Nada hay más cerca de nosotros, salvo el amor de Dios, que la presencia de nuestros ángeles de la guarda. Nos conocen mejor, en forma más íntima, que nuestros padres o nuestros cónyuges. Se ocupan apasionadamente de nuestro bienestar espiritual y también de nuestra salud física, en cuanto ésta pueda efectuar lo espiritual (cosa que siempre sucede).
Desde el momento de nuestra concepción, nuestros ángeles guardianes nos han acompañado, manteniendo sin cesar su contacto con nosotros. Saben lo que hacemos, conocen nuestras penas, se enteran de cuanto vemos y decimos. Tienen a su cargo la vida y la muerte de toda célula viviente y nos aman, porque son serse enviados por Dios y Dios es amor.
Y el amor es la más básica, bella e importante de todas las comunicaciones, así como la más poderosa. Es algo tan sencillo como el niño protegido en brazos de su madre y al mismo tiempo tan complejo como la mujer sin hogar, enferma de SIDA, que, cuando encuentra a alguien más necesitado que ella, le brinda su único tapado para que se abrigue. Es hermoso, porque el amor crea belleza en el espíritu que ama y del que es amado. El amor es importante, porque nos trae el recuerdo de Dios, y Dios es amor. Y es poderoso, porque puede transformar nuestras vidas con más fuerza que un terremoto.
El amor tiene necesidad de comunicarse. Ansía llegar al amado para que cada persona sepa que es admirada y querida y que alguien está cuidando de ella. Cuando le resulta imposible alcanzarnos por medio de hechos o de palabras, lo hace en espíritu. Necesita, debe comunicarse.
Nuestros ángeles nos aman, y porque nos aman sólo piensan en nuestro bien. Quieren que nos sintamos felices y estemos en paz, desean que todos nos enteremos de cuánta es la sabiduría, la misericordia y el amor que ellos tienen. Quieren lo mejor para todos nosotros.
Por nuestra parte, también amamos a nuestros ángeles, aunque la mayoría de las veces no estamos conscientes de ello. Quizás hayamos tenido alguna intuición de su labor en algún momento de la vida, como la mano que nos retuvo en el momento en que íbamos a ponernos delante de un camión, o aquella oleada de consuelo cuando llorábamos la muerte de un amigo bienamado, muerto no hacía mucho. Y también, sencillamente tenemos fe en la existencia de los Ángeles y en que ellos nos aman y se ocupan de nosotros.
Pero, en última instancia, ya sea que hayamos visto o no a nuestros ángeles, hayamos podido hablar con ellos o no, lo que queremos es comunicarnos con esos seres. Deseamos verlos cara acara para agradecerles todo lo que cuidan de nosotros y cuánto nos guían. El ansia de tener una de esas formas de contacto es absolutamente normal. No tiene nada de extraño. El amor se encarga de salir en busca de lo que debe amarse: Dios lo hace; nuestros ángeles nos buscan, y nosotros buscamos a Dios y a todos los que se relacionan con Él o provienen de Él. Para eso estamos hechos y eso es propio de la naturaleza humana.
El universo entero se maneja y alimenta con las energías del amor. El mundo se trasformaría todo, absolutamente todo lo relacionado con nuestras vidas, fuera motivado por el amor y recibiera su energía del amor. Creo que muy en lo hondo de nuestro corazón, todos estamos enterados de esto, pero tememos vivir de acuerdo con esas reglas, tal vez con la esperanza de que algún otro ponga a rodar la bola para que todos los demás podamos seguirla. Los ángeles están en condiciones de ayudarnos a dar más fuerza a nuestro amor, de modo que por eso queremos buscarlos y aprender.
Nosotros decimos que no lo hemos oído ni lo hemos visto alguna vez, pero es que no nos hemos dado cuenta. Para conseguirlo, necesitamos desarrollar nuestra visión interior, nuestra conciencia hacia adentro, oír lo que sucede dentro de cada uno. Sólo entonces van a funcionar nuestros ojos y nuestros oídos.
Y no hay otra forma de desarrollar la sensibilidad con respecto a nuestros ángeles, que constantemente nos hablan en lenguas angélicas, que están mucho más allá de lo que pueden captar los sentidos humanos. Hemos de preparar neutro espíritu y nuestro corazón, y en ocasiones incluso nuestro cuerpo, y entonces sí estaremos en condiciones de que los ángeles lleguen hasta nosotros en tal forma que podamos reconocerlos como seres angélicos.
Los motivos que nos muevan a desear tales encuentros han de ser puros y en absoluto originados en algún interés personal. Incluso así, debemos aceptar que tales encuentros podrían llegar a no concretarse nunca. No hay ruego ni promesa, por grande que sea, capaz de impulsar a nuestros ángeles a ponerse en contacto con nosotros. Nuestras conversaciones con el ángel custodio de cada uno - en lento avance- han de buscarse dentro de los límites del reino espiritual y nunca en la esfera física. Cuando sea necesario, dentro de esta dimensión, llevar a cabo una entrevista con nuestro custodio, Dios y nuestros ángeles habrán de encargarse de que ello sea posible.
¿Qué determina el contacto?
Cuatro factores que han de presentarse juntos, determinan si advertiremos o no que tenemos un contacto con nuestros ángeles:
Ø Si forma parte del plan de Dios;
Ø Si en verdad conocemos y entendemos qué son y qué hacen los ángeles, así como aquello que pueden hacer o no;
Ø Si son puros nuestros deseos para desear un encuentro de esa clase, y;
Ø Si estamos preparados para un encuentro
El primero de esos factores - si forma parte del Plan - está totalmente fuera de nuestro control. Sin embargo, entiendo que si rezamos con fervor y sinceridad pidiendo el privilegio de ver a los ángeles de Dios con nuestros ojos de seres humanos, así como merced a nuestra percepción interior, el encuentro podría concederse.
Desde luego, la concesión de ese pedido habrá de depender siempre del porqué de nuestro deseo de tener un encuentro angélico. Si las razones son puras y libres de motivos tales como la autogratificación, una curiosidad ociosa o el deseo de controlar a otros, o incluso sentir celos de quienes sí han tenido encuentros con ángeles, entonces podríamos estar más cerca de que el deseo nos sea concedido.
Y en cuanto se refiere a estar preparados o no, ya es una cuestión del estilo personal de nuestra vida.
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LOS CHAKRAS
Así como el sistema nervioso coordina la actividad dentro del cuerpo físico, existen en el cuerpo energético centros que ayudan a integrarlo en nuestro vehículo físico, con nuestra mente y nuestras emociones. Así como hay en el cerebro diferentes zonas que se relacionan con diferentes funciones físicas y mentales, así cada uno de estos centros se relaciona también con diferentes funciones. Están localizados, no sólo en la cabeza, sino por todo el cuerpo.
Estos centros energéticos se denominan chakras, palabra sánscrita que significa "rueda", pues cuando volvemos nuestros sentidos hacia adentro para explorarlos los vemos y sentimos como discos o esferas giratorias. Hay ocho chakras principales que se disponen en línea, desde la base de la columna hasta la parte alta de la cabeza, y es con estos centros energéticos con los que trabajaremos en el siguiente proceso de cimentación .
Hasta hace poco nos concentrábamos en siete chakras principales, pero a medida que evolucionamos y nos vamos acercando a los ángeles, un nuevo chacra está despertando dentro de nosotros. Los llamamos chakra del timo. Se encuentra entre los chakras del corazón y de la garganta. Así como los ángeles están abiertos a toda la vida, este nuevo chakra nos sostendrá mientras aprendamos a abrirnos más y más los unos a los otros.
La función del chakra del timo es generar paz y amor universal. También se vincula con la glándula timo, parte importante de nuestro sistema inmunológico. El despertar de este nuevo chakra fortalecerá nuestro sistema inmunológico y nos ayudará a tratar con el cáncer, el SIDA, las enfermedades del corazón, los ataques y otros males.
Dedica el tiempo necesario a estudiar el diagrama siguiente, para poder familiarizarte con la localización de los chakras y los colores que se relacionan con ellos.
Chakra de la Raíz: Base de la columna, su función es la supervisión y seguridad; color - rojo; elemento - tierra; reino mineral.
Chakra Sexual: Bajo vientre; sexualidad, creatividad, naranja; elemento agua; reino vegetal.
Chakra del Plexo Solar: Región del plexo solar; función - logros y poder; amarillo; fuego, animal.
Chakra del Corazón: Centro del pecho; amor; verde; aire; humano.
Chakra del Timo: Parte superior del pecho; compasión, paz; aguamarina; reino - enlace con el mundo del alma.
Chakra de la Garganta: Garganta; comunicación; azul; reino angélico.
Chakra del tercer Ojo: Centro de la Frente; intuición; añil; arcángeles.
Chakra de la Coronilla: Parte superior de la cabeza: conciencia cósmica; violáceo; el Creador.
Cuando te hayas familiarizado con el diagrama y el gráfico, estarás listo para explorar tus chakras.
La mayor parte de las personas no sabe dónde tiene el páncreas o el hígado, mucho menos los órganos del cuerpo sutil. Tal vez no sientas tus chakras la primera vez que hagas un ejercicio con los chakras. Quizás tampoco los veas. O puedes sentir algunos con más potencia que otros. No te preocupes si no lo consigues de inmediato. La afinación de los sentidos sutiles es progresiva; cuanto más repitas los ejercicios, más mejorarás.
Observa si algunos son más fáciles de percibir que otros. Aspira más profundamente hacia aquellos con los que te sientas menos vinculada, hasta que tu conciencia de todos sea igual, hasta que todas sus luces brillen con potencia.
Las energías de cada chakra se relacionan con zonas de tu vida cotidiana y física. Te proporciono un breve resumen de los principales asuntos pertinentes a cada uno, en lo mental y lo emocional, en lo físico y en lo psíquico. Concéntrate en un chakra determinado cuando estás dedicada a la actividad correspondiente, puede ayudarte a fluir en armonía con tus más elevadas intenciones.
RAÍZ: Seguridad, cimentación, presencia, confianza; aparato digestivo inferior.
SEXUAL: Sexualidad, sensualidad, intimidad, creatividad; glándulas y órganos sexuales; clarisensitividad.
PLEXO SOLAR: Poder, control, logros, autoestima; glándulas adrenales, tubo digestivo superior; sensibilidad de las "ondas" de gentes y sitios.
CORAZÓN: Amor, compasión, perdón, entrega, aceptación; corazón y sistema circulatorio; empatía.
TIMO: Amor universal (incondicional), hermandad, lazos con toda la humanidad, paz; timo y sistema inmunológico; telepatía.
GARGANTA: Comunicación, espontaneidad, hablar y oír la verdad; tiroides, garganta y oídos; clariaudiencia.
TERCER OJO: Sabiduría, discernimiento, visión espiritual, glándula pineal, cerebro / mente; clarividencia.
CORONILLA: Yo Superior, espiritualidad; pituitaria, cuerpo energético; conciencia cósmica.
Como verás, si tienes dificultades con tu hogar y tu trabajo, el que participa es tu chakra de la raíz. Los problemas financieros se relacionan con los chakras de la raíz y del plexo solar, puesto que las preocupaciones monetarias afectan tu sentido de la seguridad y de tu imagen personal.
Si analizas temas relacionados con el amor y las relaciones, trabaja con el chakra del corazón. Si estás estudiando para un examen, presta atención a tu tercer ojo. Si piensas en cambiar de ocupación para dedicarte a un objetivo en concreto, ten conciencia de tu chakra del plexo solar.
En cuestiones de salud, puedes consultar el detalle y ver dónde los chakras se relacionan con tu cuerpo físico. Una ronquea o una laringitis involucra el chakra de la garganta; si tienes problemas estomacales, trabaja con el chakra del plexo solar, que se relaciona con la parte superior del tubo digestivo.
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EL ÁNGEL DE LA ACEPTACIÓN
Un ángel que se especializa en ayudarte a confiar en el proceso divino, a tener fe en tu futuro y en el futuro del mundo, y a aceptar que la voluntad y el plan de Dios son extremadamente buenos, es el Ángel de la Aceptación conjunto con el Ángel de la Paciencia.
Este ángel es de naturaleza femenina. En la mitología griega se la conocía como Iris, "la diosa del Arco Iris, dotada de alas doradas y mensajera de los dioses.. Era la encargada de transmitir a los hombres las órdenes de los dioses, viajando por el camino del Arco Iris". También se la llamaba Reina de los Cielos, y se dice que era la mensajera habitual de la Reina de los Dioses, la guardiana de los Misterios.
Examinemos un poco las palabras clave que acabamos de ver: El arco iris representa el canal o pasaje entre el reino de la tríada espiritual, o divina conciencia, y la personalidad, y es también el camino que recorre Iris al traer los mensajes que provienen de lo alto. El arco iris también simboliza el signo de la alianza que se describe en el Génesis (9:13-15); por lo que este ángel es también el Ángel de la Alianza, lo cual significa que el mundo de un individuo no será inundado por el diluvio de la negatividad si ese individuo encarna las cualidades de este Poder Causal.
¿Y en qué consisten esas cualidades? En tener un sentido de proporción en la vida, junto a la capacidad de mantenerse con firmeza y equilibrio en el camino espiritual mientras la vida nos hace oscilar hacia atrás y hacia delante, entre el polo positivo y el polo negativo. En la cualidad de practicar la moderación en todas las cosas y de no caer en el fanatismo, independientemente de la pasión o devoción que sintamos hacia una determinada actividad. En la fuerza que nos capacita para concentrarnos en la dirección espiritual y para seguir el plan de la vida mientras se va desarrollando y nos revela los objetivos cada vez más grandes e importantes por los que debemos luchar. ¿Acaso un diluvio de pesimismo y de escenas que representan lo peor que puede llegar a suceder podría sumergir a una persona así? No, de ninguna manera, pues cuenta con la poderosa ayuda de este ángel.
Su nombre de "Reina de los Cielos" se refiere al principio femenino en la conciencia de la personalidad recta, al sentimiento de la verdad espiritual que anida en un individuo cuya conciencia y comprensión se basan fundamentalmente en los valores superiores. Como una "mensajera de los dioses", su tarea principal siempre consiste en recibir y transmitir las verdades espirituales que le comunica la "Reina de los Dioses, la Madre del Mundo, es decir, el tercer aspecto de la trinidad, el Espíritu Santo."
Este ángel representa el vórtice, o remolino, a través del cual la expresión de las energías de aceptación y paciencia han de ser extendidas a lamente y al corazón del individuo.
La palabra aceptación significa consentimiento y estar de acuerdo con Dios en que los seres individuales son divididos, es decir el reconocimiento del Yo como forma de una expresión de Dios. La aceptación es la máxima entrega, la aceptación de la Presencia de Dios en ti como tu YO. Es a través de esta aceptación que la personalidad cede su lugar a la individualidad.
Sí, Iris no sólo nos recuerda quiénes somos y qué somos, sino que también nos proporciona la tenacidad para mantenernos firmemente en el camino espiritual hasta que la experiencia de la realización - la comprensión absoluta de nuestra verdadera identidad - comienza a despertar en nuestra conciencia. Cuando su energía se encuentra bloqueada, lo cual se debe, por lo general al temor al futuro y a la falta de confianza en el proceso divino, el individuo encuentra dificultades para adaptarse a las situaciones nuevas, manifiesta una tendencia a discutir con casi todo el mundo, se vuelve despilfarrador, extravagante y frívolo.
Ahora llama al Ángel de la Aceptación y al de la Paciencia e inicia una amistad con la Reina de los Cielos. Ella te hará elevarte hacia el camino del puro pensamiento y te enseñará lo que realmente significa el optimismo. Ella no te mimará i estará de acuerdo con las excusas que le presentes para justificar tus actos irracionales, tus arrebatos emocionales o tu conducta demasiado indulgente con respecto a cualquiera de tus acciones. Ella siempre te dirá la verdad y esa es la razón que hace que pueda ser un aliado tan confiable a lo largo de nuestro viaje espiritual. Tú también amarás su manera franca, sincera y directa de expresarse.
Finalidad: Suministrar la energía que nos capacita para confiar en el proceso divino con total aceptación del "pase lo que pase", viviendo día a día con calma y ecuanimidad.
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: dificultades para adaptarse a las nuevas situaciones y circunstancias; tendencias al despilfarro y a la extravagancia; persona a la que le gusta discutir.
Su energía resulta bloqueada debido a: el miedo al futuro; un sentimiento inconsciente de que la voluntad de Dios no siempre es buena; la falta de confianza en el plan y en las intenciones que el Espíritu tiene para los seres individuales.
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A LOS ÁNGELES CONSTRUCTORES
(Oración para las mujeres embarazadas)
¡Os saludo, legiones de Devas constructores!
Venid en nuestra ayuda.
Custodiad a esta criatura que nace
En el mundo de los hombres.
Dad fuerzas a la madre,
Enviad vuestros Ángeles benévolos
Que asistan al nacimiento
Y anuncian el alba de la nueva vida.
Llevad al hijo que nace
La bendición del Señor.
¡Os saludo, legiones de Devas Constructores!
Venid en nuestra ayuda.
Guiad al niño que nace
Al mundo de los hombres
Para que su Divinidad interior sea liberada.
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AL ÁNGEL DEL GRUPO
Es una oración para recitar cuando hay un grupo que se ha confiado a la protección de un Ángel. Hay que recitarla cada vez que el grupo se reúne. Al final, antes de cada uno se aleje para tomar su propio camino, se recitará la siguiente fórmula:
Ángel nuestro, protector y aliado,
Recoge y transforma nuestros pensamientos de amor.
Abre las puertas entre tu mundo de luz
Y nuestro mundo de niebla.
Guía nuestros pasos sobre el punto que nos une
Y que el puente sea ancho y seguro.
Acerca de nosotros tus Hermano
Para que escuchen nuestra llamada.
Aleja las nieblas de la materia
Para que vea nuestro intento de amor
Y nuestro corazón puro.
Dejad abiertas las puertas para que invocándoos
Podemos sentiros cerca.
Con vuestra ayuda
Nos sea dado proteger, consolar, curar.
Nos sea dado ayudar a quien sufre
En el cuerpo y en el espíritu.
Vuestra guía extienda nuestros conocimientos
Pues conocer es servir.
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