sábado, 15 de agosto de 2009

CLASE 3 – ORÍGENES DEL HOMBRE Y SU EVOLUCIÓN

Algunas teorías filosóficas y científicas buscan el origen del hombre a través de la evolución. Darwin nos hace arrancar del mono, y probó su afirmación de que las especies no permanecen estacionarias, sino que cambian a través del tiempo y de los sucesivos ambientes. Así Darwin, y con él otros científicos, aceptan nuestro origen simiesco. Según ellos, venimos de un mono evolucionado que un buen día se irguió sobre sus dos patas traseras y se hizo bípedo, al que denominaron Pithecanthropus Erectus.

Sin desechar las teorías científicas sino más bien afirmándolas, la Metafísica busca el origen del hombre remontándose mucho más atrás. Nosotros vamos a la FUENTE DIVINA, de donde dimana todo lo existente. Nosotros vamos en busca del ÁTOMO INICIAL, que salta del CORAZÓN DEL GRAN SOL CENTRAL, es decir, de la Gran Fuente de Energía que nutre a todo el universo, en donde se supone la existencia de ese GRAN SER, incognoscible en su esencia, pero tangible en sus efectos, que se hace presencia en toda manifestación viviente, ya que él se encuentra como energía vital en y a través de toda la creación, en una palabra, ese ser que llamamos Dios.

Esa pequeña chispa de vida, del tamaño de un átomo y que es en realidad un átomo, conocido con el nombre de ATOMO NOUS, es la diminuta imagen del hombre perfecto que se aloja en el ventrículo izquierdo del corazón humano, ya que él trae dentro de sí el proyecto divino del ser en que se va a fijar, trae lo que se llame el Concepto Inmaculado o Diseño Particular de Cada Ser, como la semilla más pequeña trae ya dentro de sí el plan del árbol que será mañana.

Esa pequeña partícula de vida es lo que nosotros llamamos el Átomo Inicial o Átomo Permanente, ya que nos va a acompañar en toda nuestra escala evolutiva y, a través de nuestros diferentes cambios, él será siempre el mismo. Es esa pequeña chispa lo que eres, has sido y serás tú a través de eones de tiempo. Cuando salió del GRAN SOL CENTRAL ya contenía y aún contiene tu diseño, patrón, arquetipo, tan tuyo, personal y único, como tu huella digital. Por eso, cada uno de nosotros resulta ser el Hijo Único de Dios, en ese modelo, ya que ÉL NO SE REPITE.

Un árbol puede tener miles de hojas, al parecer iguales, pero si miras cada hoja a través de un microscopio, advertirás que no hay dos iguales.

Así, Jesús fue llamado el Unigénito, el Hijo Único de Dios, afirmación que ha provocado serias controversias, ya que muchos nos hemos preguntado: Si Él es el hijo “único” entonces nosotros ¿qué somos? Sí, él es el Hijo Único de Dios, en ese modelo, en ese tipo, ya que no existe ni existirá jamás otro Jesús igual en todo a Él. Asimismo es con cada uno de nosotros, ni aún en hermanos gemelos que más se asemejen el uno al otro, la similitud será total, siempre habrá un detalle que hará distinguir al uno del otro. Porque como he dicho: DIOS NO SE REPITE.

En este Átomo Inicial residías tú, el que fuiste en encarnaciones anteriores, el que eres ahora y el que serás a través de tus futuras evoluciones, pero existías allí en potencia, como una fuerza destinada a desarrollarse a través del tiempo, siguiendo un plan emanado de la Divina Inteligencia Creadora que es Dios. Ese Átomo Nous o Átomo Inicial te pertenece, siempre será tu Átomo Inicial. Las Entidades Constructoras encargadas de ensamblar un nuevo cuerpo para ti en cada encarnación, se encargarán de colocarlo en el ventrículo izquierdo de tu corazón. Es sobre el patrón que trae ese átomo que construirá tu nuevo cuerpo, el que va a darte alojamiento con tu saldo positivo y negativo, dimanado de anteriores vidas, que marcará tu Karma, misión y destino para cada existencia.

Ahora bien, ¿fuiste siempre un ser humano? No. Tu historia es mucho más antigua. Comenzaste como átomo saltado del Gran Sol Central, átomo que es tu Átomo Divino, y así entraste en el Reino de la Materia. No tenías conciencia, entraste a la materia como mental, y allí fuiste adquiriendo una vaga noción de atracción y repulsión, de simpatía y antipatía, de afinidad o disparidad.

Tras siglos de evolución, circulando como átomo inicial en la partícula mineral que ocupabas, fuiste ascendiendo en la escala hasta que, un día, siguiendo la Ley de Evolución, sin saber cómo, te encontraste que eras un vegetal primario, tal vez un moho, un hongo, que luego siguió su camino como alga. Así seguiste evolucionando hasta alcanzar la categoría de arbusto o de árbol, y llegaste a ser uno de eses vegetales que manifiestan sensibilidad, dolor, frío, calor, algo de instinto, pues ya ves como la enredadera se traza su camino y si alguien pretende desviarla, ella vuelve a su sendero y, si la atan, muchas veces languidece y muere, otras se adapta al camino que le trazan. Verás como busca la luz del sol, etc.

Sigues tu evolución cíclica y pasas al reino animal. Comienzas como un animal primario, compuesto de una sola célula, como la ameba. De ahí vas pasando de un cuerpo a otro, fuiste animal marino o acuático primero, luego, siguiendo tu evolución, te hiciste anfibio y después terrestre. Del anfibio evolucionas al reptil y te sales del agua, para arrastrarte por la tierra. Así sucesivamente llegas a ser fiera o cualquier otra clase de animal ya evolucionado en inteligencia, como el caballo, el perro, animales que conviven con el hombre y se entienden bien con él.

Dentro de ese reino estás sujeto a las funciones de un cuerpo físico, adquieres mucho de inteligencia, pero sobre todo se ha afinado tu mente instintiva, que es la que te conduce a buscar el alimento, a buscar lo que te agrada y rechazar lo que te desagrada. Tienes tus cinco sentidos bien desarrollados y vives una vida consciente. Llegas a ser simio, caballo, perro o quién sabe de cuál forma de tu evolución animal pasas a pertenecer al REINO HUMANO.

Un buen día naces como hombre primitivo, eres un salvaje, un cavernícola. Es en ese momento, cuando llegas a lo que la ciencia denomina el Pithecanthropus Erectus. Es en ese momento cuando eres dotado con tus siete cuerpos o vehículos y donde comienza tu evolución hacia lo espiritual, pues allí eres dotado de razón, tienes la facultad, que no tiene el animal, de razonar y distinguir el bien del mal.

En cada una de estas transformaciones has gastado 14.000 años de existencia terrenal.

Ahora veamos tu vida como ser humano. ¿De qué modo se desarrolla en cada encarnación? ¿Cómo comienzas? Empiezas por ser un espermatozoide, un gusanillo enclavado en suelo húmedo. Vas creciendo y echando patitas y cola. Pasan los días y el gusanito va tomando aspecto de pez y vive en el agua, pasa a reptil, renacuajo o rana. Luego toma aspecto de mono, el rabo se ab sorbe, las patas delanteras van tomando aspectos de manos.

Es decir, que el ser humano en su desarrollo como feto, en el claustro materno, va repitiendo toda la gama, todas las formas y aspectos que tuvo en su evolución ancestral. Esta cronología del feto es la prueba más cercana que tenemos sobre la evolución del hombre, desde la célula primaria a la larva, su vida como pez y como anfibio, hasta el momento en que emergió del agua hacia lo seco.

Una vez nacida la criatura aún sigue recorriendo su camino ancestral, su prehistoria. Al salir del vientre materno al aire, despiertan sus instintos. Bajo los estímulos de su cuerpo animal él siente hambre, y sin equivocarse, y sin que nadie lo enseñe, se lleva las manos a la boca, órgano por donde antes NO fue alimentado, ya que recibió su sustancia alimenticia a través del cordón umbilical. Pero él, instintivamente sabe que por allí debe entrarle el alimento que su cuerpo le exige, e instintivamente se mete los puñitos a la boca y llora reclamando lo que necesita.

Una vez ante el seno materno, nadie se lo enseña, pero el instinto le dice que debe chupar, atraer hacia sí algo que contiene el pezón que se le ofrece, y sin otro maestro que la naturaleza instintiva, lo hace a perfección. Después empiezan a despertar sus sentidos y con él su cerebro y sus sensaciones, y así se abre el camino a su mente consciente. Bajo los estímulos de la luz y el sonido, comienza a reconocer a las personas por sus voces, por el olor, y por el roce de sus manos. Sus cinco sentidos comienzan a darle conciencia de las cosas al ponerlo en contacto con el mundo exterior.

Poco a poco su mente consciente estimula su campo emocional, él empieza a sentir agrado o desagrado, llora, ríe, siente miedo o confianza. Y allí mismo comienza su cuerpo etérico o mente subconsciente a grabar impresiones, que inician la formación de su personalidad. O sea, que al encarnar como hombre, él recibe el total de sus siete vehículos o cuerpos, como ya se ha explicado anteriormente. Continúa viviendo su prehistoria y camina gateando en cuatro patas, es un cuadrúpedo, para al fin erguirse sobre sus dos pies.

Como ya lo hemos predicho tantas veces, aunque por diferentes caminos, la Ciencia y la Filosofía acabarán encontrándose para darse las manos, y reconocer que han descubierto la misma cosa.

Siguiendo la cronología anterior y arrancando desde el momento en que el átomo inicial se hace célula primaria, la ciencia afirma:

1º Hace más de mil millones de años la Tierra ofreció los primeros signos de vida con la aparición en ella de las criaturas unicelulares.

2º Hace más de 450 millones de años aparecieron los primeros seres parecidos a peces.

3º Vienen luego, hace más de 200 millones de años, los grandes reptiles y también los primeros mamíferos. Inician la Era Terciaria, hace más de 50 millones de años, las primeras criaturas con rasgos de mono.

4º Era Cuaternaria hace un millón de años.

5º Pithecanthropus, hace 850 mil años.

6º Hombre de Neandertal, hace 500 mil años.

7º Homo sapiens, hace entre 40 y 20 mil años.

8º Comienzo neolítico, años 8500 A. de J.

9º Edad de Bronce, 2000 años A. de J.

Como se verá, la ciencia no difiere de nuestra teoría.

Quedamos en que, al llegar a su evolución humana el hombre es un ser séptuplo, compuesto por siete cuerpos que han sido creados para él durante un período de muchas edades. Los dividimos en tres cuerpos superiores espirituales y cuatro cuerpos o vehículos inferiores materiales.

Hoy ya eres un ser bastante evolucionado, y seguirás evolucionando, perfeccionándote, hasta alcanzar tu ASCENSIÓN y convertirte en un SER ASCENDIDO, que es la meta de la evolución humana.

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AUTOCONOCIMIENTO

Somos un Ser Real, un YO REAL, que viene encarnando a lo largo de muchas vidas, buscando su evolución y cumpliendo en cada una de ellas con una misión que le es encomendada.

Cada uno de nosotros viene a este plano físico como quien va a una escuela, a aprender mientras crece. Así como para ir a una escuela se nos coloca un uniforme, para poder estar en este plano se nos dan cuatro cuerpos inferiores, que no son más que la vestimenta de nuestro YO REAL.

Esto sucede porque el YO REAL es energía de alta frecuencia vibratoria y no puede manifestarse en el mundo de la materia, sino es a través de la materia y entonces se nos dan cuerpos que son materia. Estos son:

CUERPO FÍSICO = Actúa

CUERPO EMOCIONAL = Siente

CUERPO MENTAL = Piensa

CUERPO ETÉRICO = Da y distribuye vitalidad en el cuerpo físico.

Estos cuerpos fueron creados para que el YO REAL se exprese a través de ellos:

CUERPO FÍSICO: Es el más denso de los cuatro, es el que tiene a su cargo Actuar. A través de él, hacemos lo que sentimos y pensamos. Fue creado para que podamos expresar en este plano todo lo que tenemos como PODER.

CUERPO EMOCIONAL: Sirve para expresar en este plano todo el caudal de amor que posee nuestro YO REAL.

CUERPO MENTAL: Está para expresar en este plano toda la sabiduría que posee el YO REAL. Se acumulan en él conocimientos, cultura, es decir, un conjunto de datos.

CUERPO ETÉRICO: Es el que da y distribuye vitalidad en el cuerpo físico, posee puntos energéticos y generadores de energía que son emisores y receptores.

Estos cuerpos tienen funciones diferentes, frecuencias diferentes y se comunican con planos diferentes del planeta. Por lo tanto:

LES ES IMPOSIBLE ARMONIZARSE,

ESA ES NUESTRA TAREA.

Cuando el SER REAL utiliza a estos cuerpos como lo que son, es decir, vehículos inferiores: ACTUAMOS, SENTIMOS Y PENSAMOS ARMONIOSAMENTE.

Cuando esto no sucede, como ahora que les hemos dado el mando y por ser de idiosincrasias diferentes, sólo pueden arrastrarse unos a otros. Entonces:

1 - Hacemos por odio, amor, desesperación, cariño, etc., lo que sentimos, pero sin pensarlo.

2 - Hacemos fríamente calculado lo que pensamos, sin sentirlo, o a veces contrariamente a lo que sentimos.

3 - Sentimos que tenemos que hacer algo, pensamos que lo tenemos que hacer, pero no lo podemos realizar.

Al no estar armonizados desde el YO REAL, actúan por su cuenta y siempre uno de ellos va delante de los otros: Veamos un ejemplo:

A - Actuamos por enojo impulsivamente, luego nuestro mental comienza a analizar el hecho y a censurarnos, y por último sentimos malestar físico, casi siempre en nuestro aparato digestivo.

B - El mental comienza a hacer análisis anticipado de una situación, con todos los balances, resaltando casi siempre los aspectos negativos, de lo que va a suceder. El emocional se afecta, con lo cual nos alteramos o nos deprimimos, y en el momento de efectuarse la circunstancia, estamos afónicos, afiebrados o con dolor de cabeza.

C - Cuando por problemas emocionales, o por un mental muy acelerado, sobre-exigimos al cuerpo físico, como erosión, llega el momento en que este toma el mando y nos enfermamos.

Vale decir, que siempre queda un cuerpo que es ignorado en su totalidad, o parcialmente, en nuestras actitudes. Nuestra tarea es educarlos para que actúen como lo que son, los vehículos que necesitamos para expresarnos en este plano, con todo el potencial que tenemos. Para esto debemos tener muy presente algo:

VAMOS A EDUCAR CUERPOS

como si educáramos a niños, con Amor y Paciencia.

Si educáramos a un niño con agresión, castigo y falta de amor, sólo crearíamos un ser agresivo y lleno de odio.

Con nuestros cuerpos pasa lo mismo, con el agravante, que el odio sería contra ellos. (Lo que normalmente se llaman patrones de auto-castigo).

Tenemos que lograr que obedezcan a nuestro YO REAL. Para esto tenemos que trabajar en el tablero de control, desde donde se gobiernan los cuerpos inferiores.

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UNA SONRISA ES UNA BUENA INVERSIÓN

La mayoría siente intuitivamente que las cosas más simples de la vida son las más importantes. O si prefieres, que las cosas más importantes en la vida siempre resultan ser las más simples. Este es un descubrimiento profundo.

¿Qué hay de más importancia para nosotros que el respirar? Sin embargo, jamás le dedicamos ni un pensamiento. El aire no cuesta ni un centavo, pero si nos privaran del aire, nos moriríamos en pocos minutos.

Otra cosa simple y que es de gran momento, es la sonrisa. No cuesta dinero alguno, ni tiempo, ni esfuerzo, pero es de importancia suprema en nuestras vidas. La sonrisa afecta a todo el cuerpo físico, desde la piel hasta el esqueleto, incluyendo todos los vasos sanguíneos, nervios y músculos. Afecta el funcionamiento de cada órgano, cada glándula. Repito, no se puede sonreír sin afectar favorablemente a todo el cuerpo, y esta es la verdad literal. Una sola sonrisa relaja un gran número de músculos, de manera que cuando se hace un hábito, es fácil apreciar como se acumulan los efectos.

LAS SONRISAS DEL AÑO PASADO

TE ESTÁN PAGANDO DIVIDENDOS HOY.

El efecto de una sonrisa, en los demás, es igualmente notable. Les desarma la sospecha, disuelve la ira y el temor, y atrae a la superficie lo bueno que hay en el individuo, sin olvidar, que él procede inmediatamente a ofrecerte ese bien a ti.

En los contactos personales la sonrisa es lo que el aceite para las maquinarias y ningún ingeniero inteligente desatiende la lubricación.

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MEDITACIÓN 3

Duración: 1 semana - Leer 3 veces

MAÑANA

De aquí en más mi actitud mental será que nada ni nadie tendrá el poder de perturbarme o inquietarme, porque voy centrándome día a día en pensamientos positivos, optimistas, de salud, éxito y armonía.

No me ofendo ni me enojo, mi nuevo decreto es aprender de la vida y sacar de ella la mayor cantidad posible de enseñanzas, que son las que harán desarrollar más la madurez de mi amor.

Yo soy jovial, abierto a las ideas nuevas y dispuesto a sacar de toda experiencia Luz y Conocimiento.

MEDIODÍA

Yo soy manifestación de la madurez. A medida que comprendo esto me transformo, y mi vida toda se transforma.

Yo no digo “no sé”, “no puedo” o “no hay solución”, de hoy en adelante tendré presente mi nueva Verdad: “PUEDO”, “HAY SOLUCIÓN”, “APRENDERÉ”.

Sé que desarrollaré diariamente Madurez y Sabiduría.

NOCHE

En toda experiencia está la presencia del BIEN, de la ARMONÍA y del APRENDIZAJE. Acepto esta nueva Verdad.

Yo soy la Fuerza, el Valor y el Coraje de Crecer a través de toda experiencia de vida, cualquiera sea ella y permanezco sereno, elevado y lleno de Paz y Armonía en todo momento.

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