fenómenos atmosféricos o las temperaturas ambientales. También son capaces de captar la tensión, el miedo, el amor, las vibraciones musicales o los ruidos desagradables, mostrando su agrado en forma de lozanía o rechazo en forma de decaimiento.

El cerebro, no obstante, no aparece en la tercera dimensión hasta pasados algunos subplanos, concretamente hasta el subplano 3.3, donde se ubican los reptiles, los peces y las aves. Los subplanos anteriores a estos corresponderían, de forma muy general, a los protozoos y seres unicelulares (3.1) y a los insectos y los invertebrados (3.2). Por encima de ellos nos encontramos a los mamíferos y en el último peldaño de esta dimensión, a los primates y a los delfines, ballenas, etc., es decir, aquellos animales que, por su desarrollo cerebral y sus facultades intelectuales, son lo antecesores del ser humano, aún cuando la "naturaleza" eligiera a una determinada raza de primates para el desarrollo de vida humana, fundamentalmente dado el medio donde se tendría que desenvolver.

El mundo mineral, el vegeta y el animal son los soportes físicos que la humanidad de la Tierra necesita para su desarrollo, aunque el hecho de comer carne no es producto de la evolución natural, sino mas bien fue debido a la necesidad de supervivencia en tiempos remotos, cuando, por razones climatológicas, comenzaron a escasear los alimentos vegetales. De hecho, la dentadura del hombre terrestre está diseñada fundamentalmente para moler y triturar, no para desgarrar, como en el caso de los carnívoros. La adaptación al medio es, en ocasiones, causa de modificaciones en los hábitos alimenticios, como ocurrió en este caso.

Por fin, nos encontramos con el cuarto gran peldaño de la Escala Evolutiva: el ser humano, la CUARTA DIMENSIÓN. No voy a extenderme demasiado sobre este escalón evolutivo, pues ya narré anteriormente cómo se produjo su aparición sobre el planeta Tierra y cómo fue su desarrollo hasta alcanzar la capacidad de albergar un espíritu individualizado. Recordar, solamente, que el primer subplano (4.1) lo componen seres llamados Pitecántropos, según la denominación que les asigna vuestra antropología. El subplano 4.2 lo compondrían los hombres de Neandertal y Homo Sapiens. Estas dos etapas evolutivas corresponden a seres que se centran en aprender su entorno. Son como animales hábiles que utilizan herramientas para su supervivencia. Y, por último, el subplano 4.3 compuesto por el llamado hombre de Cro-Magnon u Homo Sapiens Sapiens, el antepasado directo del hombre terrestre actual.

A partir de ahí la evolución se manifiesta con unos parámetros distintos. Ya no es un desarrollo cerebral el que se persigue, ni siquiera un desarrollo en otras áreas del organismo. Los 4.3 tienen la misión de dirigir su planeta, poblarlo y construir sociedades armónicas.

Cuando el hombre accede al subplano 4.4 ya está completo a nivel físico. Su cerebro, por ejemplo, tiene ya una capacidad suficiente para incorporar otras funciones, las mismas que antes se contemplaban como capacidades paranormales, es decir, telepatía, pre-cognición, clarividencia, clari-audiencia, etc. Por lo tanto, en esta etapa evolutiva, la evolución va estrechamente ligada al desarrollo intelectual armónico, es decir, al equilibrio entre las funciones de sus dos hemisferios cerebrales. De hecho, si en la etapa anterior o 4.3 el hombre utiliza aproximadamente un 10 por ciento de su capacidad intelectual, ahora este porcentaje aumenta hasta el 25 ó 30 por ciento.

Este aumento en su capacidad cerebral se aplica en la creación de sociedades armónicas basadas, tanto en la correcta interrelación personal con sus semejantes y con la ecología del planeta, como en el conocimiento exhaustivo del mundo material. Durante el período de tiempo que dura su paso por este estado evolutivo, el hombre siente la necesidad de ser consciente del Universo que le rodea, de las manifestaciones materiales y energéticas, de sus procesos mentales y su esencia espiritual. No existen para ellos diferencias entre la materia y el espíritu, pues incorporan que ambos son parte de una misma cosa o Dios. Por tanto, su búsqueda incesante de la trascendencia la comienzan por el descubrimiento de la manifestación más densa del Creador. Sus civilizaciones se basan en estas premisas y, por lo tanto, desarrollan mecanismos sociales que descartan cualquier tipo de interferencias, es decir que el dinero, las guerras, las instituciones políticas, económicas o religiosas no tienen cabida en este tipo de sociedades, pues son conscientes que ellas fueron la causa que les impidió, como a vosotros un acceso rápido desde la etapa 4.3 a la que ellos viven en esos momentos ó 4.4.

Por supuesto, los mitos y leyendas, tan utilizados por el hombre de la Tierra para explicar aquello que por desarrollo intelectual no entiende, no tienen sitio en sociedades como las que se encuentran en este peldaño evolutivo. Por el contrario, aquello que escapa a su comprensión es objeto de estudios, análisis, investigaciones, etc., que les permiten, al menos, desarrollar hipótesis de trabajo razonables, que no les hacen caer en comportamientos irracionales o "mágicos". Su religión es pensar, reflexionar, analizar, pero no sólo con el consciente, también incorporan sus otras áreas cerebrales, ésas que en la etapa anterior eran grandes desconocidas, como el subconsciente o el inconsciente. De esta manera, el pensar se convierte en un concepto casi espiritual, pues ellos tienen el convencimiento que a Dios no se llega por la fe, sino por el conocimiento de sus manifestaciones.

Más adelante os contaré con detalle cómo son y cómo viven los hombres que forman parte vuestro próximo paso evolutivo, los hombres 4.4. Ahora, haré un rápido repaso por los restantes escalones evolutivos dentro de la dimensión humana.

Los hombres 4.5 ya han adquirido un conocimiento bastante notable del mundo material y del mundo de las energías. Su tarea como humanidad es la de aplicar ese conocimiento dentro de la ética y una moral que vosotros, hombres de la Tierra, interpretarías como sabiduría. Ellos son los que aportan a humanidades 4.3 el conocimiento de las leyes que rigen la naturaleza, la relación del hombre con el Cosmos, las claves para alcanzar el siguiente paso evolutivo. Ellos son, también, los que os dieron la información necesaria para entender vuestra propia divinidad, lo que se tradujo, lamentablemente, en la creación de lo que conocéis como escuelas herméticas y religiones institucionalizadas.

En cualquier caso, los hombres 4.5 son vuestro Hermanos Mayores, los que velan por la evolución de humanidades como la vuestra, los que en momentos de necesidad se comunican con vosotros. En el peldaño evolutivo máximo con el que podéis comunicaros telepáticamente. Esto que os digo es muy importante en orden a eliminar la posibilidad de comunicación con peldaños o dimensiones más elevadas, simplemente por una razón de vibración y capacidad de de comprensión de sus manifestaciones. Aquellos que, en la actualidad o en tiempos pasados, han afirmado estar en comunicación con cualquier tipo de divinidad, llámese ésta Jesús el Cristo, la Virgen María o el mismo Dios, sólo están interpretando, como realmente divinas, las manifestaciones físicas o energéticas de entidades que, a lo sumo, estarían situadas en el peldaño 4.5 de la escala evolutiva. No hay que olvidar, por otra parte, que muchos de los testigos de tales "apariciones" tienen un componente, manifiesto o no, de desequilibrio psíquico o emocional que les hace cree como reales las manifestaciones desordenadas de su propia mente.

Los hombres 4.6 y 4.7 continúan desarrollando sus capacidades físicas, energéticas y mentales para ir paulatinamente acercándolas en vibración a su esencia espiritual. Cuando se llega al final de la etapa 4.7, cuando ya se ha aprendido y asumido todo lo concerniente al Universo manifestado, ha llegado el momento de pasar a la siguiente dimensión, es decir, se sale de la llamada, por las tradiciones orientales, rueda de reencarnaciones. Ya no se necesita un cuerpo, puesto que en ese momento se es consciente de la manifestación física de Dios, de la relación existente entre la manifestación y la energía astral que vitaliza los organismos vivos, de la relación estrecha entre la mente y el cuerpo, en fin, de todo aquello que es causa de que el hombre reencarne cientos de veces a lo largo de la dimensión humana.

En esta etapa evolutiva, la relación de vibración existente entre el cuerpo físico y los demás cuerpos del hombres (astral, mental y espiritual) es prácticamente nula, es decir, el cuerpo físico es tan sutil que prácticamente es invisible, estando casi integrada su materia en el cuerpo astral, siendo, por otra parte, una manifestación perfecta tanto de la mente como del espíritu.

Entre otras muchas funciones los 4.4, 4.5, 4.6 y 4.7 son seres que, habiendo asimilado su papel como seres humanos en evolución, se ocupan de enseñar a sus semejantes, de otros lugares del universo menos evolucionado, para que avancen.

Nos encontramos así con el siguiente peldaño, la QUINTA DIMENSIÓN ó DIMENSIÓN ENERGÉTICA. En esta etapa evolutiva se encuentran aquellos seres que provienen del mundo material, tal como explicaba anteriormente. Carecen de cuerpo físico y habitan en soles. En los primeros peldaños 5.1, 5.2, 5.3 y 5.4 su función consiste en energetizar sistemas planetarios, sobre todos a ciertos elementos vitales para las dimensiones anteriores a la suya, como el aire, el agua, etc. En los últimos peldaños 5.5, 5.6 y 5.7 a medida que ascienden en la escala evolutiva, van emitiendo diferentes tipos de radiaciones, entre ellas la energía vital que, unida a algunos gases nobles, forman la energía astral. Son los llamados LOGOS PLANETARIOS.

Lamentablemente, la información que se tiene sobre esta dimensión no es muy abundante, dado que no tenemos acceso a ella por el nivel evolutivo en que se encuentra. Lo expuesto hasta ahora, es sólo una pequeña información tendiente a que vayáis incorporando el hecho de que la Manifestación Cósmica es muchísimo más amplia de los que posiblemente os habíais imaginado. De cualquier manera, el Dispositivo Cósmico permite, en ocasiones, acceder a este tipo de informaciones, pero para comprenderlas en toda su magnitud se hace necesaria la presencia de un intérprete con un nivel mental y espiritual muy elevado, que difícilmente se encuentra entre los hombres de la Tierra.

Pasamos a continuación a entrever la SEXTA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN MENTAL. He aquí la etapa evolutiva donde se encuentran los arquitectos del Cosmos. Los seres que estructuran hasta el mínimo detalle todas las manifestaciones físicas, astrales y mentales de esa energía que llamamos Dios. Las primeras etapas 6.1,6.2, 6.3 y 6.4, cumplen la misión de regular, mentalmente, el desarrollo evolutivo del programa cósmico correspondiente a las dimensiones anteriores a ellos. Las etapas superiores 6.5, 6.6 y 6.7 estarían ubicadas en el núcleo central de un sistema de soles. Estos seres tienen a su cargo galaxias enteras a las que estructuran en todos sus aspectos. Son los llamados LOGOS SOLARES pues de ellos dependen todos los soles integrados en la galaxia. Así, la manifestación de la vida, su maravillosa perfección, su interrelación ecológica hasta la aparición del ser humano dotado de libre albedrío, queda bajo su responsabilidad.

A medida que evolucionan, van asumiendo tareas más complejas, tal como un Arquitecto de la Tierra afronta obras de mayor envergadura y complejidad, a medida que va evolucionando en su profesión. Carecen de cuerpo astral excepto en las capas que energetizan su personalidad, la cual aún tiene dos aspecto, externo e interno, aunque la diferencia entre ambas es prácticamente nula. Al integrarse en Séptima Dimensión la personalidad es una, el espíritu.

Al igual que ocurría en la dimensión anterior, no se tiene apenas información sobre este tipo de entidades. Sin embargo, también eventualmente, se puede acceder a parte de ella, si bien se hace muy difícil interpretarla aún para nosotros, cuanto más para vosotros que aún estáis debatiéndoos entre los dispositivos mentales a los que hace tan poco tiempo habéis accedido como hombres. Por ello, sin renunciar al conocimiento que se pueda derivar de los seres integrantes de esta dimensión, sí parece razonable que no se confundan sus manifestaciones o actividades con las del propio Dios, dado que aún les falta un paso muy importante para serlo, es decir, incorporarse a la Séptima Dimensión.

Y, por fin, llegamos a la SÉPTIMA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN ESPIRITUAL. En ella están integrados los LOGOS GALÁCTICOS, conocidos también como DIVINIDADES. Estos seres han integrado, en sí mismos, toda la creación manifestada. Son los responsables espirituales de grupos de galaxias. Entre ellos se encuentra el ESPÍRITU CRÍSTICO, que tanta influencia ha tenido sobre vuestro Planeta en los cuatro mil últimos años, al haberse incorporado en hombres de elevada evolución como Jesús, Buda, Krishna, Zoroastro… respondiendo así a la conocida fase: EL VERBO SE HIZO CARNE, es decir, el Logos (palabra, verbo) se encarno en esos conocidos avatares terrestres. Estos seres, por ser la primera manifestación de Dios, son conocidos como Hijos Suyos aunque, evidentemente, todo ser dotado de espíritu es, de igual manera, hijo de Dios.

Con ser la última etapa de la evolución, estos seres no son aún Dios, puesto que son una manifestación suya. Por tanto, nos atreveríamos a decir que Dios es la manifestación de todo lo creado, visible e invisible y que sería la OCTAVA DIMENSIÓN, que las encierra a todas. Ese es el destino de todos nosotros: la integración consciente en la Octava Dimensión, el llegar a ser creadores. Evidentemente, para llegar a ese estado han de pasar millones y millones de años de aprendizaje. Miles y miles de vida físicas. Miles y miles de experiencias como seres energéticos, mentales y espirituales. Ese es nuestro destino y así está impreso en cada una de nuestras células, en cada uno de nuestros corpúsculos energéticos, en cada una de las sutiles vibraciones de nuestra mente y de nuestro espíritu. Ese es el sentido de la religión, del re-ligarse, de la necesidad de volver al origen del cual partimos, como chispa divina, al comienzo de nuestra andadura como seres dotados de libre albedrío.

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CUERPO CAUSAL

Es el vehículo, centro de la conciencia egóica o del Ego, que desde el punto de vista del cuerpo físico, es relativamente permanente, pues perdura durante el ciclo de reencarnación a través de la evolución humana, siendo el motivo de las causas futuras y sirviendo de comunicación entre nuestra conciencia y el mundo de los divinos arquetipos.

Hallase formado por la materia mental más elevada. A diferencia del mental inferior, el cuerpo causal no muere con éste, sino que subsiste durante la evolución de la Monada. Su centro de formación es el átomo permanente en la tríada monádica, a la cual encierra en luminosa envoltura que aparece a los clarividentes como una forma ovoidal.

Ningún fruto tendrían para el individuo las sucesivas vidas si no poseyera el cuerpo causal como medio de condensación de los resultados, durante la existencia post-mortem. Se le denomina cuerpo causal, porque reúne la quintaesencia de todas las experiencias, las que obrando como causas, moldean las vidas futuras.

Su coloración varía en intensidad según el estado de crecimiento anímico, y esto ocurre cuando los procesos mentales o pensamientos no son armónicos. Una fuerte impresión, un susto o un pensamiento negativo altera el astral, bajando o subiendo de vibración todas o algunas de las bandas astrales, variando su color y, por tanto, empeorando o mejorando la vitalidad de los órganos que regula capa banda o capa. Así, el cuerpo astral está en continuo movimiento mientras haya actividad mental, modificando su estructura, según sea la calidad de los pensamientos, beneficiándose el cuerpo si estos son positivos y empeorando si son negativos.

Por consiguiente, es imperativo comprender que TODAS LAS ENFERMEDADES QUE SUFRÍS, TIENEN SU ORIGEN EN VUESTRA MENTE. O lo que es lo mismo, la mente influye al estral y este al físico, haciendo realidad el axioma: "Mens sana in corpore sano".

Nosotros estamos inmersos en mundos de color y éstos naturalmente nos afectan en la medida que tengamos necesidad de recargar energía. No obstante, quiero haceros notar algo importante: los colores son vibraciones que aparecen con la luz, es decir, el color de una pintura, por ejemplo, es precisamente el que nos absorbe la luz sino que la refleja. La luz blanca tiene todos los colores y sólo aquel que no es absorbido es el que aparece a la vista, por eso en una habitación a oscuras las cosas no tienen color.

La cromoterapia es una técnica mediante la cual se puede recargar o elevar el tono vibratorio de las capas astrales para corregir desarreglos físicos o psíquicos de moderada gravedad. La influencia que ejercen los colores sobre la psique es clara, sin embargo, también influyen hasta en la más mínima partícula atómica.

La primera capa, de color amarillo, reguladora de tejidos y huesos, según sea su intensidad así es su influencia. Es decir, un amarillo pálido afecta más a la piel, si se va tiñendo de rojo afecta a las venas y arterias y cuando es un amarillo casi anaranjado afecta a los huesos.

La segunda capa regula el correcto discurrir de la sangre y la función de oxigenación y alimentación de las células. Es de color naranja porque está muy relacionada con los tejidos, no obstante tu intensidad es fundamental. Cuanto más clara, influye más sobre los capilares y a medida que va oscureciéndose en dirección al rojo, afecta a la aorta, carótida y femorales. Un poco más clara a las venas cava y safena…

La tercera capa, reguladora del sistema respiratoria, se ve influenciada por el color azul. Si el color es azul claro afectará a los pulmones, si es azul oscuro a los bronquios y al resto del aparato respiratorio, incluidas las membranas del olfato y cuerpos cavernosos de la nariz.

La cuarta capa, reguladora del sistema nervioso, se ve afectada por el color verde en sus distintas intensidades. El verde claro afectará a las neuronas del cerebro, el verde medio a las neuronas de la médula espinal y el verde oscuro a la red nerviosa en general.

La quinta capa, correspondiente a los procesos mentales, se relaciona con el color rosa. El rosa pálido influirá sobre el subconsciente, el rosa medio sobre el consciente y el rosa fuerte sobre el inconsciente.

La sexta capa (de la personalidad) no tiene un color determinado pero sí sabemos que, sea el color que sea, cuanto más claro mejor manifestará la personalidad externa.

Cada uno de vosotros tenéis, durante vuestra actividad, unos máximos de proyección energética. Es, por así decirlo, la frecuencia vibratoria que emitís. Cuando más aumente esa frecuencia individual, en sus máximos y mínimos, mayor será el cociente mental que se alcance.

En un porcentaje basado en 10, los hombres de la tierra alcanzáis un promedio máximo de 7, trabajando individualmente, y de 8,5 en grupo. La afición a las cosas que satisfacen el ego, hacen que vuestros promedios disminuyan, porque la proyección es una fuerza centrífuga y el deseo gótico centrípeto.

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EL MUNDO DE LA MENTE Y SU RELACIÓN CON EL CEREBRO

El impulso creador de la energía llamada Dios, necesita de otra serie de energías menos sutiles que vayan concretando paulatinamente ese impulso. Así, nos encontramos, al menos, con tres tipos de energías que, de mayor a menor grado de sutileza serían; mental, astral o vital y material o materia propiamente dicha.

Es en el plano mental donde el impulso creador se convierte en ideas. Es esta energía la que da forma a todo lo creado, la que interrelaciona a los seres que pueblan el universo de una manera armónica, ecológica.

Cuando alguna vez escuchéis la frase: "el universo es mental", estaréis escuchando una gran verdad. Algunas filosofías orientales de vuestro mundo, han interpretado esta aseveración en el sentido de que el mundo material es ilusorio, y, por lo tanto, carente de interés para el que quiere evolucionar. Sin embargo, es a través del conocimiento y dominio del mundo material como el hombre de la Tierra podrá acceder a una etapa de superior evolución ya que, inevitablemente, todos los seres humanos estamos sujetos a la limitación que nos impone esa manifestación de Dios que llamamos materia. La meditación y la relajación pueden causar la impresión de que uno se sustrae a esos límites, pero indefectiblemente tendremos que volver a ponernos el traje de vivir. Sólo el conocimiento de las leyes que rigen el mundo material nos llevará a superarlas.

Si tomáramos aisladamente a la energía mental, entenderíamos en toda su amplitud el concepto tantas veces repetido: una inteligencia superior parece regular el orden del Universo". Este concepto habla de inteligencia, es decir una manifestación de la mente, una capacidad que permite interrelaciona conceptos aislados para llegar a uno solo, que integra en sí mismo la esencia de todos los demás.

Por otra parte, la energía mental necesita de otra menos sutil que permita que las ideas generadas tengan un componente vital y armónico. Esa energía es llamada astral, la cual, a su vez, necesita de la materia para poderse concretar en forma física.

Podría poneros un ejemplo ilustrativo de la interrelación energética que existe en el Cosmos:

Imaginad que el dueño de un terreno (Dios) quisiera edificar en él. Ese deseo lo recoge un arquitecto (Mente) que diseña los planos de una casa en función de su habitabilidad, de los materiales que dispone, etc…. A continuación para la información a los obreros (Astral) los cuales, siguiendo fielmente las instrucciones emanadas del arquitecto, dan forma a la casa (Materia). En cada ladrillo, en cada teja, en cada baldosa estará implícito el deseo de construir, hasta la energía puesta en su materialización. Todos son importantes, pues la casa no hubiera sido posible sin la intervención de cada uno de ellos. Todos podrían decir: "esa casa la he hecho yo", y sería verdad.

Así pues, una vez que hemos situado a la energía mental en el Cosmos y visto, aunque someramente, el papel que desempeña en la creación, analizaremos cuál sería su estructura. Para ello, vamos a tomar al ser humano como objeto de nuestra reflexión, puesto que el ser humano lleva incorporadas, en sí mismo, todas las características necesarias para hacer de él un ejemplo vivo de la manifestación del Cosmos.

Como toda energía, la mente se manifiesta a través de dos polaridades. En el caso de la Mente Suprema, ya os indique sus dos polaridades, es decir, el polo positivo o pensamiento eterno de creación y el polo negativo o creación propiamente dicha. En el caso de la mente humana, el polo positivo estaría conformado por lo que se conoce como CONCIENCIA y el polo negativo por tres aspectos o manifestaciones que, de mayor a menor vibración, llamaríamos: SUBCONSCIENTE, CONSCIENTE e INCONSCIENTE, aunque esta denominación no corresponda, necesariamente, con las que le asigna la psicología de vuestro planeta.

Para que dos planos de diferente nivel vibratorio se pueden relacionar es necesaria la existencia de un lazo o puente de unión que contenga, en sí mismo, características de cada uno de los niveles a relacionar. El nexo que une los planos espiritual y mental se encuentra en la Conciencia. Este aspecto de la mente lleva incorporada la LEY CÓSMICA, que se manifiesta a través de la llamada VOZ DE LA CONCIENCIA la cual, cuando tomamos una decisión, nos hace llegar su veredicto en forma de sentimiento interno, de aprobación o desaprobación.

Por otra parte, también lleva incorporada aspectos energéticos mentales, por cuanto el veredicto de la Ley Cósmica se hace patente en forma de sentimiento que, generado en el subconsciente, llega hasta el consciente, provocando una reflexión sobre la consecuencia de nuestra decisión y también sobre el inconsciente, en forma de satisfacción o insatisfacción física.

Quizás el aspecto más evidente de lo que acabo de mencionar sea precisamente la manifestación física. Como habréis notado, ante una decisión acertada que esté de acuerdo con la conciencia, el clásico "hormigueo" de satisfacción que se genera a la altura del plexo solar. Cuando la decisión va en contra de la conciencia, el hormigueo se convierte en presión, malestar y nerviosismo.

La conciencia, como nexo entre dos planos, no aplica los mismos parámetros a todos los seres humanos, al menos en lo que se refiere a su componente mental, puesto que, en lo relativo a la Ley Cósmica, sí es igual para todos. Este componente mental se adapta a las circunstancias de cada hombre, es decir, que los aspectos sociales, culturales, temporales, físicos, etc., son los que determinan que la Ley Cósmica se interprete de una manera u otra. Por poner un ejemplo, diría que lo que es reprobable para un hombre occidental terrestre, como es el apropiarse de algo perteneciente a otra persona, para un bosquimano no lo sería, ya que para él no existe lo tuyo y lo mío, sino lo de todos, por tanto su conciencia no le recriminaría su acción.

Por el contrario, la conciencia del bosquimano le recriminaría, por ejemplo, el no pedir perdón al animal que mata para alimentarse, mientras que a un occidental ni siquiera se le pasaría por la cabeza tal cosa, es más, la caza, la conciben como un deporte cuya finalidad no tiene nada que ver con la supervivencia.

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