No se confunda con sus dramas, sufrimientos y problemas. Usted no es sus males. La casa no es los muebles viejos, rajados, arruinados y no es la suciedad que se apodera de todas las habitaciones. La casa es la casa, la suciedad es la suciedad. De la misma manera el espíritu es la Sabiduría, la Divinidad, el Poder, la Presencia Infinita, pero la mente puede estar impregnada de errores, de sufrimientos, de negativismo, de depresión, de tristezas y de fracasos. Usted, sin embargo, no es eso. Distinga una cosa de la otra y será fácil liberarse de los males.
Si usted tira tierra en el agua, ésta se va a ensuciar, pero el agua continúa siendo agua y la suciedad continúa siendo suciedad, de tal modo que puede retirar la suciedad del agua, dejando ésta nuevamente límpida, como es en su verdadera esencia.
Su realidad actual es la suma de todo lo que está programado en su mente. Esto forma su estado de ser, su personalidad. Y usted actúa de acuerdo con esta personalidad. Su subconsciente, que es su siervo todopoderoso, reacciona de acuerdo con estas instrucciones e informaciones emanadas de su mente consciente. Pero su verdadera realidad es la esencia divina, que contiene la Sabiduría y el Poder.
Conclusión: todo momento es momento de volver a su verdadera casa, que es su esencia interior, donde entrará en contacto con la Sabiduría y con el Poder.
La sabiduría lo liberará; y el Poder le abrirá las puertas divinas para realizarse plenamente en la vida.
La meditación, la mentalización, el relax, la concentración, la oración contemplativa, lo llevaran a su casa interior, donde podrá volverse unión con el Padre.
Cómo Accionar el Poder
Un proverbio árabe dice que existen cinco escalones para alcanzar la sabiduría: callar, escuchar, recordar, estudiar, actuar.
Sí, estoy de acuerdo en que el primer paso es callar, o sea, calmar la mente y sumergirse en las profundidades del subconsciente.
Usted puede calmar la mente a través del relax, o de la paz de espíritu, o de la oración, o de la meditación, o de la contemplación, o de la concentración. Son maneras por las que usted baja el ritmo cerebral para alcanzar la faja promedio de 14 ciclos por segundo. Así estará en nivel Alfa, el estado mental propicio para entrar en contacto con el subconsciente, o, en otras palabras, con su Dios Interior, con el Padre que habita su secreto.
Entonces, no es en el barullo y en la agitación como se llega al habitáculo del Padre y sí en el silencio interior. En esta postura mental, usted se deja estar para oír la Voz Interior. Si consigue alcanzar las aguas calmas y tibias de sus propias profundidades, escuchará la voz de la Sabiduría.
Claro que eso no tiene nada que ver con el trance. Este es otro canal, cuyo contacto no nos interesa aquí. Buscamos el estado de lucidez, de iluminación. Este es el camino correcto del Poder.
* * * * * *
EL PODER DE LA PALABRA
La palabra es su fuerza creadora, que nace en la mente consciente. La palabra es el modo por el cual el ser humano ejerce la acción divina. Sí, porque la palabra contienen la propia manifestación de Dios en el hombre. Dios es llamado a actuar a través de la palabra.
El Evangelio de Juan dice:
"En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por la Palabra; y nada de lo que fue hecho fue hecho sin la Palabra. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombre" (Jn. 1, 1-4)
Inicialmente, el apóstol Juan dijo que la palabra era Dios. Se puede afirmar, sin error, que la palabra es la propia manifestación de Dios a través del ser humano. Dios, que habita en el interior de cada persona, sólo puede actuar en ella a través de la palabra de la propia persona. Por lo tanto, la palabra - que es la expresión del hágase - contienen la fuerza divina en su interior. La palabra es la forma que contiene la sustancia creadora. Así como la semilla aguarda la esencia de la vida, la palabra reúne en su interior la fuerza creadora vital.
Mientras Dios no había creado seres de Su propia especie, solamente Él era la palabra creadora. Al crear el ser humano a Su Imagen y semejanza, le dio también la palabra para que con ella pudiese ejercer el poder Creador.
Sin embargo, el hombre, arrojado fuera de su casa interior y de su paraíso, olvidó que poseía el poder y se sumergió en las sombras de los sufrimientos, de las incapacidades, de las dificultades y de los fracasos. Usaba la palabra solamente para dar nombres y para expresar realidades. A pesar de que el poder seguía estando en las profundidades de su ser, no tenía acceso a Él. No encontraba, por lo menos, el camino interno del acceso al poder.
Perdió así la ciencia de que la palabra puede ser usada no sólo para expresar la realidad, sino también para crearla. Habiendo olvidado esta verdad, entró por los caminos inciertos de su pequeñez, juzgándose un ser miserable e incapaz.
Hace dos mil años - según la creencia cristiana - Dios envió a Su Hijo Jesucristo para que volviera a colocar a la criatura humana en su verdadera dimensión superior. Entonces, enseñó que toda persona es hija de Dios y, por lo tanto, tiene el poder divino, que es usado a través de la palabra.
Y Jesús dijo que todo lo que alguien pide, creyendo que la palabra produce la realidad, así sucederá. A esta verdad le dio el nombre de fe.
La fe - que es la firme convicción de la realización de la palabra - siempre produce las obras, por más imposibles que puedan parecer.
En la palabra - dice el evangelio de Juan - está la vida y la vida es la luz de los hombres. La fuerza de la vida y la luz que ilumina los caminos de la humanidad es la palabra. Pero, ¿qué es la palabra? Es la expresión de una verdad tenida como tal.
En este caso, la palabra puede ser usada positiva o negativamente; en beneficio propio y de los otros o en perjuicio propio o de los otros.
Mientras las personas no tomen conciencia de este secreto, olvidados a lo largo del tiempo, continuarán usando la palabra pensando que sirve sólo para expresar la realidad.
Como la palabra nunca perdió su fuerza, el ser humano está en posesión de una energía superatómica y no lo sabe. Muchas veces usa la energía de la palabra negativamente; la bomba estalla contra Él mismo, pero Él supone que la causa de la destrucción es otra.
A menudo, alcanza el resultado positivo de la palabra, pero cree que lo consiguió en forma aleatoria, por casualidad o por la acción de fuerzas extrañas.
Es importante saber que la palabra es la manera por la que Dios se manifiesta en la criatura humana. Por otro lado, el poder de Dios, inmanente en el ser humano, se expresa a través de la palabra. La palabra es la materia prima del universo.
La Palabra del Futuro se hace Presente
Jesús enseñó: "Todo lo que pidiereis al Padre, en oración, creyendo, lo alcanzareis". Pedir significa hacer realidad actual la palabra del futuro.
Cuando la palabra es usada para genera la realidad futura, trasciende el momento actual y se sitúa desde ese momento en el futuro, realizándolo aquí y ahora.
Por eso el sabio del Poder de la Mente busca ejercer su capacidad creadora a través de la proyección de verdades futuras. Toda verdad futura busca la inmediata realización. Por lo tanto, toda verdad futura ya contiene la verdad presente, porque el pensamiento es realidad mental que incorpora la realidad física.
Con eso, queda claro que no se trata de una mentira ni de una utopía, sino del uso sabio de la ley por la cual cada uno recoge lo que siembra.
La Libertad de la Palabra
Como la grandeza del hombre está en la libertad que le fue otorgada por Dios, Él puede usar la fuerza de la palabra en cualquier dirección y hacia cualquier objetivo, tanto bueno como malo.
Allí reside la diferencia entre las personas: están las que conocen el poder que poseen y lo usan en forma benéfica; y están las que no saben que toda palabra contiene en sí misma la fuerza autoexpresiva y la usan maléficamente.
Mire a su alrededor y verá personas alegres, saludables, brillantes, positivas, agradables, exitosas, pacíficas, felices, ricas, plenas de confianza en sí mismas, tranquilas, victoriosas, fuertes, exuberantes, amables, generosas; y verá personas tristes deprimidas, decaídas, negativas, destruidas, fracasadas, enfermizas, pobres, egoístas, prepotentes, nerviosas, débiles, incapaces, abatidas, angustiadas, preocupadas, problematizadas.
Son así y, en su mayoría, no saben porqué. Unas piensan que tienen suerte y otras se juzgan desafortunadas.
Mientras no saben el porqué de los resultados de su vida, están sujetos a altibajos, a éxitos y fracasos, a resultados positivos y negativos.
Se necesitan dos factores para que alguien tenga éxito; primero, que sepa que todo lo que logra, y todo lo que le sucede a cada persona es resultado de la palabra; segundo, que la libertad debe ser usada para crear en la mente aquello que se desea de bueno en la vida.
¿Qué se entiende por palabra? Es toda manifestación de la mente consciente a través del pensamiento, de la idea, del deseo, de la oración, de la imaginación, del pedido, de la mentalización, de la contemplación y de la meditación.
* * * * *
LA MENTE ES SU MICROCOSMOS FANTÁSTICO
La extensión de la mente subconsciente no tiene horizontes. Por más que usted amplíe su capacidad y la potencialidad, siempre sobrará un espacio inmenso, que se pierde en la dimensión inescrutable del tiempo, del espacio, de la vida y del infinito.
Esta reflexión le dará a usted la conciencia de que el microcosmos del ser humano es tan inmenso como el macrocosmos; por eso hay un camino sin fin por recorrer, hasta que lleguemos a explorarlo como corresponde.
En realidad, recién estamos en el umbral del descubrimiento de las potencialidades de la mente humana. Aún vivimos una vida muy primitiva, plagada de errores, de sufrimientos, de percances y frustraciones. Somos tan ignorantes que vamos a buscar en los otros aquellos que ya tenemos dentro de nosotros.
El gran Confucio decía: "El hombre superior busca en sí mismo todo lo que quiere; el hombre inferior lo busca en los demás".
El día en que la humanidad sea consciente de esta verdad, el mundo será diferente: entraremos, definitivamente en la era más grandiosas de la historia humana.
Felizmente, en este umbral de la Nueva Era de Acuario la humanidad se está volcando en cuerpo y alma hacia las conquistas del mundo mental y los resultados colocarán a la vida humana a una altura jamás imaginada. No existe exageración en lo que estoy afirmando. Negar esta verdad es desconocer la grandeza del ser humano.
No importa la distancia que lo separa de usted mismo: importa tener conocimiento, regocijarse y buscar, de inmediato, la conquista de su propia grandeza; un palmo que avances hoy es un palmo más de conquista y un palmo menos que lo separa de su ápice.
Nadie desea aquello que no conoce, dice la sabiduría latina. De ahí que el primer paso es conocer esta verdad. Después viene el alcanzar. Pero si no se sabe de la existencia de algo, ¿cómo puede llegar allá?
Lauro Trevisan
Conócete y Conocerás Tu Poder
* * * * *
AUNQUE USTED NO LO VEA DIOS ESTÁ EN USTED
No porque alguien no conozca su divinidad ésta deja de existir.
El gran escritor Ruso León Tolstoi, que vivió de 1828 a 1910,es autor de las famosas novelas "La Guerra y la Paz", y "Ana Karenina", entre otras. Cierta vez escribió el siguiente cuento:
"Un aldeano ruso, muy devoto, había pedido en sus oraciones, durante años, que Jesús lo visitase siquiera una vez, en su humilde morada.
Una noche soñó que al día siguiente se le aparecería el Señor; y tan seguro estaba de que así sucedería que, apenas despertó, se levantó inmediatamente y comenzó aponer en orden su casa, para recibir en ella al huésped celestial. A pesar de una violenta tempestad de granizo y nieve, que duró todo el día, el pobre aldeano no abandonó sus preparativos domésticos, ocupándose también de la sopa de coles, que era su plato predilecto, y mirando de vez en cuando el camino, siempre esperando la feliz ocasión, aunque la tempestad continuase implacable.
Transcurrido algún tiempo, el aldeano vio que caminaba por el sendero, luchando con la tormenta de nieve que lo cegaba, un pobre vendedor ambulante que cargaba a sus espaldas un fardo bastante pesado.
Compadecido, salió y fue al encuentro del vendedor. Lo llevó a su casa, puso a secar su ropa al fuego del hogar, repartió con él la sopa de coles y sólo lo dejó ir cuando se aseguró de que tenía fuerzas para continuar la jornada.
Mirando de nuevo, a través de la ventana, vio a una mujer aturdida, que trataba de orientarse en la ruta cubierta de nieve. Fue a buscarla y la abrigó también en su cabaña. La mandó a calentarse ante el fuego bienhechor del hogar, le dio de comer, la envolvió en su propia capa, y no la dejó partir hasta que no recuperó fuerzas suficientes para la caminata.
La noche comenzaba a caer. Y, sin embargo, no había nada que pudiese anunciar la venida de Jesús.
Ya casi sin esperanzas, el pobre aldeano abrió la puerta todavía una vez más. Y al mirar hacia el camino distinguió a un niño perdido, enceguecido por el granizo y por la nieve. Salió una vez más, tomó al niño casi helado, lo llevó a la cabaña, le dio de comer, y no tardó en verlo dormirse al calor del hogar.
Impresionado, el aldeano se sentó y se adormeció también junto al fuego. Pero de repente, ¡una luz radiante, que no provenía del fuego del hogar, lo iluminó todo!.y ante el pobre aldeano surgió sonriente el Señor, envuelto en una túnica blanca.
- 'Ah Señor! Esperé todo el día y Tú no viniste - se lamentó el aldeano. Y Jesús respondió:
- Tres veces, hoy, visité tu cabaña: el pobre vendedor ambulante, a quien socorriste, cobijaste y diste de comer, era Yo; la pobre mujer a quien diste tu capa, era YO; y ese niño, a quien salvaste de la tempestad, también era Yo…¡El bien que hiciste a cada uno de ellos, a Mí me lo hiciste!"
Este cuento de Tolstoi podría servir como ejemplo para mostrarle que, lo sepa usted o no, la divinidad habita su morada interior y siempre se manifiesta a través de su deseo, de su pedido, de su oración, de su mentalización, en fin, de su palabra.
* * * * *
DESPEDIDA DE BOHINDRA
¿Señor!.... ¿Qué puedo ya darte
Si cuanto tuve lo di….
¿Qué puede hacer esta chispa
Que sea digno de Ti?...
Los hombres en este mundo
Te han visto y hacia ti van!...
Si no pierden el camino
Pronto hasta ti llegarán.
Te saben Padre y te aman,
Buscan tu luz y calor:
Te saben grande excelso
Y te dan su adoración…
Tus dones les hacen buenos,
Supo tu amor perdonar
Dolorosos extravíos
De esta pobre humanidad.
Si en esta heredad que es tuya
Una gota nada más
Puso la savia de mi alma
Y la ayudó a fecundar.
Que esa gota se convierta
En un anchuroso mar,
De aguas dulces y serenas
Que su sed puedan calmar!
Si un solo grano de arena
Mi débil mano aportó
Para el castillo encantado
De los que buscan tu amor,
Que se torne en fortaleza
Opuesta al negro turbión…
¡Señor!... Si todo lo he dado
¿Qué más puedo darte yo?
Si soy solo en tus jardines
Mariposilla fugaz,
Y en los mares de la vida
Ola que viene y se va…
Si soy pájaro que anida
En las ramas de un pinar
Y su nido lo destruyen
Las furias del huracán,
Si soy una chispa errante,
Gota de agua nada más
Flor de efímera existencia.
Mariposilla fugaz,
¡Déjame, Señor, diluirme
En Tu Eterna Inmensidad!...
¿No es hora de que la gota
Retorne a su manantial?....
¿No es hora de que la chispa
Se refunda en el volcán?....
¿No puede la mariposa
Sus tenues alas plegar?...
Soy viajero fatigado,
Tiemblan cansados mis pies…
¡Dime Señor que repose
De tu Reino en el dintel!...
¡Que este corazón se duerma
Que cese ya de latir!...
Amó tanto en esta vida
¿No es hora ya de dormir?...
¡Que tu voz me llame queda,
Que tu amor oiga mi ruego!...
¡Señor! ¡Espero que me llames!
¡Señor! ¡Señor!.. ¡Hasta luego!...
* * * * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario