El Escudo del Aura
Algunos hombres del planeta casi no se dan cuenta de la necesidad de proteger su conciencia; tampoco se percatan de la posibilidad de que otros creen una barrera de energía negativa, destinada a perturbar el equilibrio de sus corrientes de Vida. Pongamos las cosas en claro. HAY muchas personas que se encuentran en diferentes etapas del dominio de las energías negativas y de la manipulación de sus semejantes por conducto de una amplia variedad de tácticas y técnicas. También hay devotos espirituales en diversos grados de desarrollo que se encuentran en el proceso de conquistar el control divino de las energías y que entienden algo de los sistemas de protección y de las medidas preventivas que pueden tomar para defender su propio plan de vida.
El Cielo necesita en la Tierra hombres que puedan hacer las obras de Dios. Para que un planeta cumpla su destino, debe contar con quienes puedan trabajar en la luz infalible de Dios, invulnerables a las fuerzas del anticristo que, si pudieran, derrumbarían toda noble empresa de los hijos e hijas de Dios, a los que de vez en cuando atacan y seguirán atacando maliciosamente valiéndose de métodos psíquicos; con ellos, las vestiduras de sus auras resultan a veces penetradas e incluso rasgadas, a no ser que sean fortificadas espiritualmente. No obstante, cuando esta bendita aura se intensifica y solidifica debidamente con luz, se convierte en el escudo de Dios contra la intrusión de toda energía negativa, que repele automática y maravillosamente las saetas enviadas desde los reinos de la oscuridad, tratando de penetrar en la paz de Dios que reside en el interior, y por ende destruyéndola.
Permítaseme traer a la memoria de todos la envoltura natural de invulnerabilidad que sirve para proteger a todo hombre de esas saetas de insultante fortuna, que vuelan tan libremente entre los hombres por la atmósfera del planeta. Sin embargo, valiéndose de medidas extraordinarias, las fuerzas de la oscuridad con frecuencia logran causar toda clase de disputas entre los hombres, y por esa falta de armonía pierden momentáneamente su protección. Con este juego atrapan a los hombres desprevenidos y los atacan luego de nuevo con tal saña que, por temor, les obligan a abrir su mundo a las energías discordantes, y esto hace que sus prendas se desgarren.
En uno de los capítulos anteriores he dado un ejercicio para fortalecer el aura mediante el desarrollo de la conciencia de invulnerabilidad. Ahora quisiera decir llanamente que aparte de la fortaleza espiritual se requieren asimismo reservas espirituales, que casi podrían considerarse como baterías de reserva de energía cósmica. La acumulación de la luz de Dios dentro del aura a través de la comunión con el Señor de los ejércitos y mediante invocaciones y oraciones, más el hecho de mantener la conciencia en estrecho contacto con los ángeles, con los minúsculos constructores de la forma que actúan bajo dirección divina, y con todos los que son amigos de la luz, crea una alianza con las fuerzas del Cielo. A través del contacto, con el aura de cada devoto, estos auténticos poderes de luz pueden, entonces, precipitar las fortificaciones espirituales necesarias que le darán una protección extraordinaria en momentos de necesidad.
Entienda cada estudiante que cuenta con una protección triple: primero, por la gracia de Dios goza de una inmunidad natural del alma que no debe perder por ira o por argucias psíquicas; luego, tiene la ayuda de las huestes angelicales y de los seres cósmicos con los que se ha unido y ha unido a su campo energético, con sus invocaciones y oraciones; y finalmente, y no menos importante, tiene la oportunidad de pedir a su propia Presencia que continúe el amparo divino, intensificando el tubo de luz, que también constituirá en su aura las necesarias capas energéticas de defensa que crean un concepto protector impenetrable.
Téngase presente que a veces la mejor defensa para la existencia del hombre es un ataque necesario. Y cuando consideréis necesario empañar momentáneamente vuestras energías de esta forma, tratad de penar qué haría el Maestro y no permitáis que vuestros sentimientos se vuelvan negativos o turbios por contacto con cualquier clase de discordia humana. Si conscientemente deseáis investiros del resplandor impenetrable del Cristo, y os preguntáis qué haría el Maestro en tales circunstancias, sabréis cuándo adoptar la actitud de "'Apártate de mí, Satanás!", y cuándo emplear la táctica de guardar silencio dócilmente ante la censura de algún hombre que hace las veces de Pilato.
No olvidéis nunca los preparativos para la meta que se requieren de los que desean permanecer en el sendero. No habéis emprendido el sendero para veros enredados en pleitos, sino para encontrar el camino de vuelta al hogar y volver a tener esos pensamientos hermosos de fortaleza celestial y de inteligencia cósmica que crearán en vosotros el espíritu de la vida abundante. Sin nacer, sin morir, sin tiempo y eterna, brota dentro de vosotros la fuente cristalina de luz que siempre fluye y se despeña, consciente de las alegrías de Dios que crean un cáliz del que se puede beber el agua pura de la vida. Habéis recibido generosamente y generosamente tenéis que dar, porque el corazón de cada hombre puede acumular cantidades ilimitadas de este amor infinito en su torrente superabundante.
La Protección del Aura
¡Guardaos de aquellos que, con argumentos intelectuales o dogmas religiosos, buscan destruir vuestra hermosa fe en la sutilísima protección de los ángeles! Por su incredulidad, el hombre no ha podido darse cuenta de la magnífica protección que el aura humana puede recibir de las huestes angelicales. Debido a su falta de reconocimiento y sintonía, se ha permitido pasar por muchas experiencias desgarradoras que podían haberse evitado con una simple llamada de auxilio a estos seres, a los que Dios ordenó desde la fundación del mundo que se convirtieran en sus raudos mensajeros de amor, sabiduría y poder.
¿Habéis pensado alguna vez en el amor, la sabiduría y el poder que comunican los ángeles? Me permito sugerir que lo hagáis hoy. Porque sobre el recorrido de vuestros pensamientos y su prolongación hacia los planos espirituales, sobre la trayectoria tan veloz y tan frecuentada del aire, estas infinitas criaturas del corazón de Dios, que en Su nombre y con Su poder prestan tan glorioso servicio, vuelan en las puntas de las alas de la luz, cumpliendo Sus mandatos y respondiendo a vuestros llamados.
¿No queréis, entonces, comenzar hoy mismo el proceso de iniciar o intensificar vuestro contacto con las huestes angelicales, con el fin de fortalecer vuestra aura con lo que viene a ser la sustancia misma del halo exterior de la llama de la propia realidad de Dios, dirigida a los fuegos áuricos de las huestes angelicales y brillando dentro de ellos? ¡Cuánto se complacen en recibir la invitación de los mortales que desean alinearse a los propósitos de Dios! Y, ¿sabéis?, estos seres poderosos no pueden fallar en su misión cuando una llama de la luz de encarnación, un hijo de Dios, los invita a venir y dar auxilio.
Una vez que los hombres entiendan este hecho - que las huestes angelicales responderán a sus llamados -, una vez que comprendan que estos emisarios del Cielo están obligados por ley cósmica a responder a sus súplicas y a enviar ayuda allí donde sea necesario, se darán cuenta también de que incluso Cristo aprovechó la ministración de los ángeles a lo largo de su vida. Las huestes angelicales son el ejercito de Dios, el poder, el servicio, la perfección y la fuerza de Dios, que fluyen desde el reino de la inmortalidad a su inmediata manifestación en la región de los mortales y establecen el contacto necesario entre Dios y el hombre.
Cuán trágico es que algunos hombres, henchidos de orgullo humano, quieran hablar sólo con Dios directamente, e ignoren así a los que Dios ha enviado, incluso a los Maestros Ascendidos y a los hijos e hijas de Dios en la Tierra, a los que se ha dado la ordenación especial de transmitir el mensaje de la verdad a la humanidad desquiciada, empeñada en múltiples guerras y conflictos, lance también una ofensiva contra los que en verdad defienden en el nombre de Dios la Cristeidad de todos los hombres.
La Purificación del Alma
Recordad que vuestra aura es vuestra luz. Recordad que Cristo dijo: "Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad asentada en la cima de un monte. Ni se enciende una lámpara para ponerla debajo de un tonel, sino en un candelero, a fin de que alumbre a todos los que están en la "casa". Recordad que Él nos dejó este consejo eterno como medio para inculcar en la conciencia de la raza humana la fórmula interna para el uso correcto del aura humana.
¡Cuántos hombres han entendido mal lo que es el aura y lo que puede hacer! El aura es la suma total de la emanación de la vida individual, en estado tanto puro como impuro. Con frecuencia, ocultando bondadosamente a la vista de la gente el lado oscuro de la naturaleza humana, el aura proyecta a los hombres su más bella apariencia, de la blancura de la madreperla, como si atendiera a las palabras de Dios que vienen desde la antigüedad: "Aunque vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos".
Hay ocasiones en que el aura momentáneamente se invierte de dentro para afuera y pone en el primer plano el aspecto más feo de la naturaleza humana, el cual verán quienes son bastantes sensibles para percibir el aura humana. Este pregonar a los cuatro vientos los errores de un hombre no es siempre deplorable; porque cuando el oro se refina en el fuego del propósito, muchas veces la escoria sube a la superficie para ser desechada. Por lo tanto, cuando de vez en vez alguna influencia negativa aparece en vosotros o esotros, no lo consideréis como una plaga permanente, sino como una espina que os podéis quitar y eliminar del mundo de las apariencias. El hecho de que lo que estaba dentro haya salido a la superficie es un ejemplo del principio de redención; y, debidamente entendida, esta depuración puede significar el fortalecimiento de vuestra aura y de vuestra vida.
Los hombres no deberían seguir sintiéndose agobiados por el sentimiento interno de culpa o de insatisfacción que la supresión de la verdad a menudo trae consigo. Porque el expurgar el aura humana de estas condiciones indeseables no tiene que ser un proceso largo. El sólo reconocer, humilde y candorosamente, que habéis cometido un error y el intento sincero de corregirlo harán mucho por la purificación de vuestra aura. Dios no le echa en cara, iracundo, al hombre lo que éste ya se ha inflingido a sí mismo al hacer mal uso del libre albedrío; porque el hombre se impone su propio castigo al negarse acceso a la gracia de Dios por infringir la ley. Por eso, las dulces gotas de misericordia y de bondad divina se ofrecen al hombre como agentes depuradores de su propia censura. Son frescas y refrescantes, como la lluvia celestial que a nadie se niega.
Sin embargo, los hombres deben entender que, hasta que no se hayan preparado para el gran banquete de bodas al cual han sido invitados, no podrán saber bien qué significa el progreso de la vida; porque el tinte oscuro del dolor y de la degradación del hombre afecta tanto a la conciencia que el hombre difícilmente puede reconocer al prometido en su Yo Divino. Es una pena que el hombre, celestial por naturaleza, por el mal uso del libre albedrío haya disminuido la frecuencia vibratoria natural de sus átomos, dada por Dios, a un punto tan bajo que incluso el templo de su cuerpo tiene que quebrarse una y otra vez con el fin de detener los ciclos del sentido del pecado. Cuando el recipiente de barro se quiebra, el hombre recibe la oportunidad de entrever la realidad, cosa que nunca haría - a no ser que hubiera alcanzado el autodominio - si su vida continuara por tiempo indefinido en un solo cuerpo físico.
Verdaderamente es mejor que los hombres se aferren al concepto inmaculado para todos y cada uno, y no se ocupen de escudriñar el aura, sino de la amplificación de todo lo que es bueno y verdadero en el hombre real. no digo que los discípulos avanzados no deben usar métodos de discriminación para discernir que es lo que está influyendo en la vida de otro en un momento dado, o que el alma no utilice estos métodos para alertar o ayudar a otras corrientes de vida. Sin embargo, los que son capaces de descubrir el rostro de Dios en el del hombre pueden retener la imagen perfecta y ayudar a realizar el plan cósmico mientras evalúan correctamente el desarrollo actual de una corriente de vida. El tener fe en los designios que Dios tiene para otra persona hasta que ésta sea capaz de tener fe por sí misma significa unir las propias energías a la omnipotencia de la verdad. Esto fortalece ambas auras con la riqueza de la gracia cósmica, a la vez que intensifica el aura de todo el planeta.
Quiero dar a cada estudiante la comprensión de que, así como existe la llama de Dios en el aura de un individuo, de igual forma existe la llama de Dios en el aura del planeta. Todo acto de fe que se lleva a cabo se suma a la acción del fuego sagrado sobre el planeta, tal como todo acto de profanación derrumba las grandes fortificaciones cósmicas, construidas tan tierna y cuidadosamente por manos angelicales que se unen a los hombres y a los maestros en el servicio a la vida. Que todos entiendan lo que significa la construcción del templo cósmico dentro del microcosmos y del macrocosmos. El templo cósmico del aura es un edificio permanente del fuego sagrado. El templo cósmico del mundo se compone de muchas auras dedicadas al Espíritu del Señor que mora en ellos. Los pensamientos y sentimientos iluminados ayudarán a los individuos y a la humanidad, que luchan juntos como si fueran uno, a arrojar a la pila de los desechos los pensamientos, sentimientos y acciones que no sean dignos de formar parte de la superestructura del templo del ser.
¡Sed selectivos! ¡Sed perfectivos de todos vuestros actos! Porque hay alguien que está asignado para vigilar y esperar con vosotros hasta que llegue el momento en que podáis vigilar y esperar con otros. Existen seres cósmicos, ángeles de la guardia y encantadores espíritus de la naturaleza provenientes del corazón de Dios que os cuidan para mantener vuestro sendero tranquilo y seguro, impasible a los actos de los mortales. porque la inmortalidad consumirá la mortalidad tal como la muerte es consumida por la victoria, y la luz prevalecerá en el planeta.
La Estrella del Aura
Las prendas de Dios son las más trascendentales que el hombre pueda jamás lucir. Representan el grado más alto de la vida, el desarrollo no sólo de la naturaleza amorosa y de la sabiduría de Dios, sino también del elemento del poder. Este último lo buscan muchos sin estar dispuestos primero a hacer los preparativos necesarios para purificar el amor y la sabiduría sagrada que se manifiestan en el alma.
Debido a que lo grande y lo trivial están entremezclados en la conciencia humana, el hombre anula eternamente la manifestación de la verdadera trascendencia espiritual. La continuidad de la naturaleza de Dios como se manifiesta en el hombre es un estudio del desarrollo individual. Al entremezclarse la mediocridad del hombre con la sublimidad de Dios ésta última están tan falsificada que ya no es reconocible. Pero sólo en la conciencia humana lo ridículo denigra lo sublime. Por la disociación de las imágenes divina s y por el sutil proceso de distorsión de las imágenes, que tiene como consecuencia la redistribución de las energías del alma según patrones astrales que nulifican el original diseño espiritual, el hombre comienza a sentir que la magnificencia de las ideas cósmicas está en realidad demasiado apartada de Él, y que el abismo entre lo Humano y lo Divino es demasiado grande; por lo tanto, su conciencia permanece en las murrias de las experiencias mortales.
Sabio es el estudiante que se protege contra esta invasión de la mente y el corazón, y reconoce esas sutilezas negativas que tratan de entrar en el aura furtivamente para convertir su resplandor natural en sombras oscuras de gris y en matices sombríos. El fortalecimiento de los lazos del aura con luz y virtud capacitará al alma para saltar como cervatillo por sobre los anchos abismos de las ideas erróneas que separan al hombre de Dios, una vez que le dé prioridad al valor del concepto inmaculado de su conciencia.
Puede que haya un tiempo para plantar, para regar, para amar y para morir, sin embargo, lo que a nosotros nos interesa es la vida abundante, que en ninguna parte es más abundante que en la cascada magnética del poder de Cristo Cósmico que se derrama sobre el individuo desde el corazón de su propia identidad divina, cuando fija su atención en la Presencia y comprende que allí se encuentra su vida verdadera, eterna, inmortal y permanente. Mientras se encuentre en el círculo limitado de su propia individualidad, cual planta en maceta, permanecerá atado a sus confines; pero una vez que permite que el poder y el apremio del fulgor divino trasciendan desde el corazón de su Presencia Divina, se convierte al fin en recipiente de la vida inmortal con toda su abundancia y su alcance ilimitado.
La ilusión del yo tiene que seguir siendo una ilusión hasta que el yo se haya rendido; por lo tanto, los hombres que estén listos y dispuestos a librarse de las cadenas de una existencia egocéntrica y a entregarse a la infinita capacidad del Yo Divino tienen que rendirse incondicionalmente al Ego Divino. En ese momento ya no queda ningún sentimiento de pérdida, sino sólo de ganancia, que el alma percibe como excelencia cósmica a mediad que aumenta su capacidad de desarrollar en el aura la conciencia de la penetración absoluta de lo Absoluto.
La mente carnal no puede seguir dirigiendo los asuntos de una persona así. Ha nacido un Cristo, una nova en el horizonte, uno que está deseoso de seguir las huellas de la regeneración cósmica. Así, la pureza y el poder de la Presencia dan una nueva nota, y lo viejo se acaba en verdad y todas las cosas se vuelven nuevas.
El hombre, al sentir el aura humana como una estrella, alcanza su victoria ya que ve el Universo inundado de astros de diferente intensidad. En comparación, su propia luz áurica brilla con mayor fuerza, porque los fuegos de la competencia atizan la llama de la aspiración. Pero de inmediato, porque el incomparable misterio de su ser exquisito se revela finalmente, se queda perplejo al darse cuenta de que no está compitiendo con nadie.
Los cuestionamientos y las dudas sobre la finalidad de la vida ya no ocupan más su mente, porque todas las respuestas nacen en el rito del devenir. La fascinación de la verdad lo envuelve y se va apartando de los viejos conceptos familiares que han sofocado el ardor de la esperanza perpetua en su alma. Está interesado ahora en que los demás también participen de esta gran fuente energética de la realidad que fluye desde arriba. Nada puede llevarse a cabo con su consentimiento que no esté de acuerdo con la voluntad de Dios, porque la voluntad de Dios y la voluntad del hombre ya son una.
La Fluyente Corriente Cristalina del Aura
El aura es una corriente, fluyente y cristalina, que brota del corazón de Dios. Aquí no hay negación sólo un manantial indómito del que en forma continua se derrama una corriente constante de sustancia calificada magnífica y gloriosamente; la sustancia de la vida misma.
Permítaseme decir que, cuando entráis en contacto con las auras oscuras e indolentes de personas que han utilizado indebidamente la mayoría de sus energías a lo largo de su vida, deberías reconocer que en realidad no son felices. Puede que rían, bailen, canten y se divierta, tal vez giman y se lamenten: recorren toda la gama de las emociones humanas; pero no prevalecerá, porque la ley devuelve inexorablemente a cada uno exactamente lo que emite.
El camino de la perfección es el camino natural del aura. Casi cual manía, empero, los individuos raras veces dejan de utilizar mal las energías de su vida, y provocan que sus nervios estén en tensión. Se vuelven como muelles apretados de energía, caprichosamente enroscados, y rechazan las influencias estabilizadoras de la mente crística y del corazón divino. Ya que no tienen otra energía, están obligados a usar la que han encerrado en la espiral de sus incongruencias mentales y emocionales. Así, por su desequilibrio psíquico, el muelle salta y la sustancia impura del aura se derrama en una corriente putrefacta. Toda la delicada exquisitez del alma y la cultura y gracia naturales se desparraman por el suelo, negándosele al reino celestial la oportunidad de actuar a través del aura del individuo.
Decir que sufren es subestimar la realidad, porque debido a que niegan la esperanza del Cristo son castigados por medio de sus pecados y no por ellos. La luz infalible de Dios sigue fluyendo hacia sus corazones, pero pasa desapercibida y no se utiliza; porque, en vez de fluir hacia los recipientes de la virtud - las formas puras y las ideas nobles que conservan la luz de Dios en el hombre -, se la conduce automáticamente a las matrices viejas y encostradas, formadas en años anteriores por las complicaciones del ego y el contacto con las fuerzas del anticristo que impregnan a la sociedad.
Estos patrones mancillan la luz que desciende cual nubes oscuras que filtran el sol del ser e impiden el desarrollo espiritual del alma. No obstante, en momentos de verdad desnuda, hombres y mujeres reconocen sus necesidades internas; y su corazón y su mente piden a gritos la preservación de su alma inmortal. Temen la respuesta del Cielo y, al no reconocer el omnipresente amor del Espíritu, observan impotentes cómo poco a poco el alma pierde el dominio sobre las energías de la vida que recibe continuamente; porque, cada vez que utilizan mal su energía, los marca el hierro de la retribución.
Si bien parece que los que vive en el error escapan durante algún tiempo de pagar el mal que han causado a otras personas, recuérdese que la vida hará sus ajustes y nadie evadirá la responsabilidad de sus actos.
Nosotros no nos interesamos por cuestiones de crimen y castigo, sino por la alegría y el valor que nacen en el alma del crisol de la experiencia.
Guardaos del pecado de la autocomplacencia y de juzgar la vida de los demás. antes de permitir que vuestros pensamientos y sentimientos se cristalicen alrededor de una determinada idea, preguntaos: ¿son en verdad terminantes las evidencias?, ¿conocéis bien los motivos del corazón y las circunstancias kármicas de otras vidas? Si es así, ¿sois capaces de valorar estos factores mejor que el Cielo mismo? El Maestro habló sabiamente cuando dijo: "No juzguéis para que no seáis juzgados".
Que todos recuerden cada día, al pronunciar las palabras de Jesús "Padre nuestro que estás en los cielos", o cualquier otra plegaria o llamado a Dios, que el aura es la luz del Padre. Que los dulces conceptos del Cristo vivo - que traen en la memoria una juventud perdida y la era de la santa inocencia - os hagan recordar las nobles oportunidades que otorga la vida de ser la gracia y la dulzura que esperáis de los demás.
Entonces, sin importar cómo seréis tratados por los hombres, sabréis que el trato que le deis es parte componente de la era venidera, de la maestría para alcanzar, de la condición naciente de adepto. De día y de noche, por el tiempo y por el espacio, a través de la vida y de la muerte, permaneceréis imperturbables como avanzadas del deleite que disipa la oscuridad que cubre ahora el mundo.
Con eterna devoción
Kuthumi
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EL MANTENER Y SOSTENER LA PAZ
La única forma de que la Presencia YO SOY pueda alcanzar la conciencia externa del hombre, es dirigiendo ciertas vibraciones, para que entren dentro de la conciencia externa tales como deseos, sentimientos, aspiraciones, y una presión hacia cierta actividad, a pesar de que la personalidad externa sea frecuentemente incapaz de explicarse mediante RAZONAMIENTOS, eso que es el impulso del corazón. Hasta que el desarrollo del estudiante capacite a la conciencia externa en un estado consciente total, a unirse con el Plan Divino e Imagen sostenida en el Ser Superior, la Presencia YO SOY usará las vibraciones e impulsos sutiles para adelantar el Plan de Perfección, porque el alma y los vehículos inferiores del hombre deben ser receptivos a estas vibraciones a fin de que ellos graben lo suficiente y fuertemente la acción a seguirse.
Nosotros enfatizamos particularmente que se cultive y se mantenga tanto como sea posible una vibración estacionaria y sin cambios, a través de los vehículos inferiores, bajo todas las circunstancias y todo esfuerzo.
Así como la estática destruye un programa de radio o televisión, haciendo a menudo imposible de entender las palabras o mensajes, o interceptar el cuadro, así también la discordia de cualquier naturaleza distorsiona los impulsos y vibraciones de la presencia YO SOY, de tal forma que ellos ni son recibidos ni anclados dentro de la energía de la personalidad externa con la suficiente fuerza como para que se conviertan en guía del diario vivir.
En los momentos de crisis, más que nunca les es requerido a los individuos que mantengan un flujo constante de conexión con su presencia YO SOY, y Nosotros necesitamos que tales individuos construyan ese ímpetu y mantengan y sostengan una acción vibratoria pacífica de tal forma que la receptividad de los Impulsos Divinos puede ser clara y precisa, lo suficiente como para ser una protección y guía para miles de emergencias que puedan manifestarse.
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