lunes, 17 de mayo de 2010

MENSAJE DEL CREADOR

Alexiis, 17 de mayo, 2010-05-17

Finalmente lo he logrado, gracias a la inmensa ayuda de un compañero de senda he conseguido subir este mensaje con voz, pero con título cambiado.

Antes de escribir esto yo misma lo he probado y funciona. El nuevo título del mensaje es:

BENDICIONES – YO SOY EL QUE YO SOY

http://www.megaupload.com/?d=X9R1T7CF

Ahora sí espero que lo puedan escuchar. Con amor, Alexiis

http://alexiis-vozdelaluz.blogspot.com

http://escritores-canalizadores.blogspot.com

lunes, 3 de mayo de 2010

CUADERNILLO Nº 39 – Parte 3

MÉTODOS DE DEFENSA CONTRA EL ATAQUE PSÍQUICO

ASPECTO FÍSICO DEL ATAQUE Y LA DEFENSA PSÍQUICA

Debemos tener en cuenta que se necesita mucha precaución antes de suponer la existencia de un ataque psíquico. Estos ataques son comparativamente raros. No debemos asumir que estamos ante uno de ellos hasta que hayamos excluido previamente todas las demás causas posibles. No hace mucho tiempo conocí un caso de supuesta obsesión que resultó ser un estreñimiento que no había tenido en cuenta y que se exorcizó eficazmente con aceite de ricino. Si hay síntomas físicos, aunque sólo sean mal color o mal aliento, hay que buscar la diagnosis de un médico cualificado, pues aunque el problema tenga un elemento psíquico predominante su origen podría ser físico.

Los focos sépticos son centros de descomposición y como tales abren la puerta a formas inferiores de vida elemental cuya función es ayudar a que el polvo vuelva al polvo. Las impurezas de la sangre pueden envenenar el cerebro. Los abscesos o crecimientos nuevos pueden estropear sus funciones. Estas cosas sólo las podría reconocer aquel que entienda el cuerpo; el hombre formado es el mejor hombre, y el hombre con la mejor formación es el mejor de todos, y el único lugar en donde se puede obtener una formación adecuada para la diagnosis es un hospital general. Además, si las cosas se ponen mal, la única persona que puede sacar las castañas del fuego es aquella cuya firma sea aceptada como certificado por las autoridades.

Supongamos que el paciente resulta ser un lunático, ¿qué podrá hacer por él el practicante no cualificado? Una gran proporción de casos de supuesto ataque psíquico resultan ser simplemente historias de lunáticos e histéricos. La lunacidad incipiente es realmente difícil de detectar; la histeria es muy astuta y plausible; un doctor que se enfrenta a la naturaleza humana todos los días de su vida detectará cualquiera de estas dos condiciones con mucha más rapidez que un profano que nunca antes las hubiera visto.

Podrá objetarse que es muy difícil encontrar un doctor que tenga una aptitud simpática hacia el ocultismo. Argumentar así la cuestión es no entenderla. No hay que pedirle al doctor que coopere con una operación oculta, sino examinar si existe alguna enfermedad física, y tratarla si el médico la encuentra. Las medidas ocultas que se ponen en beneficio del paciente le interesan tanto como lo que el paciente hace en la iglesia.

Si el doctor no encuentra evidencias de enfermedad orgánica, o encuentra alguna dolencia como venas varicosas, que evidentemente no tienen relación con la condición mental, podrá decirse que el caso ha pasado la primera prueba y sentiremos que merece la pena realizar la investigación psíquica. Si el caso es malo, o el problema muy constante, probablemente el doctor encontrará que el paciente está debilitado, aunque no vea nada concreto, y procederá a tratar esa condición. Eso es bueno, pues cuando mejor sea la condición física del paciente más resistencia y control mental tendrá. Sin embargo, si es posible se deben evitar los somníferos, y si hay que administrárselos alguien deberá vigilar al paciente mientras duerme, y alguien que sepa mantener una guardia oculta, y la habitación en la que duerma deberá ser purificada y sellada.

En una situación ordinaria, la persona que sale a lo astral y se encuentra con un ataque oculto regresa a su cuerpo como lo hace el conejo a su madriguera y despierta como si lo hiciera de una pesadilla; pero si el sueño se ha producido innaturalmente mediante somníferos no podrá despertar y, por así decirlo, se encontrará encerrado en lo astral, y eso es lo último que se desea en el caso de un ataque psíquico. Si se considera esencial el sueño artificialmente inducido, pues es imposible pasarse sin dormir indefinidamente, la persona que vigila al durmiente observará cuidadosamente cualquier signo de que esté siendo perturbado por sueños, y si observa que murmura o se agita realizará inmediatamente los destierros necesarios y susurrará al oído del durmiente sugerencias tranquilizadoras como las que recomienda Coué que se haga en el caso de niños pequeños.

Uno de los rasgos más terribles de un ataque psíquico es que la victima tiene miedo a dormirse, pues siente que en el sueño está indefensa.

Se pueden hacer muchas cosas en el plano físico para ayudar a la persona que sufre un ataque oculto, y debemos considerar también esos métodos físicos mientras tratamos el papel que puede jugar un doctor en el caso. La luz solar es muy valiosa porque refuerza el aura y la vuelve mucho más resistente. Por eso se suele aconsejar a los pacientes que vayan al campo, aunque para la víctima de un ataque oculto el irse a la profundidad del campo puede no ser deseable, pues allí las fuerzas elementales son mucho más potentes que en la ciudad, y si el paciente se ve amenazado por un ataque de fuerzas atávicas es más conveniente para él estar cerca de las moradas de los hombres.

El mar es también una fuerza elemental que es mejor evitar, pues el agua es un elemento íntimamente relacionado con el psiquismo. Cuando se trata de elegir un refugio saludable para una persona aquejada de problemas psíquicos deben evitarse las grandes masas de agua y las altas montañas. El mejor lugar es un balneario tierra adentro. Deportes, entrenamiento físico, masajes, todo lo que mejore la condición del cuerpo es valioso, pero evitando los largos paseos solitarios, porque suele darse un riesgo de suicidio. La persona que sea víctima de un ataque oculto debe evitar a toda costa la soledad,

Hay otra medida muy simple que produce un alivio inmenso en los casos de interferencia psíquica. Es evidente que el ataque se realiza por medio de los centros psíquicos, por tanto, todo lo que cierre esos centros volverá a la víctima comparativamente inmune. Es bien conocido que la persona materialista e impasible puede vivir con impunidad en casas encantadas que llevan a la locura y al suicidio a las personas sensibles. También es conocido el hecho que no puede realizarse un trabajo psíquico con alimento en el estómago; los mejores resultados se obtienen siempre en ayunas. La consecuencia evidente de estos hechos es que si queremos mantener cerrados los centros psíquicos no debemos permitir que el estómago esté vacío. La persona que se enfrenta a un ataque psíquico no debe pasar más de dos horas sin tomar alimento.

En la cabeza hay algunos centros psíquicos importantes. Uno de los métodos más simples de comprobar su actividad consiste en alejar la sangre de la cabeza. Esto se puede conseguir eficazmente con un baño caliente o poniendo los pies en agua caliente con mostaza.. Otro centro importante es el plexo solar; durante un ataque psíquico suele sentirse tenso y molesto. Una botella grande de agua caliente, bien llena para que sea pesada además de dar calor, se debe poner en el plexo solar, el cual se encuentra a la anchura de una mano entre la boca del estómago y las costillas, aliviando así eficazmente la tensión producida en ese punto. La presión dará alivio incluso sin calor, y he conocido casos en los que una almohadilla firmemente sujeta allí por un cinturón o corsé ha producido un gran alivio.

Por encima de todo, hay que mantener los intestinos en buen funcionamiento cuando el paciente se enfrenta a un ataque psíquico, pues nada le coloca en una desventaja tan grande como la acumulación de materia fecal en el cuerpo.

Todos estos remedios físicos son simples y pueden realizarse fácilmente. No constituyen una curación de las patologías psíquicas, ni una defensa completa frente a un ataque de este tipo, pero alivian mucho las incomodidades; permiten a la víctima crear una resistencia más eficaz y al aliviar la tensión aumentan su capacidad. En muchos casos de ataque psíquico el que resiste más tiempo es el que gana; los ataques psíquicos debidos a seres humanos no pueden mantenerse indefinidamente, porque exigen demasiada energía.

Hay un antiguo refrán que dice “no utilices una gran espada si basta una pequeña”. Los métodos físicos de defensa implican un gasto de energía mucho menor que los psíquicos, y por tanto es psíquicamente económico utilizarlos lo más posible. ¿Por qué molestarse en exorcizar a los elementos terrestres con un ritual cuando puede conseguirse lo mismo con una píldora?

En relación con esto hay que considerar también la cuestión de la dieta. La extensa propaganda de la Sociedad Teosófica ha hecho que el vegetarianismo se considere como condición imprescindible de la formación oculta. Sin embargo, no es así. El vegetarianismo no forma parte de la tradición occidental, sino que enseña que un hombre debe utilizar con templanza el alimento de la tierra en la que se encuentra. Personalmente me siento inclinada a pensar que ocultismo y vegetarianismo puede ser una mezcla perniciosa para un europeo, pues el resultado es una hipersensibilidad que hace que la vida sea muy difícil en nuestra dura civilización.

El vegetarianismo ha de ser completamente entendido y muy bien conducido para que tenga éxito, y aún así hay una buena proporción de personas incapaces de ingerir las proteínas vegetales, las cuales no son tan fáciles de tratar como las sustancias animales. Sólo la experiencia y la experimentación podrán demostrar si una dieta vegetariana conviene a una determinada persona. La indigestión no es la única señal de que las cosas no van bien. La pérdida de apetito, de energía, de peso o la escasa robustez son señales de peligro que si no se tienen en cuenta serán causa de una mala salud crónica.

El vegetarianismo puede irle bien a una persona al principio, pero tras un período considerable, posiblemente de años, quizá se vea sometido a una neuritis, neuralgia, ciática o cualquier otro tipo de dolor nervioso. Esa es una indicación segura de que una dieta vegetariana no está proporcionando nutrición suficiente, y no porque no contenga las unidades alimenticias necesarias, sino porque la digestión es incapaz de asimilarlas y salen del cuerpo inalteradas. Siempre que hay un historial de dolor neurálgico complicando un caso de perturbación psíquica, me veo inclinada a sospechar de la malnutrición crónica como causa de un psiquismo hipertrofiado. En tales casos suele descubrirse que un retorno gradual a una dieta mixta produce una reducción de la hipersensibilidad, desaparecen los contactos indeseables que se habían formado y la condición vuelve a la normalidad. Sin embargo, el cambio de la dieta debe hacerse siempre gradualmente para no estropear la digestión.

Todo el que tenga problemas con perturbaciones psíquicas debe abandonar inmediatamente todas las prácticas ocultas y cambiar todas las medicaciones habituales por las oraciones de su niñez o por métodos del Nuevo Pensamiento. Cuando hay problemas astrales no es buen momento para abrir los centros psíquicos. Lo que hay que hacer en tales casos es volver al plano físico y quedarse allí con resolución. En un viejo número de Punch había un dibujo que a mi modo de pensar expresa exactamente la actitud correcta para la persona afligida por un problema psíquico: “Frente a una cama con dosel al viejo estilo hay una feroz hembra armada con un rodillo, y bajo el dosel sale la cabeza de su esposo que dice:”podrás pegarme una y otra vez, pero no romperás mi espíritu varonil porque no pienso salir”.

Si la víctima de un ataque oculto se concentra en las cosas mundanas, se lo pondrá difícil a cualquier brujo. ¿Qué puede hacer un brujo si en el momento en que está actuando con la magia negra su víctima se encuentra en el cine partiéndose de risa ante la actuación de Charlie Chaplin? Hay un viejo refrán que dice que un clavo saca a otro clavo. Si se tiene miedo a los peligros invisibles, se debe practicar un deporte que tenga un elemento de riesgo.

DIAGNOSIS DE LA NATURALEZA DE UN ATAQUE

Tras haber analizado los factores puramente físicos de una perturbación psíquica, llegamos ahora a la consideración de sus factores genuinamente psíquicos. Sin embargo, debemos tener siempre en cuenta que el hecho que se encuentre una enfermedad física no elimina necesariamente el factor psíquico. Una condición física, como un estado anormal de la sangre, puede causar una baja forma de psiquismo y poner a la víctima en contacto con condiciones astrales malignas. La ciencia le dará el nombre de delirio o alucinación, pero el ocultista lo llama psiquismo patológico y puede hacer mucho para aliviarlo, bien cerrando los centros psíquicos o bien excluyendo las influencias psíquicas malignas del entorno del paciente, para que los espíritus que vea sean angélicos en lugar de demoníacos, y le causen felicidad en lugar de tristeza.

Los centros psíquicos abiertos forzadamente por una enfermedad de la sangre perciben todo lo que se pone al alcance de su visión. Por tanto, asegurémonos que nada que no sea agradable se acerque a ellos. No podemos privarle totalmente del contacto con el astral, pero al menos podemos asegurarnos de qué vagabundeos se realicen en una parte agradable y segura de lo astral. La gente no suele entender en qué medida los vagabundeos del delirio pueden ser dirigidos y contrapolados por las sugestiones susurradas al oído del enfermo. Podemos acompañar al enfermo en sus vagabundeos astrales y conseguir que nuestra voz se oiga entre sus visiones, librándole por nuestro conocimiento de las presencias malignas que le amenazan y guiando sus sueños por un camino de paz.

Al comienzo de nuestra diagnosis hemos de distinguir entre tres clases amplias de perturbación psíquica: las que son una consecuencia de la enfermedad física, las que se deben a una acción humana maliciosa y las que se deben a interferencia no humana. Las del primer tipo serán rápidamente captadas por el médico si, tal como se ha aconsejado, se recurre a él como preliminar esencial. Además, el médico tiene gran eficacia para eliminar los fraudes, pues las personas que se mueven en círculos psíquicos y están familiarizadas con su terminología pueden simular un ataque psíquico para conseguir dinero u obtener hospitalidad, o por puro afán de notoriedad, o con motivo de aberraciones humanas más comunes de lo que generalmente se piensa. Los fraudes suelen desaparecer o recuperarse rápidamente cuando se les amenaza con un examen físico. Y las personas fraudulentas que se arriesgan son rápidamente cogidas por un profesional que ha pasado el tiempo necesario en un departamento de externos de un hospital general.

La diagnosis que ha de hacer el ocultista estriba en distinguir entre el ataque de una mente encarnada y el ataque de una mente desencarnada. Hay dos modos de hacerlo y debe utilizar ambos, para que se contrarresten el uno al otro. Debe conseguir al menos dos psíquicos independientes para que realicen la psicometría del caso, y él mismo ha de realizar su propia diagnosis a partir del historial interpretado a la luz de los primeros principios. Es un gran error combinar lo psíquico y lo científico. Se pueden neutralizar el uno al otro. Que una persona realice las operaciones psíquicas y otras las observaciones, tomando las precauciones apropiadas para impedir que los resultados de la investigación clarividente estén viciadas por la sugestión, o por la lectura de pensamiento de las opiniones previamente concebidas en la mente de cualquiera de las personas implicadas. Por tanto, es útil enviar muestras para la psicometría al inicio de la investigación oculta, antes de que se hayan formado opiniones.

Tomar muestras psicométricas adecuadamente no es nada simple. He visto a un hombre sacar un mechón de cabello de otra persona de su bolsillo, donde lo había llevado un par de días y enviarlo a psicometría. Lógicamente, estaba tan impregnado por sus propias emanaciones que era inútil. Una muestra psicométrica debe ser un objeto totalmente impregnado con las vibraciones de una persona. Una prenda que llevara habitual o recientemente, un mechón de cabellos, una joya, todo esto puede servir siempre que se conserve apropiadamente.

Las sustancias cristalinas, como las piedras preciosas, preservan el magnetismo mejor que lo demás; los metales también son buenos, sean o no preciosos. Una navaja de bolsillo, por ejemplo, mantiene bien el magnetismo. La madera los retiene mal, lo mismo que el papel, lana, algodón y seda artificial, especialmente esta última. La seda y el lino son buenos. La goma es inútil. El cristal depende de su forma por lo que respecta a su capacidad de retención. Si está cortado de forma que refracte la luz, puede ser muy bueno; si es plano y totalmente transparente, como un cristal de ventana, es casi inútil. La piedra es buena. La arcilla es mala. Un artículo elaborado no es tan bueno como un artículo simple. Por ejemplo, un anillo de marquesa no es tan bueno como un anillo de sello. Las cartas pueden ser equívocas porque a menudo contienen tanto magnetismo del receptor como del escritor. Algunos psíquicos pueden trabajar a partir de una fotografía, pero estrictamente hablando este método no es psicométrico, pues la imagen mental evocada por la fotografía es utilizada para recoger la imagen correspondiente del éter reflectante.

Hay que tener cuidado para tomar una muestra psicométrica, pues se contamina fácilmente por el magnetismo de cualquiera que la maneja, que esté próximo a ella o que incluso piense con concentración en ella. Por ejemplo, si al empaquetar esa muestra para enviarla Ud. está meditando sobre el problema que presenta y elaborando su propia teoría, el psicometrista puede captar su forma de pensamiento en lugar de leer las condiciones de la persona a quien pertenece el objeto. Los materiales utilizados para el empaquetamiento deben estar también libres de magnetismo. Conozco el caso de un psíquico que una baratija pertenecía a una enfermera o a alguien relacionado con hospitales. En realidad no era así, pero había sido empaquetado en algodón quirúrgico.

Al empaquetar una muestra psicométrica, hágalo rápidamente y tocándola lo menos posible. Tome un trozo de seda negra o blanca “virgen”, lo suficiente grande para envolver la pieza. Póngala sobre el artículo y envuélvelo rápidamente, manejándolo a través de la seda. En un sentido oculto, “virgen” significa algo que no ha sido utilizado nunca para otro propósito. P.e., no debe utilizar un trozo de un vestido o cojín viejo. Un artículo que no puede ser manejado con este método, se puede coger con unas tenacillas o las puntas de una tijeras y poner sobre el cuadrado de seda en que va a envolverse. Empaquete el artículo envuelto en una caja de madera, asegurándose de que cualquier relleno utilizado sea también virgen, No se debe confiar en el informe de un solo psicometrista. Hay que enviar muestras por lo menos a dos de ellos. También es útil al enviar muestras, y especialmente cuando se envía la hora del nacimiento para un horóscopo, no permitir que se conozca el nombre para que no se puedan extender murmuraciones. A los astrólogos les gusta mucho manejar las cartas y discutirlas.

El horóscopo de alguien que entiende la naturaleza del trabajo que está realizando es muy valioso, pues la posición de los planetas en las casa celestes no sólo sirve como ayuda a la diagnosis, sino que es una ayuda muy importante para el tratamiento. Por tanto, es mejor explicarle al astrólogo la naturaleza del caso y el tipo de información que se desea, para que se pueda examinar la carta de acuerdo con ello. Para el terapeuta de lo oculto, un horóscopo es como una placa de rayos X para un médico.

Estos comentarios son linealmente generales, no siendo la idea de este escrito entrar en detalles de la forma de trabajar el ocultista, solamente quiero recalcar que hay que realizar una investigación cuidadosa concerniente a los conocidos del paciente, saber si alguno de ellos es psíquico o estudiante del ocultismo. Procure, sin embargo, no arrojar sospechas sobre ninguna persona a menos que tenga evidencias concluyentes, y es esencial hacer esto a fin de salvar al paciente. Recuerde que siempre es posible equivocarse.

Una persona perturbada ya por un ataque psíquico estará en situación de saltar a la sombra. Ha de ser tratada con mucha discreción. No anuncie sus sospechas hasta que estén concluyentemente verificadas. Cuando todo se ha dicho y se ha hecho el principal objetivo es la curación, no una explicación. Al paciente le vale de poco conocer las culpas si no se aclara la situación. Se encontrará considerablemente peor si sus sospechas se dirigen hacia una persona de su entorno de la que no puede escapar que si le atribuye el problema a influencias psíquicas no identificadas. El que a veces la ignorancia es mejor que el conocimiento es más cierto en asuntos psíquicos que en cualquier otro. No abra nunca los ojos de su paciente a un peligro para el que no pueda darle una defensa eficaz. El cirujano que va a operar cubre los instrumentos con un paño para que el paciente no los vea. El ocultista prudente hace lo mismo. No olvide que lo invisible es sospechoso siempre para el no iniciado.

MÉTODOS DE DEFENSA

Estos apuntes son más como un manual de primeros auxilios que una modografía sobre el tratamiento.

Debemos tener en cuenta que lo mismo que una medicina potente es efectiva en las manos del experto, pero peligrosa en las del aficionado, las fórmulas ocultas más poderosas necesitan un equipamiento especial para su uso. Además, una fórmula utilizada indiscriminadamente por el que no está iniciado puede perder su potencia y volverse inútil.

No hay dos casos iguales, y el caso típico no es más que una rareza y un tesoro. El sentido común, la aptitud natural y la experiencia constituyen el mejor equipo del exorcista.

Lo primero que hay que hacer en el tratamiento de un ataque oculto es limpiar temporalmente la atmósfera y sanar así un espacio en el que respirar para reformar las filas sacudidas. Esto se consigue más fácilmente con un ritual organizado que con una fuerza de voluntad que no reciba ayuda alguna. Cualquier acto “realizado con intención” se convierte en un rito. Podemos tomar un baño sin tener otra cosa en la mente que la limpieza física; en ese caso, el baño limpiará nuestros cuerpos, y nada más. O podemos tomar un baño con la idea de una limpieza ritual, en cuyo caso su eficacia se extenderá más allá del plano físico. Podemos por tanto realizar ciertas acciones físicas no sólo como un medio de limpiar las condiciones etéricas, sino también como un medio de afectar concretamente a las astrales por medio de la imaginación, arma potentísima en todas las operaciones mágicas.

Los objetos físicos se impregnan de emanaciones etéricas y las mantienen durante períodos considerables, lo mismo que un cuchillo mantiene el olor de las cebollas y lo transmite a todo lo que toca. Estas emanaciones, llamadas magnetismo en la terminología de la ciencia oculta, afectan profundamente a cualquier persona sensible que esté en contacto con ellas. Hay algo de verdad en la vieja superstición de que trae mala suerte poner las botas sobre la mesa. Es igualmente poco aconsejable poner sobre una cama las prendas de ropa que se llevan en el exterior. No sabemos quién ha rozado nuestro hombro al ir en un autobús o en un tren, ¿por qué dar entonces a su magnetismo la posibilidad de que contamine el lugar donde dormimos?

Por suerte para nosotros, el magnetismo es una fuerza muy fugitiva, y aunque pueda ser poderosa cuando es nueva desaparece pronto, a menos que haya sido creada deliberadamente por medio de un ritual. No es difícil hacer desaparecer la atmósfera terrible que rodea a la víctima de un ataque oculto e invade todas sus pertenencias, pero volverá a formarse rápidamente a menos que se eliminen las condiciones que la produjeron.

El modo más eficaz de deshacerse del magnetismo es mudarse a un nuevo lugar, no llevando ninguna de las viejas pertenencias. Sin embargo, este consejo se acerca a la perfección en la mayoría de los casos. Por suerte hay otros modos que nos permiten alcanzar nuestros fines con la misma eficacia. Si hay alguna posibilidad, la víctima del ataque oculto debe mudarse temporalmente a otro entorno, llevando con él el menor número de pertenencias posibles, con ropas nuevas o recién traídas de la tintorería. Además, debe mantener su nuevo paradero como un secreto en la medida en que esa situación le resulte conveniente.

Hay una antigua superstición según la cual uno puede deshacerse de un brujo haciéndole perder el rastro cruzando agua corriente. En mi opinión, muchas de esas viejas creencias se basan en un hecho, aunque la superstición haya llegado a ocultarlo.

Tenemos escaso conocimiento exacto concerniente a esas fuerzas sutiles que son la base tanto del ataque oculto como de la curación espiritual, pero hay buenas razones para creer que en su naturaleza son bastante análogos a la electricidad. No son fuerzas inanimadas, sin embargo, sino que en su naturaleza tienen algo semejante a la vida, aunque de un tipo inferior. La experiencia me dice que si trabajamos sobre una analogía combinada de la electricidad y la bacteriología nos acercamos bastante a los hechos; al menos en la medida que nos lo permite nuestro estado actual de conocimiento. Dicho de otro modo, si actuamos como si creyéramos poseer las cualidades combinadas de la electricidad y las bacterias, tendremos un método bastante preciso de conducirnos por tanteo en ausencia de un conocimiento cierto y una visión real. Si consideramos los diversos métodos utilizados en la magia popular de todas las épocas y razas, observamos que están de acuerdo con esta hipótesis.

Sabemos que el agua corriente tiene cualidades eléctricas peculiares, como atestigua su efecto sobre la vara de adivinación en las manos de una persona sensible. Lo que afecta al adivinador es probablemente lo mismo que afecta al ataque oculto. Si recordamos además que el agua corriente hace que los sabuesos pierdan el rastro de su presa, pensaremos que con igual eficacia pueden hacérsela perder al supuesto brujo, y creemos que no se nos pueda acusar de supersticiones si damos una oportunidad a la vieja tradición y observamos los resultados.

Además, el agua es un vehículo de purificación. Se utiliza en el rito del bautismo por la iglesia, y en la preparación del lugar por los ocultistas que van a celebrar una ceremonia. Hablando en términos estrictos, en el agua así empleado debe haber un rastro de sal, y tanto la sal como el agua son bendecidas con invocaciones poderosas cuando el sacerdote prepara el agua sagrada, ya sea para el bautismo o para colocar en la pila del agua bendita que utiliza la congregación.

Por lo que concierne al ocultista, la sal es el emblema del elemento tierra. Es también una sustancia cristalina, y estas sustancias, en sus diferentes formas, reciben y retienen el magnetismo etérico mejor que cualquier otra cosa. Por otra parte, el agua es el emblema de la esfera psíquica. Estas dos esferas contienen entre ellas una enorme parte del mal oculto. Es ciertamente raro que la perversidad espiritual de los lugares altos llegue hasta las esferas aéreas de la mente o a las esferas de fuego del espíritu. Si queremos entrar en contacto con una esfera particular, u operar sobre ella, utilizamos como base una sustancia apropiada. En consecuencia, una solución de sal y agua constituyen una base mejor que la sal y agua por separadas, pues nos permite cubrir toda la esfera de operaciones probables en una sola actividad. Es interesante anotar, en relación con las propiedades mágicas de las sustancias cristalinas, que se utilizan en los aparatos inalámbricos para recoger las vibraciones sutiles del éter. Otra vez nos acercamos al rastro de nuestra analogía electro-bacteriológica.

Es un plan excelente, cuando tratamos de romper un contacto psíquico indeseable, sumergirnos en un baño de agua que haya sido especialmente consagrada para ese fin; vístase con ropa nueva o por lo menos limpia, y si es posible múdese a una habitación diferente. Si no puede ser, ponga la cama en una posición distinta,`procurando que esté en un ángulo distinto; es decir, si tenía la costumbre de dormir en la dirección Norte-Sur, coloque la cama por ejemplo en la dirección Este-Oeste.

Puede utilizar las oraciones siguientes para la bendición de la sal y el agua:

“(Ponga los dedos índice y corazón en la sal). Te exorcizo, criatura de la tierra, por el Dios vivo (persignarse = P), por el Dios Santo (P), por el Dios Omnipotente(P), para que seas purificado de todas las influencias malignas en el nombre de Adonai, que es señor de los ángeles y los hombres.

(Extender la mano sobre la sal). Criatura de la tierra, adora a tu creador, en nombre del Dios Padre Todopoderoso, hacedor del cielo y de la tierra, y de Jesucristo su hijo, nuestro salvador, te consagro (P) al servicio de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(Poner el dedo índice y corazón en el agua). Te exorcizo, criatura del agua, por el Dios vivo (P), por el Dios Santo (P), por el Dios Omnipotente (P), para que seas purificado de todas las influencias malignas, en el nombre de Elohim Sabaoth, señor de los ángeles y de los hombres.

(Extender la mano sobre el agua). Criatura del Agua, adora a tu creador. En el nombre del Dios Padre Todopoderoso, que hizo un firmamento en medio de las aguas, y de Jesucristo su hijo, nuestro salvador, yo te consagro (P) al servicio de Dios, en nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(Arrojar la sal en el agua). Te rogamos, OH Dios, señor del cielo y de la tierra, y de todos los que están en ella, visibles e invisibles, que extiendas la mano derecha de tu poder sobre estas criaturas de los elementos, las santifiques en tu santo nombre. Que esta sal sea para la salud del cuerpo y esta agua para la salud del alma, y que queden desterrados del lugar en donde se usen todo poder de la adversidad y toda ilusión y artificio del mal, en nombre de Jesucristo nuestro salvador. Amén.”

El agua así consagrada puede utilizarse como baño o para hacer el signo de la cruz sobre la frente, o para rociar un lugar. Cuando la utilice así, puede emplear la oración siguiente:

“En el nombre que está por encima de todos los otros nombres, y en el poder del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, exorcizo todas las influencias y semillas del mal, pongo sobre ellas el encanto de la Iglesia Sagrada de Cristo, para que sean encadenados y arrojados a la oscuridad exterior y no perturben a los siervos de Dios.”

Al hacer el signo de la cruz (P), los dedos índice y corazón se extienden y los dedos anular y meñique se doblan hacia la palma de la mano, cogiendo el pulgar. Cuando la mano está extendida en la bendición de la sal y el agua, se mantiene plana, con los dedos juntos y paralelos, y el pulgar estirado en ángulo con el índice.

Si hay suficiente fuerza oculta funcionando como para producir fenómenos físicos, es muy aconsejable tomar precauciones para impedir que se produzcan materializaciones. Los fenómenos físicos son de diversos tipos. Pueden tomar la forma de ruido, como crujidos, o más raramente notas de campana o sonidos gimientes. Si se escuchan palabras reales, cabe sospechar de alucinaciones auditivas, pues en la ausencia de un médium, los mensajes de los espíritus se pronuncian por el oído interior, no para el nervio auditivo. También pueden verse luces, tomando usualmente la forma de bolas de niebla luminosa viajando a la deriva como burbujas de jabón. Pueden tener cualquier tamaño, desde simples puntos de luz a ser de considerables dimensiones, de dos metros o más de diámetro.

En estas esferas de luminosidad los psíquicos generalmente pueden ver formas, a veces humanas y a veces del reino animal. También se puede ver en ocasiones nubes grises blanquecinas, elevándose en forma de columna del suelo como si fuera humo. Suelen estar fijas en un lugar y no moverse por la habitación, tal como hacen las esferas de luz, produciéndose el movimiento dentro de ellas mismas. Es más raro que se observe un color concreto, y todavía más raro que haya precipitaciones de sustancias de polvo o barro. Los objetos ligeros pueden caer o ser arrojados por la habitación.

La experiencia ha demostrado que hay ciertas sustancias efectivas para prevenir la condensación de la energía etérica. La sal consagrada disuelta en vinagre y colocada en platos por la habitación sirve para enfrentarse eficazmente a los grados de fuerza interior, pero para las potencias superiores lo mejor es utilizar ácido nítrico, poniendo una pequeña cantidad en un platillo y dejándola expuesta al aire. Es mejor utilizarlo bien diluido para impedir accidentes, pues no es la fuerza del ácido en el platillo lo eficaz, sino su evaporación en el aire, y se evaporará igualmente si está bien diluido como si no. No tengo la menor idea del modo en que funciona, pero su valor es bien conocido entre los experimentadores psíquicos.

Los métodos de ataque oculto empleados en la Europa moderna son exclusivamente mentales, al menos por la experiencia que he tenido de ellos. Es decir, trabajan de mente a mente, y sólo afectan incidentalmente a las condiciones físicas. Sin embargo, en Oriente y entre los pueblos primitivos hay que considerar otros aspectos, pues en las tierras vírgenes y donde hay condiciones de vida primitiva se utiliza más un tipo de magia etérica.

Para estas operaciones etéricas se necesitan sustancias materiales, a fin de utilizar el magnetismo unido a ellas. Contienen magnetismo los pelos que quedan en el peine, las uñas cortadas, las ropas desechadas, los objetos de uso familiar. En consecuencia, hay que procurar deshacerse eficazmente de todo ello cuando ya no se vaya a utilizar. Los pelos y uñas cortadas hay que quemarlos enseguida. Nunca hay que abandonar las prendas de desecho hasta que hayan estado por lo menos tres días expuestos al sol y al aire. El magnetismo se deshará más eficazmente si se ponen las prendas sobre la tierra, especialmente sobre una tierra recién volteada, que si se cuelgan de una cuerda. Lo mismo se aplica a los muebles. La silla que ha sido la habitual, y sobre todo la cama, deben airearse y solearse completamente antes de tirarlas. Las mismas precauciones son útiles si se compra algún artículo de segunda mano.

Hay que poner mucho cuidado para deshacerse de los excrementos nocturnos, entregando esa función a siervos de confianza, abundantes desinfectantes y desodorantes. Hay que tomar precauciones para que ningún nativo tenga acceso a los excrementos recientes. Cuando el calor animal ha desaparecido de ellos, su valor mágico se reduce mucho. También un pañuelo sucio es un vínculo magnético eficaz, igual que los vendajes de una herida. En realidad todo lo que tenga rastros de alguno de los subproductos del cuerpo.

Pero aparte de cualquier cuestión de ataque psíquico, hay dos sustancias especialmente valiosas para fines mágicos, y son el líquido seminal y la sangre menstrual. El primero se utiliza en ritos de fertilidad y el último en ciertas formas de evocación. Esas sustancias son extremadamente difíciles de conseguir en las tierras primitivas, pues los nativos, que conocen su significado, las guardan escrupulosamente; pero el hombre blanco no tiene sospecha de ello y permite que las prendas manchadas y la ropa de cama vaya a las manos de las lavanderas para que dispongan de ellas a su discreción, considerándose satisfechos siempre que las prendas se las devuelvan al final de la semana, no pensando nunca lo que sucede con el agua en que han sido lavadas. Hay partes del mundo en donde la venta de esas sustancias mágicas es un negocio provechoso de las lavanderías.

En Europa, la sangre menstrual y las heces forman parte de las sustancias mágicas de la misa negra, convirtiéndose en patenas con harina de trigo.

Un método conocido desde hace tiempo de limpiar una mala atmósfera psíquica de una casa, y que por propia experiencia sé que es eficaz, consiste en derramar ajo por el lugar, dejarle durante la noche y luego acogerlo y quemarlo. Entre los campesinos, se coloca a veces una cebolla en un jarro sobre la repisa de la chimenea como si fuera un bulbo de jacinto cuando se espera a visitantes desagradables, y se quema solemnemente en la cocina en cuanto se han marchado,`por lo que parece ser que la familia de la cebolla tiene la propiedad de absorber las emanaciones nocivas. Es curioso a este respecto el que en una mina de carbón que conozco los mineros no pueden bajar cebollas como parte de su comida, pues las cebollas absorben los gases subterráneos y se vuelven venenosas.

OTROS MÉTODOS DE DEFENSA

Hay dos tipos de trabajo psíquico práctico que pueden utilizarse separada o combinadamente, y en mi opinión el último es el mejor, pues da mejores resultados, aunque los exponentes de cada método siempre criticarán el contrario.

El método que llamamos meditativo consiste en meditar sobre cualidades abstractas, como paz, armonía, protección y amor divino. Es el método de la escuela Nuevo Pensamiento, y su valor está en el efecto armonizador que produce sobre el estado emocional, contrarrestándolas autosugestiones nocivas. El otro método, que llamaremos invocativo, consiste en la invocación de potencias externas, y en el empleo de métodos formales para centrar su fuerza. Este método tiene muchas graduaciones de complejidad y una infinita variedad de técnicas. Va desde la oración más simple que llama a Cristo con el signo de la cruz hasta los rituales más elaborados de exorcismo realizados con campana, libros y velas.

La esencia del sistema está en el intento de separar de la fuerza del bien general el aspecto particular de energía que se necesita, y el uso de algún símbolo que actúe como vehículo mágico de esa fuerza sobre el plano de la forma. Ese símbolo puede ser una imagen mental de la ropa azul de la Virgen; puede ser el acto de hacer el signo de la cruz; puede ser el agua consagrada rociada a modo de limpieza; o puede ser algún objeto especialmente magnetizado para que actúe como talismán. El objetivo del método invocativo es concentrar la fuerza, y por tanto ha de emplear algún símbolo de forma. En el método meditativo, el objetivo está en escapar más allá de los limites de la forma, hasta la atmósfera del espíritu puro, demasiado exaltado para que entre el mal, y por tanto el uso de cualquier forma o fórmula se evita, por cuanto que impide que el alma se eleve hasta ese aire puro.

En mi opinión, y con el debido respeto a los practicantes de este último método, se obtiene muchos mejores resultados con el método invocativo, con su utilización de la eficacia de las fórmulas utilizándolo también para ascender al aire puro de la conciencia espiritual en donde no existe el mal. Sólo los que están muy entrenados en la meditación pueden elevarse hacia esos planos sin ayuda. Es extremadamente difícil “despegar” del sentido consciente sin usar algún tipo de dispositivo psicológico que actúe como resorte. Parece tener poco objeto negarse por razones puramente académicas a disponer de un método de eficacia probada.

Si entendemos que la utilización de formas y símbolos es simplemente un dispositivo psicológico que permite a la mente captar lo intangible, no caeremos en el error de las observancias supersticiosas. Una superstición se ha definido como el uso ciego de una forma cuyo significado se ha olvidado.

Sería imprudente, por otra parte, confiar exclusivamente en los métodos formales o ceremoniales a menos que al mismo tiempo utilicemos métodos meditativos a fin de purificar y armonizar nuestra conciencia. Si despreciamos ese aspecto del trabajo, reinfectaremos con nuestras vibraciones el círculo mágico nada más haberlo limpiado. Es poco útil sellar un círculo con los nombres protectores si permitimos que una imaginación atemorizada se desmande representando todo mal concebible y dejando espacios en blanco a la posibilidad de tipos inconcebibles.

Sin embargo, encontraremos igualmente mucho más fácil realizar la meditación armonizadora si estamos trabajando dentro de la protección de un círculo mágico. Intentar realizar el trabajo de exorcismo sólo por medio de la meditación es como levantar un gran peso con las manos. El empleo del método mágico se asemeja al uso de una palanca o de una polea. Nuestros músculos siguen siendo la única fuente de energía, pero con la utilización de los principios mecánicos redoblamos su potencia. Por tanto, en la meditación utilizamos símbolos para concentrar nuestra atención; nos resultará mucho más sencillo que meditar en los términos del pensamiento abstracto. En tiempo de tensión y crisis el pensamiento abstracto puede sernos imposible, a menos que tengamos una gran experiencia en su utilización; pero raramente alcanzaremos un estado si no podemos imaginarnos la cruz e invocar el nombre de Cristo.

Los ataques ocultos pueden dividirse en dos tipos, los que tienen lugar por medio de las formas de pensamiento y los que operen por medio de una corriente de fuerza. Pero incluso en el último caso la corriente de fuerza pronto produce formas de pensamiento congénitas a su naturaleza. Por tanto, en toda perturbación psíquica la forma de pensamiento es un factor que ha de ser considerado y tratado, y que constituye en realidad el medio más rápido de diagnosis; pues por medio de la percepción de las formas de pensamiento asociadas el psíquico experimentado podrá detectar la naturaleza del ataque.

La fuerza del pensamiento es algo que no tiene relación con la posición geográfica, sino un asunto de conciencia pura y sintonía con su nota clave. Podemos recoger las fuerzas de fes desaparecidas hace mil años tras la muerte del último creyente, y en el lado del mundo opuesto a donde florecieron. Pero las formas de pensamiento son algo distinto. Ocupan una posición en el espacio y aunque pueden moverse con la velocidad del pensamiento y retirarse al nivel más sutil de lo astral y allí anclarse a una idea, impidiendo volver a los planos de la forma para fines prácticos, sin embargo, aunque no ocupen espacio pueden referirse a posiciones concretas en el espacio. Pueden relacionares, por ejemplo, con un objeto particular, y seguir a ese objeto permaneciendo en su campo magnético. El campo magnético inmediato ocupa entre 3 y 9 metros; el remoto entre cien y trescientos metros. Los centros sagrados poderosos, como p.e. Glastonbury o Lourdes, tienen un campo magnético superior y se extienden posiblemente hasta casi 4 kilómetros; además, se hallan interrelacionados entre ellos por medio de líneas de fuerza. Para realizar un trabajo oculto práctico hay que tener en cuenta estas cosas.

Cuando nos enfrentamos a una influencia perturbadora que emana de un foco de poder, como la sede de un antiguo templo, tenemos que tratar el campo magnético remoto por medio de un ceremonial. No consideramos aquí ese método pues sólo puede utilizarlo un iniciado de alto grado. Pero para fines prácticos, en un ataque psíquico lo que hay que considerar es el campo magnético inmediato.

El mejor método de tratarlo consiste en hacer un círculo mágico. Un simple destierro no es en sí mismo tan eficaz como un destierro realizado dentro de un círculo, pues el círculo impedirá eficazmente a las fuerzas desterradas su regreso. Hay varios métodos de realizar esta operación, pero el principio de todos los válidos es el mismo. No podemos dar en estas páginas las conjuras más poderosas, pues su uso eficaz depende del grado de iniciación poseído por la persona que se propone utilizarlas, y poseer una fórmula sin el grado a que ésta pertenece es tan insatisfactorio como poseer una escopeta sin saber nada del modo de dispararla. La fórmula que daré es eficaz para todas las condiciones ordinarias. Las condiciones extraordinarias sólo las puede tratar una persona que tenga experiencia.

Para hacer el círculo mágico, el operador está de pie y de cara al Este. Se pone de cara al Este porque la corriente magnética con la que pretende operar va de Este a Oeste. Su primer procedimiento debe consistir en uniformar sus propias vibraciones y purificar su aura. Para ello hace la cruz cabalística en el pecho y el entrecejo. Tocándose la frente dice:” A ti, oh Dios (tocándose el plexo solar) sea el Reino (tocándose el hombro derecho) y el Poder (tocándose el hombro izquierdo) y la Gloria (cogiéndose las manos) hasta la Era de las eras. Amén”.

Mediante esta fórmula el operador afirma el poder de Dios como Único Creador y Ley Suprema del Universo ante la que tienen que inclinarse todas las cosas, y establece esta fórmula magnéticamente en su aura al hacer el signo de la cruz sobre sí mismo.

Este signo no es un símbolo exclusivamente cristiano y puede ser utilizado igualmente por el judío como por el hombre de Iglesia, pues es la cruz de miembros iguales de la Naturaleza, no la cruz del Calvario, en la que el palo vertical tiene una longitud doble al horizontal, y es el símbolo del sacrificio. La cruz de miembros iguales se refiere a las cuatro direcciones del globo y a los cuatro elementos, y la fórmula con ella relacionada proclama el dominio de Dios sobre las direcciones y los elementos, y de ese modo formula ocultamente su Reino dentro de la esfera del operador.

El operador se imagina luego cogiendo con la mano derecha una gran espada con mango en forma de cruz, como la que se representa en la imagen de los cruzados, la sostiene con la punta hacia arriba y dice:” En el nombre de Dios, tomo en la mano la espada del Poder como defensa contra el mal y la agresión”; y se imagina a sí mismo que mide el doble de su altura natural, es una figura armada tremenda, vibrante con la fuerza del poder de Dios con la que se ha recargado mediante su formulación de la espada del Poder.

Procede ahora a trazar en el suelo el círculo mágico con la punta de la espada de Poder, y debe ver en su imaginación una línea en llamas subiendo la punta de la espada, llamas pequeñas, como las que surgen cuando se divide y quema alcohol metilado, pero de un color dorado pálido. Se necesita un poco de práctica para formular eficazmente este círculo de luz. Siga formando el círculo hasta que esté formulado. El círculo debe ser trazado siempre de Este al Sur, al Oeste y al Norte, del mismo modo que se moverían las manecillas de un reloj si se pusiera éste boca arriba sobre el suelo.

La dirección contraria es “widdereshims”, aquella en la que danzan las brujas durante es Sabat. La dirección correcta, llamada “deosil”, afirma el gobierno de la ley de Dios sobre la naturaleza porque es el camino del Sol; el movimiento “widdereshims” repudia al gobierno de Dios sobre la naturaleza, moviéndose en dirección contraria al sol.

Al resistirse a un ataque oculto, toda la fórmula debe sintonizarse con la nota clave de la afirmación del dominio de Dios sobre toda la existencia, siendo el objetivo del operador el alinearse con la ley cósmica y conseguir que el poder de Dios trate la interferencia.

Una vez formulado el círculo, el operador deja de visualizar la espada, pero sigue haciéndolo con el círculo, cogidas las manos en posición de oración, y elevándolas por encima de la cabeza, hacia el Este, reza:”Que el poderoso Arcángel Rafael me proteja de todo el mal que se aproxima desde el Este”. Poniéndose de cara al Sur, repite la misma fórmula orando a Miguel. De cara al Oeste, invoca a Gabriel. De cara al Norte invoca a Uriel. Se vuelve a poner de cara al Este y así, completando el círculo, repite la fórmula de la cruz cabalística.

Esta formulación del círculo mágico es especialmente valioso para proteger el lugar donde se duerme, trazándose el círculo alrededor de la cama. No es necesario cambiar la habitación o mover los muebles para trazar el círculo, pues se formulará visualizándose donde se desea.

Es necesario reafirmar este círculo cada vez que cambien las mareas; es decir, un círculo hecho tras la puesta del sol actuará hasta el amanecer, y un círculo hecho tras el amanecer mantendrá su potencia hasta la puesta del sol. Tras haber afirmado el círculo varias veces en el mismo lugar, su influencia persistirá durante un período considerable, pero es aconsejable reformularlo por la mañana y por las noches durante la fase activa de un ataque.

Es de mucha utilidad quemar incienso dentro del círculo, pero teniendo cuidado en la elección del incienso. No se deben utilizar varitas de composición desconocida, pues usualmente son compuestos hechos con la idea de ayudar a la manifestación. El incienso de iglesia de buena calidad, que puede comprarse en muchas tiendas de suministros religiosos, es seguro y satisfactorio, pues se ha compuesto de acuerdo con las recetas tradicionales; los de cualidades inferiores, más baratos, pueden no cumplir esta condiciones.

Para tratar con elementos o entidades no humanos, el mejor arma es el pentagrama o pentalfa. Es una estrella de cinco puntas trazada de un modo particular. Estirando los dedos índice y corazón de la mano derecha, y plegando los otros hacia la palma y tocando con las puntas el pulgar, proceda a trazar el pentagrama en el aire, manteniendo el codo rígido y el brazo totalmente extendido y oscilante. Empiece con el brazo derecho a lo largo del cuerpo, la mano al nivel de la cadera izquierda, los dedos extendidos señalando hacia abajo y hacia fuera.

Elévalo hacia arriba, como si trazara una línea recta en el aire, hasta que los dedos señalen hacia arriba de la cabeza, con el brazo totalmente extendido. Bájelo de nuevo, manteniendo el codo rígido, hasta que la mano ocupe la posición correspondiente en el lado derecho y no en el izquierdo como al principio. Habrá trazado ahora una V gigantesca boca abajo. Oscile la mano a través del cuerpo, en un plano inclinado, hasta que esté estirada a nivel con el hombro izquierdo, señalando hacia la izquierda. Llévela horizontalmente hasta que esté en la misma posición a la derecha, con los dedos señalando hacia fuera del cuerpo. Bájela hasta que la mano vuelva junto a la cadera izquierda donde empezó.

Es un signo muy poderoso. El valor de la estrella de cinco puntas, símbolo de la humanidad, es muy conocido entre los ocultistas, pero su potencia depende del modo en que se ha trazado. El método que he dado es el correcto para el destierro.

Cuando no es posible sellar una habitación, resulta muy útil sellar el aura. Póngase de pie y haga una cruz tocándose la frente, el pecho, el hombro derecho y el izquierdo, diciendo: “Por el poder del Cristo de Dios dentro de mí, a quien sirvo con todo mi corazón, toda mi alma y toda mi fuerza (extienda las manos hacia delante todo lo que pueda a nivel del plexo solar, tocándose las puntas de los dedos de nuevo por detrás de Ud., diciendo), me rodeo con el círculo divino de su protección, en el que ningún error mortal se atreve a poner su pie”. Es una vieja fórmula de monjes, muy eficaz, aunque su potencia sólo dura unas cuatro horas.

Hay otros dispositivos que son útiles no sólo para tratar los ataques psíquicos sino para cualquier caso de dominación o influencia indebida.

Si tiene que entrevistarse con personas cuyas influencias le resulta abrumadora, imagine que están separadas de Ud. por una hoja de cristal. Puede verlas y oírlas pero su magnetismo no puede alcanzarle. Visualice esa hoja de cristal hasta que le parezca absolutamente tangible. Si tiene que relacionarse con personas que le molestan, pero sin entrevistarse con ellas, imagine que están separadas de Ud. por un muro de ladrillos y dígase a sí mismo:” Vosotros no estáis ahí. No puedo veros, ni oíros y simplemente no existís”.

Cuando trata con una persona que drena su vitalidad, entrelace los dedos y ponga los brazos doblados sobre el plexo solar, manteniendo los codos presionando los costados. Los pies deben tocarse entre sí. Así habrá contactado con todas sus terminales y convertido el cuerpo en un circuito cerrado. Ningún magnetismo saldrá de Ud., mientras mantenga esa actitud. Probablemente su amigo se quejará de su falta de simpatía, aunque hable con mucha amabilidad.

Si alguien trata de dominarle mirando intensamente a los ojos, no trate de devolverle la mirada, pues eso sólo conduce a una agotadora lucha en la que podría llevar la peor parte; mire en cambio fijamente el punto que hay debajo de la base de su nariz, entre los extremos interiores de los párpados. Si está tratando con un valentón ordinario, inmediatamente ganará la partida. Sin embargo, si su antagonista conoce el poder de la mente, quizá no pueda dominarle, pero seguro que él no podrá dominarle a Ud. y el resultado será un empate. No intente dominarle, simplemente tenga sus ojos fijos en ese punto y espere a que él se canse de su intento de dominación. No tendrá que esperar mucho.

Utilizando los métodos descritos en las páginas anteriores, cualquier persona de mentalidad y valor normal, siempre que evite las drogas, el alcohol y largos períodos de ayuno, si no pierde los nervios podrá terminar con cualquier ataque psíquico ordinario; en el caso de que los ataques sean de potencia normal, al menos podrá asegurarse el tiempo suficiente para escapar y buscar ayuda.

Los sacramentos son también una potentísima fuente de poder espiritual, y una iglesia en donde se guarda el Bendito Sacramento, o que es lo bastante vieja para haber sido consagrada antes de la Reforma, es un santuario eficaz.

RELACIONES

No es infrecuente que el problema psíquico surja por la formación de una relación indeseable.

Ya hemos hablado con algún detalle de la sugestión telepática. La relación puede considerarse como el aspecto pasivo mientras la sugestión telepática es el activo. De hecho constituye la condición básica necesaria para que tenga lugar la sugestión telepática. Dos personas que se hallan en relación podrían describirse como gemelos siameses astrales. Aunque los cuerpos físicos son unidades independientes, los cuerpos astrales están vinculados de tal manera que hay una libre circulación de fuerza astral entre ellos, del mismo modo que el sistema de circulación de la madre está conectado por medio del cordón umbilical con el niño que aún no ha nacido, y la misma sangre circula libremente entre ambos.

Este hecho explica muchos fenómenos ocultos importantes. Es la clave astral del matrimonio y explica muchos hechos en la relación del padre y el hijo. También da cuenta de algunos aspectos importantes de la relación del alumno y el maestro.

Pero una relación no sólo se puede establecer entre dos individuos, sino entre un individuo y un grupo. Este hecho juega un papel importante en toda actividad fraternal. También es posible establecer una relación de un ser humano y otros reinos de la naturaleza, con entidades descarnadas, seres suprahumanos y, en realidad, con cualquier forma de vida con la que un ser humano pueda entenderse simpáticamente. Como base para la formación de una relación debe haber alguna simpatía, pero una vez formada se desarrolla casi indefinidamente. Es curioso que si una relación se continúa mucho tiempo las personas así unidas gradualmente se van pareciendo la una a la otra.

Cuando dos seres humanos se hallan en relación, el menos positivo de los dos tiende a perder su individualidad y se convierte en el pálido reflejo del otro. Por esta razón el ocultista occidental, que tanto valora la individualidad, no trata a los alumnos personales del mismo modo que el budú oriental, sino que prefiere trabajar por medio del ritual con un grupo, porque este método es más impersonal. Pero aún así, los miembros individuales de un grupo sufrirán ciertos cambios al sintonizarse al tono de grupo, por lo que habrá un determinado denominador común que todos poseerán. Cualquier sistema que incluya la meditación en grupo deja rápidamente su marca en los miembros.

En este hecho se basa una gran parte del valor de asociarse con un grupo digno. En él está también el problema de asociarse con un grupo indigno. Consideremos lo que sucede cuando una persona que ordinariamente tiene buen carácter se relaciona con un grupo de tono moral degenerado. O bien se encontrará en firme antagonismo con la mente del grupo y no tendrá más opción que retirarse, o rápida, pero inconscientemente, sintonizará con la nota clave de sus nuevos compañeros. Sin ser consciente del hecho, su sentido moral se abotargará y aceptará como algo normal lo que originalmente le hubiera producido disgusto.

Una vez establecida la relación se pueden compartir otras cosas además del sentimiento y tono generales. Las ideas pueden transmitirse de una mente a otra, como en telepatía; igualmente se puede transmitir la fuerza vital. Este hecho es la explicación de determinados tipos de curación espiritual. Cuando se está transmitiendo vitalidad etérica, es necesario que las personas involucradas estén dentro del campo magnético inmediato; pero por lo que respecta a la fuerza astral, eso no es necesario. La transmisión es independiente del espacio.

Estamos considerando ahora la utilización legítima de esta fuerza para la curación, o para la enseñanza y desarrollo de neófitos, por lo que no analizaremos con detalle el modo de operación. Ya se ha dicho lo suficiente para mostrar de qué modo funciona. Pasamos ahora a la consideración de los métodos prácticos de romper esa relación si por cualquier motivo se desea abandonarla.

Para la visión astral, el vínculo telepático se presenta como un rayo de luz, un cordón brillante o alguna forma de pensamiento similar, pues es en esta forma como usualmente es formulado por la persona que realiza el vínculo magnético. Sin embargo, sucede a veces, cuando el operador tiene un alto grado de iniciación, que en lugar de conectar el rayo directamente a la persona con quien desea estar en contacto, formulará un animal astral al final del cual transferirá una parte de su propia conciencia. Esta forma animal se llama observante o vigilante; no actúa por propia iniciativa a menos que sea atacada, en cuyo caso se defenderá de acuerdo con la naturaleza de la especie a la que se asemeja.

Se utiliza un vigilante para obtener datos de lo que está sucediendo sin necesidad de centrar allí la conciencia. Cuando la sustancia psíquica del vigilante es reabsorbido por el adepto, éste toma conciencia de lo que ha visto el vigilante. La desventaja de este método está en la vulnerabilidad del vigilante ante el ataque psíquico, y el hecho de que su proyector se vea afectado si aquél es lesionado o desintegrado.

En el trato con una forma de pensamiento, tenga siempre en cuenta que es el producto de la imaginación, y que por lo tanto en ningún sentido existe por sí mismo. Lo que la imaginación ha hecho, ella puede deshacerlo. Si el creador de una forma de pensamiento la ha traído a la existencia imaginándola vivamente, igualmente se puede pensar que desaparece de la existencia imaginando claramente que estalla en mil fragmentos, o es envuelto en llamas o se disuelve en el agua y es absorbida por el suelo. Lo que llega a existir por la imaginación puede dejar de hacerlo por la propia imaginación.

Si lo que se consideró como una forma de pensamiento resiste a la destrucción por este método, se tratará probablemente de un elemental artificial. Hay dos de esos elementales, uno de ellos está animado por la invocación de la esencia elemental en una forma de pensamiento, y el otro por la proyección de parte de la propia naturaleza del mago. Si está animado por la esencia elemental, la utilización del pentagrama servirá para desterrarlo; pero si está animado por la propia fuerza del mago habrá que utilizar otro método, conocido por el nombre de absorción.

Pero la absorción es un método para los altos iniciados y el éxito de su uso depende del estado de conciencia del usuario. Cada individuo ha de decidir por sí mismo si en un caso dado se encuentra en estado propicio para intentarlo. A menos que pueda dominar completamente sus propias vibraciones y llegar a un estado de libertad y serenidad perfectas, no debe intentarlo.

Sin embargo, describiremos el método en beneficio de los que puedan intentarlo.

Armonizándose por medio de la meditación sobre el Cristo, el adepto, cuando se da cuenta de que sus vibraciones son uniformes, procede a llamar ante su visión astral a la imagen de la forma que intenta destruir. La ve claramente en todos sus detalles y trata de adivinar su naturaleza, ya sea un vehículo para la malicia o el deseo o una acción vampírica; estos tres casos son los más comunes y casi con certeza se puede asignar siempre el caso presente a una u otra de estas clases. Una vez que ha discernido el tipo de fuerza con la que ha de enfrentarse, proceda a meditar sobre su opuesto, concentrándose en la pureza y la ausencia del egoísmo si la fuerza es el deseo; en la compasión y el amor si es la malicia; y en Dios como Creador y sustentador de toda vida si es vampírico.

Prosiga esta meditación hasta que se sienta invadido por la cualidad en la que está meditando; hasta que se sienta tan imbuido de pureza y falta de egoísmo que el deseo no le hace sentir otra cosa que piedad, la malicia otra cosa que compasión, y con respecto al vampirismo esté tan tranquilo de que su vida se halla junto a Cristo Dios que voluntariamente dejaría terminar su comida en paz al vampiro si con ello pudiera ayudarle.

En realidad, el adepto que se propone realizar la absorción mágica ha de llegar al punto en el que claramente entiende que el mal que se propone absorber no es nada, y ya no tiene hacia él otro sentimiento que la piedad, por pensar el mal que puede conseguir algo bueno de ese modo. Desea elevar, educar y liberar de su vínculo al alma descarriada. Pero hasta el momento en que no tenga hacia su perseguidor otro sentimiento que ese, no es seguro que intente la absorción.

Cuando esté seguro de que se halla dispuesto para el intento, proceda a atraer hacia él la forma de pensamiento tirando del cordón de plata que le conecte con su plexo solar si fuera una forma de pensamiento vampírica, o abriendo su aura y plagándola si fuera una forma de pensamiento de los otros dos tipos. Literalmente la succiona. Este proceso se debe realizar lenta y gradualmente, y se necesita varios minutos. Si lo hiciera repentinamente, al adepto no le sería posible mantener uniformes sus vibraciones y se encontraría en una situación realmente desagradable.

Cuando la forma de pensamiento sea absorbida, el adepto sentirá una reacción en su propia naturaleza correspondiente al tipo de la forma de pensamiento. Si es una fuerza del deseo, sentirá que el deseo crece dentro de él; si es una fuerza maliciosa se sentirá colérico; y si es vampírica, sentirá un deseo de sangre. Debe superar inmediatamente este sentimiento y revertir su meditación sobre la cualidad opuesta, manteniéndola hasta que sus vibraciones estén de nuevo armonizadas. Sabrá entonces que la fuerza del mal ha sido neutralizada y que hay menos mal en el mundo. Sentirá inmediatamente un gran acceso de vigor y una sensación de poder espiritual, como si pudiera decirle a la montaña “échate al mar” y ésta lo hiciera. Esta sensación de poder y exaltación espiritual es la que le indica que el trabajo se ha realizado con éxito. Sin embargo, es aconsejable repetir la meditación a intervalos de dos o tres días por si se formula otra forma de pensamiento y se envía después de la primera.

En cuanto al emisario de la forma de pensamiento, cuando tenga lugar la absorción tendrá la sensación de que la “virtud ha desaparecido de él”, e incluso puede verse reducido temporalmente a un estado de semicolapso. Revivirá, sin embargo, pero su poder de hacer este tipo de mal se verá considerablemente reducido durante algún tiempo; y si tiene la posibilidad de reforma en su naturaleza, quizá se vea incluso liberado permanentemente de ese tipo de mal.

La gran ventaja de este método es que destruye realmente el mal con raíces y ramas; mientras que la simple destrucción de una forma de pensamiento es como cortar la parte superior de una hierba. Por otra parte, sólo puede hacerlo un ocultista avanzado que se encuentre en las más altas posiciones. Si uno se siente perturbado, o ha perdido los nervios en alguna medida, no debe intentar realizar la absorción.

Si la relación se percibe como una línea de luz, un cordón o cualquier otra forma similar unida al plexo solar, la frente, o cualquier otra parte del cuerpo, el mejor modo de cortar la relación es forjar un arma mágica y destruirla con ella. En realidad, si se siente una relación lo primero que hay que hacer es visualizar el cordón y tratar de ver donde está unido: el plexo solar es el lugar más común.

Formule después la espada con mango de cruz que ya describimos e invoque sobre ella la bendición de Dios. Visualice luego una antorcha llameante e invoque el poder del Espíritu Santo. Golpee ahora con la espada el cordón o el rayo hasta que queden plenamente cortados. Cauterice luego el corte con el fuego consagrado de la antorcha hasta que caiga de su punto de unión con el cuerpo.

Tras el corte, hay que tomar las precauciones humanas ordinarias para impedir que el vínculo vuelva a formarse. Niéguese a encontrarse con la persona responsable de su formulación, y a leer o responder cartas suyas. De hecho, corte toda comunicación física tan completa y resueltamente como ha cortado la astral, al menos durante un período de varios meses.

Sin embargo, hay ocasiones en las que una persona está tan totalmente dominada que no puede realizar por sí misma esa operación. Puede ejecutarse entonces la operación mágica de la substitución si encuentra a un amigo dispuesto a realizar la tarea.

Para realizar esta operación, dos amigos se ponen de acuerdo, el que va a convertirse en sustituto no dice a la víctima original cuando se propone realizar la operación, a no ser que la víctima esté tan en las manos del dominador que deba abandonar el juego involuntariamente.

Eligiendo un momento en que esté seguro que su amigo está dormido, el sustituto se encuentra con él y visualiza el cordón o rayo de la relación estirando desde su amigo hasta el espacio. Si puede visualizar el otro punto de unión en el dominador, mucho mejor.

Formule entonces la espada y la antorcha como describimos antes y con estas en las manos se imagina cortando la línea de relación con su propio cuerpo. No debe utilizar la espada o la antorcha para este proceso, sino cortar el rayo con su propia carne, por así decirlo. Habiéndolo cortado así de su amigo, irá hacia él con la espada y la antorcha con toda su fuerza mientras el cordón trata de envolverle, y seguramente ocurrirá así, pues se parece ahora mucho al tentáculo de un pulpo. Buscará entonces un martillo y tenazas, compensando con su celo lo que le falta de conocimiento, hasta que el cordón empiece a rizarse y retirarse. Evidentemente, el combate tiene lugar en la imaginación, pero si es claro y vívido resultará eficaz.

ÁNGELES GUARDIANES

Hay tantas historias de apariciones de ángeles guardianes en los momentos de crisis, que hasta los más escépticos deben admitir que hay que dar una respuesta al hecho. La idea del ángel guardián que aparece en tiempo de crisis, está encerrado en el corazón de todas las naciones y nada la erradicará. Los hombres que han vuelto de las trincheras durante la guerra han contado innumerables ejemplos.

Volvamos a referirnos a la antigua sabiduría de la Cábala, ese almacén de conocimiento oculto. Aprendemos ahí acerca del Ángel del Bien y el Ángel del Mal del alma del hombre que están a su derecha y a su izquierda, el uno tocándole y el otro inspirándole. Traduzcamos el ángel oscuro en los términos del pensamiento moderno y tendremos el subconsciente freudiano.

Pero los freudianos no entienden que hay un ángel brillante que está al lado del hombro derecho de cada hombre. Es la supraconsciencia mística, o dicho de otro modo, el Ser Superior, el Santo Ángel Guardián que con tanto ardor y esfuerzo busca Abramelin.

Todos sabemos, cuando se nos coge con la guardia baja, que hay una tentación oscura que surge de las profundidades de nuestro ser inferior, que se mueve algo atávico y tenemos pensamientos o realizamos actos de los que nunca nos habíamos considerados capaces. Todos hemos escuchado la voz del ángel oscuro.

Igualmente, en tiempos problemáticos, cuando estamos con la espalda contra la pared y luchando por algo más que nuestra vida física, se deja oír otra voz, la voz del ángel brillante. Nunca he oído que se produjera esto cuando un hombre combate por su vida física. Los que han mirado más allá del velo encuentran que la muerte no es un mal tan grande; pero en tiempos de crisis espiritual, cuando el propio ser está siendo aplastado, se escucha el grito del alma y se manifiesta algo que surge de las nieblas de lo invisible, manifestándose de una forma comprensible para aquél que llama. No sé si es que la tensión intensa induce a una expansión temporal de conciencia, un psiquismo fugitivo, o si un ser de voluntad plena cruza el velo y se manifiesta; nunca hay detalles con respecto a esos incidentes. Sólo tienen lugar en tiempos muy problemáticos y desaparecen con la mismo rapidez con la que surgieron, sin dejar más rastro que en el alma.

Mantengo que igual que el ser inferior puede elevarse en momentos de tentación, también el Ser Superior puede descender en los momentos de crisis espiritual. El objetivo del místico es vivir exclusivamente en el Ser Superior. El objetivo del ocultista es conseguir que ese Ser Superior se manifieste en la conciencia cerebral. “En mi carne veréis a Dios”. Del mismo modo que el ser inferior puede elevarse y traicionarnos obligándonos a hacer algo horrible, el Ser Superior puede venir al rescate “terrible como un ejército de estandartes”:

Creo que en los tiempos de crisis espiritual el hombre que tiene fe en la Ley de Dios se elevará e invocará su protección y un aparente milagro se realizará en su beneficio. Pero puede no haber ruptura de la ley natural; por tanto ese milagro debe ser simplemente un ejemplo del funcionamiento de una ley con la que todavía no estamos familiarizados, del mismo modo que un eclipse le parece milagroso a un salvaje, pero para el astrónomo es un fenómeno tan natural que puede predecirlo con precisión.

¿Qué es lo que induce este cambio de control en nuestra vida? Estamos familiarizados con el hecho que el motor de un coche tiene cuatro marchas y una marcha atrás. ¿No será que nuestras mentes tienen también marchas y que es ese el cambio lo que induce el psiquismo? ¿No hay momentos en que tenemos la marcha atrás y cargan el mono y el tigre que hay dentro de nosotros?

Más allá del plano físico está el plano astral, y detrás del astral está el mental, y tras el mental el espiritual, y cada plano actúa como plano de causación para aquél que hay debajo, y cada una es a su vez controlado por el plano más sutil que hay encima. Cuando “cambiamos de marcha”, la conciencia pasa de un plano más denso a otro más sutil y empezamos a movernos entre las causas más y más remotas de cuyos acontecimientos el plano físico es un resultado final; podemos manipular esas causas y los resultados se ven inmediatamente afectados.

Cuando cambiamos de lo físico a lo astral, nos encontramos en el plano de la conciencia psíquica y de la magia menor. Suponiendo que esté teniendo lugar un combate psíquico entre dos ocultistas, si uno de ellos es de tal grado que puede volver a cambiar de marcha, de modo que la conciencia se eleve del plano astral al mental, se hallará en la esfera de la magia mayor y tendrá el control completo de la situación. El otro no puede hacer nada contra él.

¿Pero qué sucede en el caso del alma rara y mística que puede volver a cambiar de conciencia e introducir la marcha de un poder espiritual puro? Será netamente superior al adepto. Hay muchas almas que tienen esta conciencia espiritual mística aún sin poseer conocimiento oculto. Entre los modos de pensamiento superior e inferior existe una gran sima que puede saltar precariamente. Si en un momento de crisis puede elevarse en la fe y entrar en esta conciencia mística manteniéndose tranquilo, tendrá una superioridad sobre cualquier ocultista que sólo se basa en la técnica del ocultismo.

Sin embargo, el ocultista no ignora la fuerza crística; la reconoce entre la jerarquía de las fuerzas supremas del Universo, aunque no esté preparado para asignarle la posición exclusiva que ocupa en el corazón de la mística cristiana. En la tradición occidental está simbolizada por el Tifareth, el Séfira central de los diez Sefiroths sagrados del árbol cabalístico de la vida.

La fuerza crística es el factor equilibrador, compensador, curativo, redentor y purificador del Universo. Debe invocarse en toda operación de autodefensa psíquica en la esté implicado cualquier elemento humano, encarnado o desencarnado. Cuando hay que tratar elementos no humanos, como elementales, formas de pensamiento o el Clifoth, lo que hay que invocar es el poder de Dios Padre Creador del Universo. Se afirma su supremacía sobre todos los reinos de la Naturaleza visibles e invisibles. El Espíritu Santo divino es la fuerza que se emplea en las iniciaciones, y no debe invocarse en tiempos de dificultad psíquica, pues su influencia tenderá a intensificar lo condición y hará el velo aún más delgado.

En las páginas anteriores he tratado de realizar una tarea difícil, casi imposible de hacer satisfactoriamente, pero traté de hacerlas comprensible para aquellos con un conocimiento más superficial del tema del tratamiento de los trastornos psíquicos, no siendo esto un manual satisfactorio, pero sí señalando la dirección en la que pueden realizarse ventajosamente las investigaciones.

Violet Firth - (Dion Fortune)

CUADERNILLO Nº 39 – Parte 2

LOS RIESGOS INCIDENTALES DE LA MAGIA CEREMONIAL

Para tratar adecuadamente el problema de la autodefensa psíquica tenemos que entender un tema sobre el que se ha escrito muy poco: la naturaleza de las fuerzas del mal inteligente y organizado.

Las grandes fes del mundo antiguo tenían todos sus dioses malignos lo mismo que sus deidades benéficas, y no llamaban diablos a esos dioses malignos. En el hinduismo, tenemos a Shiva y Kali; en el sistema egipcio tenemos a Set, Vesz y Tifon; en el panteón griego están Plutón y Hécate.

Todas las demás tienen también sus coros angélicos, sus arcones o constructores y toda la jerarquía de los cielos. Sólo el cristianismo protestante ha olvidado su angelología, el creador ha de ser al mismo tiempo arquitecto del universo y albañil, formando al hombre del polvo sin ayuda.

Sin embargo, si hacemos referencia al “Paraíso perdido” veremos que Milton estaba familiarizado con las jerarquías divinas y con las infernales, y que éstas estaban graduadas de acuerdo con un sistema definido. Todo el que esté familiarizado con la cábala reconocerá en Milton un cabalista.

En la cábala encontramos el esoterismo del Antiguo Testamento. Me propongo utilizar la terminología cabalística para explicar la teoría esotérica del mal, primero porque es aquella con la que más familiarizada estoy; en segundo lugar porque constituye la base del pensamiento oculto occidental y toda la magia medieval se basa en ella así como una gran parte de la magia moderna; en tercer lugar, en mi opinión es singularmente lúcida, coherente y global; y al ser un sistema consagrado por la antigüedad no puedo ser acusada de novelar o fabricar el mío propio.

El iniciado reconoce dos tipos de mal, el mal negativo y el positivo. El mal negativo es el opuesto polar del bien, es el bloque de impulso del bien; el principio de la resistencia, de la inercia, que permite al bien “actuar”.

Pero el mal negativo es también más que eso. Podemos llamar al principio de resistencia el aspecto “negativo” del mal negativo. Pues tiene también un aspecto “positivo”: el principio de destrucción.

Podemos explicar mejor la función cósmica del principio de destrucción dándole su nombre esotérico de vengador de los dioses. Su función es la de limpieza tras la marea de la evolución, eliminando lo que ha quedado anticuado para que no sofoque la vida en evolución.

Podemos encontrar ahora la respuesta al enigma eterno de la razón por la que Dios tolera al diablo. El diablo es el bloque de impulso cósmico y el vengador de los dioses. Este aspecto del mal es el que recibe un simbolismo más detallado en los panteones de otras fes, teniendo sus aspectos de Shiva y Kali o Plutón y Hécate. Podemos ver ahora la razón de que esas fuerzas resistentes y destructivas sean clasificadas como dioses y no como demonios, pues son reacciones que están de acuerdo con la ley cósmica, no fuerzas anárquicas y caóticas.

Lleguemos ahora a la consideración del mal positivo. También éste un aspecto “negativo” y otro “positivo”. Su aspecto “negativo” es puro caos, sustancia informada y fuerzas sin coordinar. Se le ha llamado correctamente el aborto cósmico. Vagar en la esfera del mal positivo “negativo” es como quedar atrapado en unas arenas movedizas psíquicas. Consideramos ahora la esfera del “positivo” mal positivo, los propios demonios, o el Qlippoth, como se les llama en la cábala. Para entender su significado, debemos hacer otra incursión en la filosofía cabalística.

El Creador es concebido como el que manifiesta el universo mediante una serie de emanaciones divinas, en número de diez. Estas reciben el nombre de los Sefiroth sagrados y se representan en un diagrama dispuesto de modo particular. Es el famoso árbol de la vida, la clave de todo simbolismo.

Los Sefiroth no emanaron independientemente, cada uno de la fuente divina; si no que fluyeron el uno del otro. En cuanto un Sefira ha emanado a otro se dice que estos dos se hallan en equilibrio, compensándose el uno al otro. Pero hay un período durante la emanación de un Sefira en el que la fuerza no está totalmente todavía en equilibrio, sino que se impulsa sin apoyo, como un arco incompleto. Esta fuerza sin compensación emanada durante la época de desequilibrio, y no absorbida nunca posteriormente tras el establecimiento de la esfera nueva es lo que constituye el mal positivo. Hay, por tanto, diez tipos de mal positivo, así como diez emanaciones divinas.

A estas esferas van, de acuerdo con su tipo, todas las imaginaciones malignas del corazón del hombre que no son neutralizadas o compensadas por un exceso de bien en los otros miembros del mismo alma del grupo. Hay aquí una doctrina oculta profunda en la que no podemos entrar ahora: basta con afirmarla dogmáticamente al explicar la concepción cabalística del Qlippoth. Si consideramos todo lo que se debe estar derramando en estos diez recipientes de iniquidad desde los tiempos de la magia de la Atlántida, a través de Babilonia y Roma, llegando hasta las guerras mundiales, podemos imaginar lo que surge de ellos cuando se rompen sus sellos.

De ellas no sólo emanan influencias que tienten y corrompen a las almas, a cada uno de acuerdo con su susceptibilidad, sino que además han servido con el tiempo para la formulación de inteligencias malignas. Estas se originaron probablemente por la magia negra, que tomó la esencia maligna esencial y las organizó para sus propios fines. Los seres así formulados asumieron una existencia independiente, se desarrollaron y se multiplicaron. Aparecen como sueños y alucinaciones y pueden producir un considerable grado de fenómenos objetivos, como ruidos, depósitos de barro o sangre, bolas de luz, y sobre todo, aromas de sorprendente olor.

Las diez emanaciones divinas están personificadas como los arcángeles, y las diez emanaciones infernales como los archidemonios. Estos son los que tienen los nombres de poder en magia. Por tanto, cada Séfira tiene su lado inverso en el correspondiente demonio Qlippothico. El adepto iniciado controla siempre la fuerza demoníaca antes de utilizar la angélica, con la que puede contactar en cada Séfira mediante los medios apropiados. Además, los planetas, los elementos y signos del zodíaco están todos íntimamente relacionados con los Sefiroth, disponiéndose en el árbol de la vida en un esquema conocido sólo por los iniciados.

El adepto iniciado tiene sumo cuidado en lo que hace cuando trabaja con estas potencias, pues sabe que debe contar con el Qlippoth del fondo. El ocultista no iniciado avanza alegremente, jugando con los nombres de poder que ha recogido de innumerables libros sobre el tema y que ahora están a disposición de cualquier lector, pensando que si no invoca a los demonios éstos no vendrán. Olvidan que cada planeta es un Jeckyll y Hyde. En consecuencia, la magia ceremonial se ha ganado un mal nombre por culpa de la desagradable frecuencia con que se producen resultados indeseables, al igual que la cirugía tuvo un mal nombre antes de los tiempos de Lister. El problema está en la técnica perfecta.

Entre el público en general, que no se interesa por el ocultismo, los resultados de los infortunios mágicos nunca se dan, y los únicos médicos que los ven son también iniciados además de médicos, y como es natural guardan silencio. Las catástrofes tienen diversos grados de gravedad, desde un mal susto a una fatalidad.

No puedo decir mucho sobre estos temas, pues se encuentran entre los senderos más secretos del conocimiento oculto. Sí se puede sugerir lo suficiente, sin embargo, para revelar lo que en ciertas circunstancias se puede experimentar. No creo que haya la menor posibilidad de encontrar a los demonios Qlippothicos si no es utilizada la magia ceremonial. En Inglaterra son tan raros como el ántrax, pero está bien conocer el modo de su manifestación para reconocerlos si se los encuentra.

La gran mayoría de los charlatanes del ocultismo están protegidos por su propia ineptitud. No consiguen resultados, y en consecuencia nada les daña; pero si obtuvieron resultados encontrarían sus manos llenas. El estudio serio, a menos que trabaje una idea cualificada, también se puede encontrar en dificultades, y por varias razones.

Puede tener una experiencia insuficiente en la operación que ha emprendido, pues en la magia la teoría es una cosa y la práctica otra. Un estudioso de la ciencia oculta a menudo sacará una fórmula de un libro y tratará de utilizarla. Es igual que si alguien estudiara las instrucciones de cirugía y tratara de realizar una operación. La mayor parte de las fórmulas son incompletas, siempre hay trabajos que no se escriben. Algunos de los “nombres bárbaros de evocación” que utiliza el no iniciado como palabras de poder son en realidad son en realidad las letras iniciales de una fórmula o sentencia mántrica. Una vez encontré una invocación en la que la palabra de poder era Tegatoo Al investigar resultó ser los restos de El Gran Arquitecto del Universo.

Incluso un ocultista experimentado puede tener dificultades si realiza trabajos mágicos con mala salud, cansancio excesivo, incluso si tiene en su cuerpo una moderada cantidad de alcohol, pues muy poco resulta excesivo cuando se manejan fuerzas invisibles. Esto se aplica igualmente a cada uno de sus ayudantes. La fuerza de una cadena está en su eslabón más débil, y si uno de los miembros del equipo no puede manejar las fuerzas todo el mundo sufrirá por ello. Una logia ritual no es lugar para un ineficaz bien intencionado.

En el ocultismo de hoy hay mucha charlatanería. En su mayor parte es inocua por ser totalmente ineficaz; pero nunca se sabe cuándo se van a tener momentos difíciles. Tomemos por ejemplo los anuncios de diversas publicaciones ocultas que ofrecen “encantos que funcionan”. Ocurre una de estas dos cosas. O bien no funciona en absoluto, en cuyo caso se está perdiendo el dinero al comprarlas; o funcionan por medio de un poder con el que se les ha cargado. ¿Cuál es la naturaleza de ese poder? ¿Realmente saben de qué se trata las personas que hicieron el encanto o el talismán? ¿Tomaron la precaución de cerrar el aspecto más bajo antes de magnetizar el talismán con el aspecto superior? Estas son precauciones elementales del ocultista práctico bien entrenado. ¿Las conocía el que fabricó el talismán?

También están los que compran libros de segunda mano sobre magia. ¿Quién fue el propietario anterior y con qué fines utilizó esos libros? Ose comprar un libro nuevo producido por alguna escuela oculta con motivos de propaganda. Esos libros suelen magnetizar antes de enviarse, formando así un vínculo magnético entre el comprador y la orden que los editó.

O alguien puede unirse a un grupo que previamente ha estado relacionado con otro grupo oculto cuyos contactos estaban degradados. A menos que se tomen las precauciones apropiados, esa persona llevará el contagio psíquico con ella, y sus compañeros pueden tener experiencias desagradables.

Me acuerdo que un ocultista de gran experiencia me dijo que para tener seguridad en el ocultismo se necesitan dos cosas: motivos correctos y compañeros correctos. Nos rodeamos de una falsa seguridad si creemos que las buenas intenciones son protección suficiente. Mi consejo al aspirante a estudiante es que invoque al maestro para que le envíe un iniciador, y se niegue a realizar cualquier trabajo práctico hasta que esté plenamente convencido de que ha encontrado el iniciador.

No puedo entrar aquí en las precauciones que hay que tomar contra los sucesos indeseables en el trabajo oculto práctico ni en los remedios a aplicar si se producen; simplemente indicaré los signos por los que se puede reconocer tal eventualidad. Esto es lo único que puede hacerse y el iniciado sabe lo que ha de hacer sin necesidad de que yo lo guíe; el no iniciado no puede hacer nada, y debe buscar ayuda. Para él es suficiente con saber cuando necesita esa ayuda.

Si las cosas van mal en el curso de un ceremonial mágico, la energía se “cortocircuita” y alguien, quizá el operador o puede que la persona más débil del equipo, quede “noqueado” como si hubiera recibido un puñetazo de un boxeador invisible. Al recogerle, estará muy aturdido, y necesitará días, posiblemente semanas, para restablecerse. Se hallará en un estado de postración completa y de considerable confusión mental, que irá desapareciendo gradualmente. A menos que haya algún defecto orgánico, como una inestabilidad mental hereditaria, una mala condición del corazón o arterias endurecidas, la recuperación será completa en su momento, pero naturalmente es malo que estén presentes algunas de esas condiciones, por lo que los que las tienen no deben tomar parte en experimentos ocultos. Personalmente, no creo que por sí solas las fuerzas invisibles puedan causar realmente la pérdida de la vida o un daño permanente de no existir una lesión física. La persona que enloquece como resultado de un shock psíquico habría enloquecido igualmente en un accidente de ferrocarril o con cualquier otra experiencia emocional drástica.

A menos que la atmósfera psíquica le indique de otro modo, no es necesario realizar ningún destierro, ni tomar precauciones contra la obsesión, porque el poder se ha dispersado en el acto mismo de infringir el shock.

Cuando hablo de los experimentos de la magia ceremonial no me refiero a la iniciación de un ritual. La iniciación de un ritual es desde luego magia ceremonial, lo mismo, por lo que concierne al caso, que los sacramentos de la iglesia. Pero el ocultista, utilizando sus términos quizá un poco libremente, no incluye a los rituales iniciáticos cuando habla de magia ceremonial.

Hay muchas variedades de ceremonias iniciáticas, pero todas están pensadas para trabajar sólo sobre al alma del candidato. En cambio, la magia ceremonial, en el sentido técnico del término, está pensada para trabajar sobre el alma de la naturaleza. Las dos operaciones, en sus innumerables formas, pertenecen a un tipo totalmente distintos, y tratan de conseguir resultados absolutamente diferentes.

¿Tenemos que renunciar a los métodos ceremoniales porque ocasionalmente, en manos inexpertas o en condiciones inconvenientes, han conducidos a resultados desastrosos? Hay un riesgo injustificable que ninguna persona equilibrada debe correr si lo puede evitar, y hay un riesgo justificable que todo el mundo debe estar dispuesto a aceptar para conseguir algo nuevo. No todos los seguidores del camino interior son adecuados para el trabajo ceremonial, del mismo modo que no todos los individuos están preparados para manejar los controles de un aeroplano; pero hay personas, hombres y mujeres, para quienes un poco de peligro es un acicate que les impulsa a demostrar lo que valen, y estas personas se encontrarán siempre en le vanguardia de la gran aventura.

DISTINCIÓN ENTRE UN ATAQUE PSÍQUICO OBJETIVO Y PERTURBACIÓN PSÍQUICA SUBJETIVA

El psiquismo, por auténtico que sea, es causa frecuente de autoengaño. Un psíquico es invariablemente una persona muy sensible y sugestionable. Esa es la base de sus dones. Como el psiquismo no es algo normal, al menos en los europeos, el psíquico es, en términos de los ingenieros náuticos, alguien “con demasiado motor para su casco”. En consecuencia es inestable, capaz de reacciones emocionales violentas, y en general muestra esas aberraciones de conducta a las que estamos habituados a relacionar con el genio artístico.

A menos que un psíquico sea entrenado, disciplinado, protegido y vigilado por quienes entienden su condición, su psiquismo no será nunca de confianza, porque se dejará llevar por todos los vientos e influencias. El psíquico y el neurótico son muy afines en sus reacciones ante la vida, pero el neurótico se diferencia del psíquico en que, en lugar de tener demasiado motor para su casco, tiene poco casco para sus motores. Sin embargo, el resultado es el mismo: una discrepancia entre la fuerza y la forma con la consiguiente incapacidad de mantener un control central, razonado y dirigido.

En gran parte, la técnica de la disciplina oculta se dirige hacia el mantenimiento del control de fuerzas dispares, compensando la sensibilidad del psíquico y protegiéndole de impresiones indeseables. No se debe aprender a abrir la puerta de lo invisible si al mismo tiempo no se aprende a cerrarla.

Como observamos en la introducción es muy raro que lo invisible venga a la búsqueda de los seres humanos. Pero si empezamos a estudiar al ocultismo, incluso a interesarnos por él, antes o después obtendremos resultados, siempre, claro está, que el sistema utilizado contenga el germen de la eficacia.

En el caso de una persona que llega al sendero por vez primera, el progreso será necesariamente lento y laborioso; pero un alma que se ha iniciado en encarnaciones anteriores puede reabrir las facultades psíquicas latentes con tanta rapidez que se convierte en grave el problema de mantener una coordinación armónica de la personalidad.

Es muy común que una persona que realiza su primer contacto con el movimiento experimente perturbaciones psíquicas. Esto se atribuye a veces a influencias malignas, a veces a entidades malignas. Pero puede que estas dos deducciones sean falsas. Hay una tercera posibilidad que es responsable con mucho del mayor porcentaje de víctimas: el simple hecho de que la conciencia esté siendo perturbada por una fuerza nada habitual. Es común ver a un niño enfebrecido en los primeros días de unas vacaciones junto al mar. No está necesariamente enfermo. El aire poderoso, los alimentos a los que no estaba habituado y la excitación de sus nuevos alrededores están perturbando su sensible equilibrio físico. Lo mismo sucede cuando el neófito se ve perturbado al inicio de su camino oculto. Las vibraciones infrecuentes le perturban y tiene un ataque de indigestión oculta. En ambos casos el tratamiento es el mismo: restricción temporal de la dieta que ha provocado la perturbación.

Otra causa de la perturbación psíquica puede estar en la recuperación parcial de los recuerdos de encarnaciones pasadas, si estás incluyen episodios dolorosos, sobre todo si están relacionados con estudios esotéricos. La entrada de los conceptos ocultos en la mente consciente tiende a despertar el recuerdo subconsciente de experiencias similares en vidas pasadas. La emoción que rodea a un recuerdo se recupera invariablemente antes que la imagen real del incidente. (Esta es una de las mejores pruebas para conocer la precisión de los recuerdos de las vidas pasadas.)

Esta emoción previa puede presentarse durante mucho tiempo en el umbral de la conciencia antes de que las imágenes se clarifiquen lo bastante para ser tangibles. Si la emoción que está surgiendo en el horizonte es de naturaleza dolorosa, puede causar considerables perturbaciones, y en ausencia de un consejero experimentado se puede atribuir a un ataque oculto, o a la percepción psíquica de influencias malignas en el grupo oculto al que el neófito se ha afiliado. Es necesario poner una gran precaución para extraer conclusiones de las impresiones psíquicas de un estudiante inexperto, el cual puede alarmarse tanto como un niño de dos años.

Por otra parte, las reacciones instintivas de un alma pura y sensible no deben ser ignoradas. Las entidades malignas y las logias negras existen. No debemos permitir que el grito de “¡el lobo, el lobo!” nos haga ser descuidados. En cualquier caso, la víctima está sufriendo de una incomodidad que es remediable.

Resulta tremendamente difícil determinar psíquicamente si el aquejado tiene motivos razonables para sus sentimientos, pues su propia imaginación habrá llenado su atmósfera con formas de pensamiento amenazadoras. No es un asunto simple de decidir si esas formas de pensamiento son objetivas o subjetivas. Lo más prudente es fiarse de las evidencias que pueden ser objetivamente examinadas e investigar los registros de ese grupo u ocultista particulares que son acusados.

Pero también es necesario investigar los registros de la persona que hace la acusación. El que esa persona esté llena de los ideales más elevados no es prueba de que tenga una mente equilibrada, un juicio claro y sin desviaciones, ni de que aprecia la naturaleza de la evidencia. Una persona no tiene porque mentir deliberadamente para hacer afirmaciones muy alejadas de la verdad.

Otro factor que ha de ser reconocido son las divagaciones del instinto sexual en una persona que lo ha reprimido. Consideremos el caso de una mujer, quizá ya no joven, cuyas circunstancias le permiten por primera vez seguir sus propias inclinaciones; un caso muy común en las amas de casa que han de esperar la muerte del marido antes de comprender su camino en la vida. Esta mujer aborda el ocultismo, por el que siempre ha tenido una inclinación, y se une a algún círculo de estudio, y posiblemente realiza una iniciación ritual.

El jefe de ese círculo será con toda probabilidad una persona de fuerte individualidad. La recién llegada, inexperta y hambrienta de amor, queda encantada. El ritual es algo muy estimulante, como el clérigo anglo católico ha descubierto a su costa. La mujer, posiblemente ignorante de los hechos de la vida, se siente extrañamente agitada. Se asusta, siente que algo del reino de Pan se ha aproximado. Su instinto la guiará usualmente hacia la fuente de donde procede la influencia perturbadora. Designará con dedo inflexible al varón magnético. Pero raramente tendrá en cuenta las reacciones de la mujer en presencia del varón.

Si es una mujer ignorante de los hechos de la vida, la acusación tomará usualmente la forma de influencia hipnótica. No entiende que la naturaleza es la que hipnotiza. Si es una mujer que conoce algo del mundo, la acusación puede ser de avances impropios. Una mirada a la mujer suele bastar para decirnos si es probable que haya algún fundamento o no para esa acusación. Raras veces la mujer joven y hermosa, quien tendría razones para ser aprehensiva, es la que nos cuenta estas historias. Es curioso que nunca parezca ocurrírsele a quien hace esta acusación refugiarse en la huída o poner el asunto en manos de un abogado. Si al final de un largo relato lleno de oscuras sugerencias e inexpresables matices se le pregunta: “¿qué hizo él exactamente?”; la respuesta suele ser: “me miró de un modo significativo”.

Cuando oímos una de estas historias, es mejor prestar más atención al porte de la persona que la cuenta que a los supuestos hechos. Su porte nos dará usualmente una información más valiosa. Conseguir que una auténtica víctima hable es algo de lo más difícil del mundo. La mujer, que transmite a todo el mundo el relato de su propia vergüenza suele ser una mujer desdeñada, y la fiabilidad de su testimonio en el asunto está en relación inversa a su locuacidad.

Debe tenerse en cuenta al valorar esos cargos que un ocultista entrenado, sobre todo si es de alto grado, tiene una personalidad magnética en exceso, la cual puede ser perturbadora para quienes no están habituados a fuerzas psíquicas de alta tensión. Pues mientras que la persona que está madura para el desarrollo desplegará rápidamente la conciencia superior en la atmósfera de un iniciado de alto grado, la persona que no está preparada puede encontrar profundamente perturbadoras esas influencias.

Las quejas de un ataque oculto pueden tener un origen en los engaños del loco, y no invalidará esto necesariamente el hecho de que una segunda persona presente pruebas de apoyo. Hay una curiosa forma de locura a la que los alienistas dan el nombre de “folie de Deus” en la que dos personas íntimamente relacionadas comparten los mismos engaños. Suele encontrarse en esos casos que uno está realmente loco y el otro pertenece a un tipo histérico y se ha visto imbuido por los engaños de su amiga por medio de la sugestión. Utilizo el pronombre femenino porque esta forma de locura es rara entre los hombres. Suele ocurrir entre dos hermanas o dos mujeres que iban juntas.

Cada tipo de locura tiene su expresión facial característica, incluso su modo de andar. Pero no es tan simple, ni siquiera para el experto, reconocer una locura en sus fases incipientes. Los lunáticos son tremendamente creíbles, y cuando captan parte de la jerga del ocultista o espiritualista pueden presentar su caso extraordinariamente bien. Incluso el alienista experimentado ha de mantener un caso en observación para poder averiguar si es o no una locura auténtica.

En un campo en el que los expertos dudan con frecuencia, ¿qué puede hacer el profano que se enfrenta a un caso que levanta sus sospechas? No cabe esperar que reconozca la locura en cuanto la vea, pero su propio sentido común debe bastar para permitirle reconocer la cordura. En otras palabras, debe suspender el juicio sobre los supuestos hechos y concentrarse en la cuestión de los motivos. Ahí es donde encontrará su mejor indicación. Si una persona no puede ofrecer explicación válida con respecto a las razones del ataque que está sufriendo, ni a su causa u origen, podemos deducir con tranquilidad que se ha originado en su imaginación.

EL ELEMENTO PSÍQUICO EN LA PERTURBACIÓN MENTAL

Ya hemos visto que los trastornos nerviosos y mentales pueden estimular un ataque psíquico, especialmente si el sujeto está familiarizado con la terminología del ocultismo. También podemos considerar el papel jugado por el ataque psíquico en los trastornos nerviosos y mentales. Vamos a dar una explicación breve de la naturaleza de las perturbaciones nerviosos y mentales y de la distinción entre ellas.

En el curso de una encarnación, la mente se forma con los fundamentos de los rasgos del ser superior, o individualidad, que es el alma inmortal que se desarrolla en el curso de una evolución. La mente, por tanto, forma parte de la personalidad, la unidad de la encarnación, iniciándose en el nacimiento y disolviéndose en la muerte, siendo absorbida su esencia por la individualidad, que evoluciona a partir de ahí.

La mente es esencialmente el órgano de adaptación al entorno, y cuando la adaptación fracasa es cuando comienzan los problemas neuróticos e histéricos. Cada ser vivo es el canal para una corriente de la fuerza de vida que procede del Logos, el creador de este universo. Esta corriente se divide en tres canales principales representados por nosotros como los tres grandes instintos naturales: autoconservación, reproducción e instinto social. Estas son las fuentes principales de nuestra vida. La presión de la propia vida está tras ella, y si son desbaratadas más allá de su capacidad de compensación (por considerable que sea ésta) son como corrientes cuyos canales están bloqueados y que en consecuencia se inundan y convierten en un pantano la tierra adyacente.

La emoción es el aspecto subjetivo de un instinto. Es decir, cuando funciona un instinto, sentimos emoción. Cada emoción que sentimos puede referirse a uno u otro de los instintos. El resentimiento ante una ofensa a nuestra dignidad tiene sus raíces en el instinto de autoconservación. Nuestro amor por el arte tiene sus raíces en el instinto del amor, la belleza, la expresión creativa que en su arco más inferior se denomina sexo. Cada uno de estos instintos tienen su aspecto espiritual superior y su aspecto físico elemental, y la transmutación de un plano a otro tiene lugar libremente, por lo que a menos que entendamos el significado de estas manifestaciones nos equivocaremos. En su comprensión está la clave de la ciencia de la vida.

Si uno de los grandes instintos es reprimido hasta el punto de que se deshacen todos los intentos de compensación; o si el temperamento es tan poco elástico y acomodaticio que no modifica sus demandas, el ego realiza un intento final y desesperado de ajuste saliéndose de los limites dentro de los cuales pueden mantenerse relaciones armoniosas con el entorno. Se rompe la comunicación con el entorno y la mente, al menos en parte, abandona la esfera de la realidad cambiándola por la esfera de la imaginación. Se pierde el sentido de los valores fijos y las cosas asumen una importancia simbólica. Esta ruptura puede ser parcial, relativa a ciertos aspectos tan sólo, o total.

En la histeria, las fuerzas de la vida bloqueadas permanecen en el canal, pero se lanzan con fuerza concentrada por cualquier compuerta que pueda abrirse. En consecuencia, por debajo de la obstrucción, en lugar de ser el río un cuerpo de agua que fluye suavemente, desciende con rápidos y remolinos difíciles y peligrosos para la navegación, por lo cual la barca de la vida puede naufragar. También el campo circundante se reduce a una zona pantanosa, ni tierra ni agua. Dicho de otro modo, el temperamento se vuelve tempestuoso y los factores emocionales indebidos y los factores no emocionales de la mente, como el juicio y el autocontrol, se desmoralizan. Por necesidad, tal temperamento se encuentra con dificultades perpetuas en la vida, y periódicamente las emociones reprimidas se rompen en llantos, gritos y movimientos musculares convulsivos, que actúan como válvulas de seguridad y alivian temporalmente la presión.

El neurótico se diferencia del histérico en ciertos rasgos bien marcados que hay que tener en cuenta cuidadosamente, pues son muy importantes desde un punto de vista práctico. Los problemas del neurótico comienzan del mismo modo que los del histérico, debiéndose a una emoción reprimida y al fallo de adaptación al entorno; pero en su caso las fuerzas de la vida puestas en funcionamiento abren canales para sí mismos que circunnavegarán el obstáculo que bloquea el camino. Obtenemos, en consecuencia, lo que el psicólogo llama desplazamiento de la emoción. Algún asunto comparativamente inocuo se convierte en el objeto de un derrame emocional que en modo alguno le concierne, pues se ha convertido en el sustituto de otra cosa. Es el curioso rastro subterráneo de la emoción en la mente que causa tantos problemas, pues el paciente no está loco y sin embargo, ciertas partes de sus valores y reacciones ante la vida se han visto pervertidas. Es una persona extremadamente difícil de tratar, porque es dada a inesperados e irracionales amores, odios y miedos, y actúa en consecuencia.

En las locuras orgánicas se determinan condiciones similares, los resultados psicológicos son los mismos, pero como el origen es físico y no mental, no pueden tratarse por la psicoterapia. Hay que hacer algunas cosas para aliviarles, sin embargo, aunque no puedan curarse totalmente; por tanto, los consideraremos desde los dos puntos de vista, el oculto y el psicofísico.

El cuerpo es el vehículo de la mente. Si el vehículo falla, la mente no se puede expresar con precisión; sus reacciones estarán distorsionadas. La ciencia ortodoxa dice que el cerebro es el órgano de la mente, pero la ciencia esotérica dice que el cerebro es el órgano de la percepción de las impresiones sensoriales y de la coordinación de los pulsos eferentes. Es el sistema telefónico del sistema nervioso. Sólo en uno de los puntos la mente toca el cuerpo, los otros son las glándulas sin conductos del sistema endocrino, la pineal, pituitaria, tiroides, suprarrenales, timo y gónadas; a lo que podría añadirse el plexo solar y el plexo sacral. El estudioso de la fisiología cuántica será muy torpe si no ha observado que las sacras coinciden en su localización física con los órganos endocrinos.

La tarea de las endocrinas es el mantenimiento de la composición química de la sangre. Ponen en ellas sus secreciones, llamadas hormonas, en ciertas proporciones equilibradas. Si el equilibrio se ve perturbado, por el exceso de una secreción o la escasez de otra, tienen lugar cambios profundos en el metabolismo. La totalidad de los procesos vitales está regulada por las endocrinas, y pueden acelerarse o reducir su tasa en sus diferentes aspectos cuando se altera el equilibrio de las mismas. Los fisiólogos saben que este equilibrio endocrino está íntimamente relacionado con los estados emocionales, y especialmente con las posiciones de alerta o aturdimiento del temperamento.

Los psicólogos no aprecian en grado suficiente la importancia de las investigaciones recientes sobre las endocrinas, pero los ocultistas tienen un conocimiento de este aspecto de la psicifisiología como parte de su enseñanza tradicional. Los ejercicios respiratorios del yoga se basan en este conocimiento y son muy potentes, como lo son todas las prácticas ocultas, conducentes a corregir el plano físico. De hecho, podemos decir que ningún proceso oculto es realmente potente, ni ha completado su circuito, a menos que tenga su punto de contacto con la materia densa; un punto que muchos ocultistas dejan fuera de sus cálculos. El ocultismo aunque es primordialmente un proceso mental, no lo es totalmente. Es tanto material como espiritual.

En la gran mayoría de los casos de locura no se pueden demostrar cambios orgánicos en el cerebro, pero los alienistas reconocen cada vez más que pueden buscar las calamidades de Hécate en la sangre. Su composición química puede alejarse de la normalidad, bien por un cambio en el equilibrio hormonal o por los subproductos de la enfermedad. Este cambio de la química de la sangre se ve seguido inmediatamente por un cambio de tono emocional. El individuo puede volverse excesivamente emocional o deprimido, apático o irritable. Los antiguos describían admirablemente estas condiciones como los cuatro humores: sanguíneo, bilioso, linfático y colérico.

Tras considerar las bases físicas y subjetivas de las perturbaciones mentales, nos hallamos ahora en posición de valorar con precisión la parte jugada por lo invisible. ¿Qué sucede cuando un neurótico aborda el ocultismo? El mejor modo de responder a esta pregunta es considerando lo que sucede cuando una persona normal se inicia en el ocultismo. Aprende por primera vez la existencia de mundos invisibles y empieza a pensar en ellos. Nada más hacer esto, entra en contacto con ello. Al principio, quizá no pueda percibirlo conscientemente; sin embargo, los está sintiendo subconscientemente y le están afectando. La vida muestra esto al observador cercano de mil maneras.

En lo invisible hay grandes fuerzas que se mueven como corrientes, y somos atraídos hacia ellas de acuerdo con nuestra afinidad temperamental por ellas. La personalidad violenta se ve atraída hacia la corriente de Marte, la personalidad emocional y sugestible hacia la esfera de la Luna. La influencia de estas esferas les afectan. Pero el ocultista que trabaja bajo un sistema apropiado sabiendo que ha de encontrarse con esas fuerzas antes o después, las elige voluntariamente una a una y por medio de rituales apropiados, y las sintetiza dentro de su propia naturaleza. Sabe también que cada aspecto tiene su inverso.

La virgen Maria se refleja en Lilith. Las fes antiguas sabían esto, pero el cristianismo popular, que no tiene raíces en la tradición, lo ha olvidado. El cristianismo protestante abandonó su aspecto oculto con la reforma. Todos los panteones paganos tienen aspecto de divinidades así como otros etéricos. Necesitamos buscar en el montón de desechos de la historia las partes perdidas de nuestra propia tradición para que nuestra fe sea completa, y la línea más provechosa de búsqueda está en la cábala y en la literatura gnóstica. La literatura de la gnosis ha sido destruida en gran parte por la persecución sistemática, pero en la cábala nos queda todavía un sistema completo. Los judíos, estrictamente monoteístas, no hablan de dioses, pero reconocen una jerarquía de ángeles y arcángeles que es el equivalente de los panteones paganos. Mediante esos mensajeros etéreos el Padre Todopoderoso formó los mundos.

Consideremos una vez más la doctrina cabalística de los Qlippoth, pues guarda una íntima relación con el problema de la locura. La doctrina de los diez Sefiroth sagrados, dispuestos de forma correcta para constituir el árbol de la vida, es muy valiosa por cuanto nos permite concebir lo invisible. El primer Sefira se concentra a partir de lo inmanifestado, el punto dentro del circulo. De ahí emana el segundo, que a su vez emana el tercero. En cuanto uno ha emanado a otro, se dice que los dos están equilibrados ( ya explicado anteriormente); pero cuando la emanación está en proceso hay un período de fuerza desequilibrada. Por así decirlo, ésta se sale de sí misma en el cosmos y establece una esfera propia, sin conexión con el sistema cósmico. En consecuencia, cada esfera del cosmos tiene su contrapartida en el caos, en miniatura, cierto, pero sin embargo, potente y funcional.

Cada esfera, en el curso de su evolución, constituye un sobrealma que recibe distintos nombres en los diferentes sistemas. En el sistema cabalístico les llamamos arcángeles, los espíritus que hay ante el trono. La esfera del sol está representada por Rafael, la de la luna por Gabriel. Los Sefiroth anversos, o Qlippoth, se forman exactamente del mismo modo. En las habitaciones del infierno estos dos son conocidos como los disputadores y los obscenos, nombres que indican suficientemente sus caracteres. La esfera del sol es también el punto de manifestación del Mesías o Salvador de la tierra. El Príncipe de la Paz tiene su anverso en los disputadores. ¿Quién, que haya tenido la visión hermosa no conoce la reacción que le sucede, y la necesidad de sabiduría, autocontrol y paciencia para tratar las fuerzas que se liberan no sólo en el alma sino también en el entorno? Por esta razón todas las revelaciones se anteceden de períodos de purgación y disciplina. Debemos mantener una vigilia antes de sentarnos al festín.

La conciencia, liberada de la esfera de la tierra, se eleva hasta la esfera de la luna. Esta es la esfera negativa, femenina, receptiva y psíquica. De allí avanza hacia la esfera del sol. Es la esfera positiva y masculina de la conciencia superior. La visión del adivino distinguiéndose de la del psíquico. A su tiempo el camino es flanqueado por las esferas de la sabiduría hermética y la belleza elemental.

Esas esferas, relacionadas con los grados de iniciación, no nos interesan en estas páginas. Sólo tenemos relación con la esfera de la luna, la amante de la luna. Ahora bien, la luna era representada por los antiguos bajo diversas formas, como Diana la cazadora casta, símbolo de la sublimación, y Hécate, patrona de la brujería y el pacto. Ya hemos comentado que los Qlippoth de la esfera de la luna se llaman los obscenos. De ahí que cuando el alma inestable avanza por el camino de Saturno que traza un puente hacia lo astral, y entra en la esfera de la luna, contacte con el aspecto de Hécate y se encuentra en relación con los obscenos, dirigido por Lilith, quien da sueños de deseos. ¿Hay que asombrarse entonces de que Freud encuentre los sueños neuróticos llenos de imágenes sexuales en sus formas más pervertidas y degradadas? Los rabinos conocían su psicología tanto como él.

Como ya hemos comentado, el neurótico es muy a menudo psíquico, y el psíquico es muy a menudo neurótico. ¿Qué podemos esperar que le suceda al alma que ha tomado la iniciación en una era pasada, recibe inconscientemente el desarrollo psíquico así conferido y se encuentra encarnada en una personalidad neurótica en esta vida? Caerá bajo el dominio oscuro de la luna y Lilith será su amante. Por las fuerzas que ajustan mal el temperamento neurótico, encuentran camino de entrada las fuerzas del abismo. Los complejos disociados del microcosmos se ven reforzados por los complejos disociados del macrocosmos, pues eso es precisamente lo que son los Qlippoth.

Los ocultistas y sus admiradores ignorantes, los supersticiosos, han sostenido siempre que la locura tiene relación con la posesión demoníaca. La medicina moderna lo discute y declara que las diversas manifestaciones de la mente enferma se deben totalmente a procesos psicológicos subjetivos. Actualmente estas dos escuelas de pensamiento son como dos campos armados, preparados para la batalla y afilando sus armas uno frente al otro. Cada uno está seguro de sus propias razones si quiere que el otro las escucha. Opino que puede encontrarse un campo común para la reunión de estos dos puntos de vista opuestos.

La psicología demuestra el mecanismo de la mente y puede explicar los procesos mentales por los que las ideas de los dementes asumen su forma última. Puede mostrar la conexión entre estas ideas y los sueños de la mentalidad normal. Lo que no puede explicar es la diferencia fundamental entre estos dos estados subjetivos y la conciencia de vigilia normal. Aquí es donde el ocultista puede decir al psicólogo algo que él debería escuchar, pues puede mostrar cómo esas visiones se producen experimentalmente y a voluntad por medio de la magia ceremonial. Y aún más importante, el ocultista puede enseñarle cómo pueden dispersarse esas visiones y las facultades psíquicas cerrarse y sellarse.

Esto nos lleva a la parte práctica de nuestras consideraciones: ¿hasta qué punto pueden aplicarse los métodos de la magia ritual para el alivio de la enfermedad mental? Son indudablemente paliativos, pues no producirán una curación permanente a menos que se encuentre y elimine el origen de la condición mental perturbada. Si no se hace así, nada más haberse dispersado estos fantasmas volverán a formarse, porque el estado mental del paciente los estará invocando. En tales circunstancias no puede mantenerse intacto ningún círculo mágico. En cuanto rompamos la relación en el abismo el paciente la renovará.

Pero tales condiciones constituyen un círculo vicioso. Las fuerzas Qlippóticas con las que se ha establecido un contacto lo desarrollarán activamente, y mantendrán a su víctima mientras se intente desalojarlas. En esta época racionalista, olvidamos fácilmente que existe un mal organizado inteligente. Si se eliminan las causas físicas de esta perturbación, se erradica el foco séptico, o se corta el tumor que presiona la glándula endocrina, y la mentalidad sigue sin recuperar la normalidad, un exorcismo producirá a menudo resultados inmediatos y notables.

En el caso del neurótico, cuyo problema está totalmente en la esfera de la mente, un exorcismo tiene un enorme valor como preliminar al tratamiento psicoterapéutico apropiado, pues aclara el terreno e impide la reinfección, dando al paciente la posibilidad de partir de nuevo. Es posible que los demonios Qlippothicos ganen una influencia hipnótica tan poderosa sobre la víctima que ésta esté indefensa para romperla con un esfuerzo de su voluntad, y que la psicoterapia ortodoxa no pueda tocar la raíz del problema. Quizá haya que repetir el exorcismo dos o tres veces en el curso del tratamiento, pues las relaciones pueden renovarse después de haber sido rotas. Pero cuando los complejos del paciente hayan sido eliminados, no regresarán.

En cualquier caso, un exorcismo produce un beneficio temporal notable; durante la tregua el paciente tiene una posibilidad de reunir fuerzas y las influencias malignas se ven minadas. Un paciente valiente que coopere con inteligencia raramente tendrá que ser exorcizado más de tres veces siempre que las condiciones materiales sean favorables. He visto casos eliminados con un solo exorcismo y que han permanecido bien indefinidamente mientras el paciente obedecía las instrucciones y no tuvo ninguna relación con lo invisible, ni leyó libros sobre el ocultismo ni se relacionó con personas interesadas en esos temas. Y también he visto al abismo establecer su influencia cuando el paciente desobedeció las instrucciones y volvió a despertar a las antiguas vibraciones.

Hemos de comprender que la conciencia humana no es un recipiente cerrado, sino que como el cuerpo tiene una entrada y salida continua. Las fuerzas cósmicas circulan a su través todo el tiempo, como el agua del mar a través de una esponja viva. Cualquier estado emocional que surja de nuestro interior se refuerza desde el exterior. El ser subjetivo sólo proporciona las astillas, y el cosmos el combustible. Cuando el fuego ha empezado, las fuerzas cósmicas del tipo apropiado cederán la lumbre. Así como el católico devoto es inspirado por las influencias de su santo patrón invocado por la oración, el neurótico se recarga por su demonio obsesivo, invocado por los pensamientos mórbidos del subconsciente disociado. El ocultista mantiene que el principio generalizado del mal tiene sus canales inteligentes, del mismo modo que el principio organizado del bien tiene sus espíritus administradores. Cualquier observador que considere el fenómeno de la perturbación mental podrá apoyar esta hipótesis.

La cuestión de la obsesión es muy importante. La palabra se utiliza muy libremente en los círculos ocultos, en el sentido de la retirada de un alma de su cuerpo siendo sustituida por otra alma, pero dudo que sea ésta una verdadera representación de lo que verdaderamente sucede. Siempre me ha parecido que en la obsesión no tenemos la sustitución real de un alma por otra, sino una DOMINACIÓN COMPLETA DE UN ALMA POR OTRA. Es la dominación hipnótica, y podemos explicarla en los términos de la psicología conocida de la hipnosis, siendo en este caso el hipnotizador una entidad astral.