sábado, 27 de marzo de 2010

Cuadernillo N° 3

¿QUIEN FUE EL MAESTRO JESÚS?

En nuestros días, quizás provocado por el ciclo cósmico que está atravesando nuestra humanidad, o quizás debido al mayor desarrollo intelectual del hombre, se percibe cada vez más un vivo y creciente interés por la vida del Maestro Jesús. Sus enseñanzas, sus prodigios, sus parábolas, sus milagros, su misión en definitiva, fascinan a personas de todas las latitudes y de cualquier condición social, que desean profundizar en la investigación de los misterios que rodearon su vida.

Los padres de la Iglesia fueron los encargados de autorizar la publicación de la incompleta, parcialmente errónea y tremendamente velada vida de Jesús tal y como podemos encontrar en El Nuevo Testamento. Sin embargo, se detectan en esos relatos incongruencias históricas, errores de ubicación de los lugares y de los acontecimientos, diferencias entre las fechas, ocultación de algunos hechos y tergiversación de otros.

Los Evangelios canónicos, los reconocidos por la Iglesia, se institucionalizaron o formalizaron en tiempos de Constantino, en el año 325, y se desestimaron gran cantidad de escritos y relatos históricos que no se ajustaban a la imagen que querían ofrecer de Jesús. Fue en aquellos años cuando se discutieron y dogmatizaron las más importantes tradiciones cristianas, que quedaron fijadas como pilares de fe inamovibles hasta nuestros días.

Como consecuencia, una de las figuras más controvertidas en la historia de la humanidad, es sin duda la de Jesús el Cristo.

Ya desde su nacimiento, los evangelios nos narran que los estamentos oficiales de la época se vieron movilizados ante la presencia de un ser que, según las tradiciones hebreas, venía a alterar el orden establecido.

Durante su vida provocó corrientes sociales y religiosas a favor y en contra de lo que hacia y sobre todo de lo que decía. Para algunos no pasaba de ser uno más de los profetas que tanto abundaban en aquel tiempo. Para otros, Jesús sólo era el hijo de un carpintero sin mayor trascendencia, por lo que no habla que tenerle muy en cuenta. Para otros, en fin, era el Mesías prometido, el avatar largamente esperado, el gran Maestro capaz de unir al pueblo de Israel y a todo el mundo.

Desde luego, su presencia no dejó indiferente a nadie, si atendemos a lo que nos narran las crónicas evangélicas. Estos datos son, sin embargo, algo difícilmente demostrable histéricamente, pues existen discrepancias entre las crónicas de los historiadores y los evangelios, tanto canónicos como apócrifos, a la hora de presentar a Jesús y sus circunstancias como alguien de relevancia social o religiosa. Fueron sus seguidores quienes se encargaron de difundir su figura y sus obras hasta que éstas tuvieron incidencia en el lugar y el tiempo idóneo para ello, es decir, el imperio Romano, por aquel entonces centro del mundo conocido.

Como todo movimiento filosófico o religioso que cuestione lo institucionalizado, el cristianismo fue percibido como sectario, y realmente, su configuración en los primeros años tenia todas las características de una secta y así era contemplada por quienes seguían fieles a la religión imperante. De hecho, la única diferencia existente entre una secta y una religión es que ésta ha recibido el beneplácito del poder, porque los fines de ambas suelen ser básicamente los mismos, es decir, la captación de fieles, obtención de parcelas de poder social, aportaciones económicas para su mantenimiento, etc., todo ello con el fin de hacer llegar a la mayor cantidad de gente posible el mensaje de salvación que propugna su líder, se llame como se llame.

Históricamente, es fácil observar como todo aquel movimiento filosófico que se sale de lo establecido es tildado inmediatamente con el apelativo de secta, sin tener en cuenta que prácticamente todas las religiones que existen o han existido fueron, en su origen, tachadas de tales y el cristianismo no fue una excepción.

La figura de Jesús fue ensalzada y magnificada por sus adeptos en una labor de promoción digna de la mejor campaña de imagen de cualquier personaje actual, atribuyéndole facultades o características similares a la de los grandes profetas y avatares que habían sido guía del pueblo hebreo, como Isaías, Elías o Moisés, todo ello para hacerle más aceptable por quienes aún permanecían fieles a la ley mosaica. Jesús fue adquiriendo, con el paso de los años, la categoría personal y espiritual necesaria para liderar, después de muerto, un movimiento que trastocó los pilares sociales, políticos y religiosos de la humanidad occidental hasta nuestros días.

Se ha especulado sobre la pertenencia de Jesús a diferentes órdenes herméticas. Se le ha vinculado sobre todo con la comunidad mística de los Esenios, entroncada con la Gran Fraternidad Blanca de Egipto (se dice que José y María eran esenios y también Joaquín y Ana, los padres de María). Se ha escrito sobre si Jesús no murió en la cruz sino en Japón o Cachemira, sobre si era hijo de Dios o sólo un enviado como lo fueron Buda o Krishna.

En fin, que aún hoy, veinte siglos después, se sigue sin tener una idea clara de quién fue realmente Jesús y cuales fueron sus obras y su mensaje, habida cuenta de que él no dejó nada escrito y sus hechos fueron recopilados por discípulos suyos que ni siquiera le habían conocido y que habían escuchado los relatos de boca de otros que, a su vez, lo habían escuchado también.

En el nombre de Jesús se ha realizado lo más maravilloso y altruista a la vez que lo más abominable. Su nombre se ha utilizado para manifestar el amor y el odio; para la aceptación y el rechazo; para dar la vida y para matar; para crear culturas y para destruirlas. Pero en el fondo la pregunta sigue latente: ¿Quién fue Jesús?

Nuestro grupo, durante los años de investigación realizada sobre todo aquello que afecta al ser humano, también se interesó por la figura de este hombre que fue capaz de generar una energía la que se mantiene viva aún después de veinte siglos. Queríamos saber que opinión tendrían sobre él aquellos habitantes de otros mundos con los que mantenemos comunicación desde hace casi veinte años. Nuestra lógica nos decía que si Jesús era quien se decía que era, lo más natural seria que hubiera tenido alguna influencia sobre su civilización o al menos supieran de su existencia. Nos encontramos con respuestas sorprendentes, desmitificadoras y al mismo tiempo clarificadoras sobre la figura del Galileo:

“En primer lugar, conviene que se establezca una clara diferencia entre Jesús y Cristo: Jesús fue un ser humano y Cristo es el nombre que se le ha dado al espíritu de altísima vibración que se manifestó en él durante su vida pública. Trataremos de separar ambas figuras para entender un poco más de su misión.

Desde que el ser humano apareció sobre el planeta Tierra merced a la intervención de civilizaciones más avanzadas cuya misión era precisamente el propiciar esa aparición como parte de un Plan Cósmico de dimensiones inimaginables, la trayectoria seguida por el hombre durante varios milenios fue la adecuada en función de una paulatina adquisición de conciencia tanto de si mismo como de su entorno. Sin embargo, desde que desapareció el continente de la Atlántida y sus habitantes se dispersaron por Europa y América, la evolución natural de aquellos que, a diferencia de los Atlantes, pertenecían a la Tierra, se vio alterada, produciéndose unas mezclas culturales, religiosas, políticas, etc. que trastocaron los planes de quienes habían creado al hombre terrestre a partir de una determinada raza de primates.

El hombre, a parir de ese momento, no supo relacionarse con la divinidad que llevaba en su interior. La idea de Dios, que era su norte, se vio interferida. Muchos de ellos cayeron como esclavos o sencillamente fueron eliminados por aquellos que tenían un mayor dominio de las fuerzas de la naturaleza, los cuales impusieron sus leyes tanto políticas como religiosas. Me estoy refiriendo a los restos de la civilización Atlante, que años después se instaló en Egipto y algunas zonas de América Central. El caos era muy evidente y el hombre avanzaba a pasos agigantados hacia la barbarie por un lado y hacia el politeísmo religioso por otro, lo que a los ojos de quienes tenían la misión de observar, sin interferir en la libertad de los habitantes de la Tierra, significaba un alejamiento de los objetivos que, como humanidad, deberían ser alcanzados. Esto es, la creación de sociedades armónicas basadas en sentimientos de unión tanto social como religioso.

Ante tal estado de las cosas, decidieron interferir. Sin embargo, esta intervención debería estar exenta de interferencias en el libre albedrío de los hombres. Así pues, lo ideal era enviar una serie de “delegados” que fuesen capaces de cambiar la tendencia destructiva imperante. Estos hombres fueron conocidos, según las distintas tradiciones, como rishis, profetas, sabios, magos, patriarcas y, especialmente, los avatares.

La aparición de los avatares muestra la respuesta del Cosmos antes los esfuerzos de evolución del hombre en su deseo de religarse, de reencontrar la fuente de su ser o Dios. Seres de gran desarrollo evolutivo, muy cercanos ya al final del camino de reintegración a Dios, aceptan nacer entre aquellos que están dando los primeros pasos en el sendero, para ayudarles a permanecer en el sin desviarse. Son capaces de enseñarlo porque ellos ya lo han recorrido y lo conocen. Lo muestran como ellos saben hacerlo: con el ejemplo se su vida, en la que vemos el conocimiento profundo de las leyes de la creación.”

A lo largo de la historia de la humanidad han sido enviados distintos avatares para dar referencias claras a los hombres sobre el camino a seguir. En la vida de todos ellos se descubren pasajes idénticos, coincidencias asombrosas teniendo en cuenta el ámbito cultural y social tan dispar donde se desarrollaron. Es necesario admitir con mente abierta el profundo misterio de estos Maestros enviados por el Todo en un continuo velar por la evolución de los seres humanos. Jesús no fue el único ni el primero y hemos de entender eso como premisa para poder entender las enseñanzas y el verdadero mensaje traído a este mundo por cualquiera de los grandes avatares y especialmente por el último y quizás el mayor de todos, Jesús el Cristo.

Con respecto a la concepción y nacimiento de estos seres, nos encontramos con las siguientes coincidencias:

En la India hubo algunos avatares, entre ellos KRISHNA, que nació de la virgen Devaki, elegida por su pureza para ser "madre de Dios".

Los discípulos de BUDA le consideraban engendrado por Dios y nacido de la virgen María o Maya. Se narra en las antiguas escrituras sagradas que el Espíritu Santo (shing-shin) descendió sobre la virgen Maya.

En Siam tienen un dios salvador llamado CODOM, nacido de una virgen, una joven que recibió la visita de un mensajero de Dios para anunciarle que iba a ser madre de un enviado de Dios. Mientras la doncella estaba entregada a la meditación fue "fecundada por un divino rayo de sol".

Cuando los primeros europeos llegaron a la península del Indostán descubrieron con sorpresa que los indígenas adoraban a un Señor y Salvador "divinamente concebido" y nacido de una virgen.

En China, los misioneros jesuitas se sorprendieron al descubrir en la religión de ese país la historia de un redentor divinamente concebido y nacido de una virgen 3.468 años antes del nacimiento de Jesús.

En Egipto abundan las tradiciones en las que se habla de varios mensajeros de Dios nacidos de una virgen por virtud espiritual. HORUS nacido de la virgen Isis. RA también nació de una virgen. La reina virgen Mautmes recibió la visita del dios TOTH el mensajero de Dios anunciándole que habla de dar nacimiento a un divino Hijo de Dios que seria rey y redentor de su pueblo.

ZOROASTRO fue enviado como redentor del mundo, y también nació a través de la concepción de una virgen. En algunas crónicas de la época de CIRO, rey de Persia, es mencionado como si fuera de origen divino y le llaman el Cristo o ungido de Dios. Y así incontables referencias hoy convertidas en leyendas sobre multitud de personajes históricos.

En América también tenían dioses a quienes se atribula origen divino. Mucho antes del desembarco de Colón los antiguos mejicanos adoraban a un salvador y redentor del mundo llamado QUETZALCOATL nacido de una purísima virgen. Descubrieron dibujos y grabados en las que un mensajero celeste anunciaba a la madre que concebirla por mediación divina y darla a luz un niño que seria el salvador del mundo.

Los mayas tenían al dios ZAMA, considerado como el unigénito hijo del supremo Dios. Igual sucedían en las tribus que ocupaban lo que hoy es Perú, Nicaragua, Guatemala y otros países latinoamericanos.

Pero, centrémonos en lo que nuestros Hermanos Mayores nos cuentan sobre Jesús:

“Se necesitaba un hombre con las características físicas, energéticas y mentales adecuadas para poder albergar, en el momento oportuno, un espíritu de lata vibración situado muy cerca del final de la escala evolutiva, es decir, aquellos considerados como Hijos de Dios por su proximidad a Él. Para ello, era necesario un plan de adecuación genética que diera como resultado un ser con las características antes mencionadas, cosa que sólo se podría lograr mediante la modificación natural de la cadena genética de seres humanos en la Tierra, y al decir natural, quiero decir siguiendo los procesos naturales de procreación entre los hombres, aunque, obviamente, introduciendo algunos cambios sustanciales en dicho proceso.

La elección del pueblo de Israel no fue una decisión improvisada. Por el contrario, las tradiciones religiosas de este pueblo, creyente en un solo Dios frente al politeísmo de los que les rodeaban, fue una de las razones. La otra fue el hecho de que en estas tradiciones se incluía la aparición de un Mesías salvador. El pueblo judío creía en la reencarnación y pensaban que la venida del nuevo Gran Maestro o Redentor sería la encarnación de alguno de sus antiguos caudillos o libertadores, acaso Moisés. Pertenecería a la raza aria y seguramente nacería de la estirpe de David. Los esenios y los palestinos de raza aria confiaban que el Mesías naciera concretamente de su propia raza y de entre los miembros de su comunidad. Posiblemente, por aquel entonces, los esenios fueron una de las comunidades de mayor evolución y espiritualidad de la Tierra. Así, una vez elegido el pueblo, era necesario encontrar el momento oportuno y la familia adecuada.

Se eligió a una pareja, Joaquín y Ana. Joaquín era yerno de Isaar, el sumo sacerdote del templo de Helios, situado en las afueras de Jerusalén. Ambos esposos, según las tradiciones, practicaban la filosofía esenia en la Gran Fraternidad Blanca.

La concepción de María fue muy similar a la acontecida años más tarde con Jesús. En ambos casos no hubo intervención física masculina, sino que ambas mujeres recibieron la implantación de un óvulo fecundado a través de “un rayo de luz”. Estos óvulos llevaban un su núcleo la cadena genética de unos seres humanos de mayor evolución que la nuestra, aunque en el caso de Ana incorporando alguna alteraciones en función tanto del receptor como de las características medioambientales del planeta que iba a servir de morada a María. Tengo que recordar que Joaquín hacía cinco meses que se encontraba fuera de su casa, pastoreando ovejas, cuando recibió la visita de un “ángel” que le notificó la buena nueva de su futura paternidad, cosa que Joaquín aceptó de buen grado dado que carecía de descendencia y eso era causa de rechazo social en aquel tiempo. Por otra parte, el hecho de ser un hecho sobrenatural, anunciado por un ángel en presencia de testigos y tener un objetivo tan grande hizo que cualquier rechazo desapareciera de la mente Joaquín.

María fue preparada física, energética y mentalmente por los “ángeles del Señor” en el templo, quienes la atendían y alimentaban, adecuándola para la gran labor que habría de desempeñar: albergar en su seno un ser superior en evolución.”

Sin embargo, con relación a Jesús es muy curioso que ninguno de los escritores contemporáneos, ni sus discípulos, ni Él mismo hagan referencia a su concepción divina y a su nacimiento. Este dogma fue establecido muchos años después de la muerte de Jesús.

En cuanto a la aparición de la estrella y la presencia de los Magos, también existe en muchas tradiciones la antigua creencia de que cuando aparecía un cometa en el cielo era un anuncio de Dios del nacimiento de un Salvador.

Así cuando nació Krishna una refulgente estrella fue el presagio de su nacimiento y los Magos le adoraron ofreciéndole sándalo y perfumes. Cuando nació Buda también una gran estrella anunció el evento y los Magos le ofrecieron madera de sándalo y perfumes. En el año 501 a.C. una estrella de gran tamaño guió a los sabios hasta el lugar donde nació Confucio para que le rindieran homenaje.

Parece ser que la estrella de Belén apareció en el cielo varias semanas antes de que se produjera el nacimiento de Jesús y fue seguida por los Magos desde Oriente. Los Magos no eran sólo astrónomos o astrólogos, sino que eran verdaderos sabios iniciados pertenecientes a escuelas herméticas.

La fecha del nacimiento de Jesús, fijada en la medianoche del 24 de Diciembre tampoco se ajusta a la realidad. Los estudiosos de Palestina de aquella época aseguran que los pastores, dada la inclemencia del tiempo, no se quedaban guardando el ganado durante la noche en el mes de Diciembre, ni siquiera durante el día. Hay dos tendencias, una apunta a que el nacimiento se produjo durante la primavera, en los meses de abril o mayo y la otra que fue durante el mes de Octubre, bajo el signo de Libra.

Según parece, la fecha del 25 de Diciembre la fijaron los teólogos de los primeros siglos de la era cristiana porque durante los siglos precedentes los grandes avatares nacidos de vírgenes, considerados como redentores y salvadores, habían nacido siempre alrededor de esa fecha.

En la India se celebraba en esa fecha el Nacimiento del Dios Sol y todo el pueblo celebraba fiestas religiosas de gran esplendor. Los chinos, mucho antes de la era cristiana, santificaban el solsticio de invierno. Los persas celebraban el nacimiento de MITRA, los egipcios conmemoraban el nacimiento de varios de sus dioses y también otros pueblos como griegos, romanos, germanos, escandinavos, los druidas ingleses e irlandeses, etc. etc.

Al igual que en el caso de Jesús, también en algunos otros se ha trasladado por decreto la fecha de nacimiento de los avatares como ocurrió con Krishna que ahora se celebra en julio o agosto.

La representación de la figura del Niño Jesús que se expone en muchas iglesias desde la Navidad hasta la Epifanía, mostrando al niño entre pañales, también es una antigua costumbre que se celebra desde los tiempos de los egipcios y en muchas tradiciones religiosas de distintos pueblos como los antes mencionados.

Siguiendo con el relato de los Hermanos Mayores:

“Así pues, María ya contaba con un código genético no terrestre. Por tanto, cuando ella engendró de igual forma a Jesús, éste tenía un código genético de iguales características que su padre natural, es decir, aquel ser que donó su senilla, sin que hiciera falta ninguna modificación como en el caso de la concepción de su madre. No es de extrañar, por tanto, que incluso antes de incorporar el espíritu crístico ya tuviera unas facultades mentales y energéticas muy superiores a la media, lo que le hacía aparecer como superior ante sus conciudadanos. Así, Jesús sabía, gracias a la telepatía, que pensamientos rondaban por la mente de quienes le rodeaban. Conocía los acontecimientos que se iban a producir gracias a la precognición. Podía curar enfermedades con la sola imposición de manos o a distancia gracias al dominio que tenía de las energías. En fin, que la mayor parte de sus milagros respondían al hecho de proceder de un mundo donde esos acontecimientos son habituales.

A partir del momento en que fue bautizado en el río Jordán e incorporó la energía o Espíritu Crístico, comenzó su vida pública predicando una relación de hermandad entre los hombres, un mensaje de esperanza:

“Amad y obrad amorosamente con todos; que la esperanza sea el alma de vuestras obras, porque más allá de esta vida hay otra vida futura más perfecta. La aspiración por si sola no os ha de valer. Para alcanzar la perfecta vida futura habéis de empezar por realizarlo ahora, en vuestro interior y después vivirla en la humanidad por medio de actos de amor y obras caritativas.”

Los milagros de Jesús no fueron sobrenaturales sino hechos basados en un profundo conocimiento de la leyes de la naturaleza. Todo ser humano posee congénitamente el divino poder taumatúrgico, y todos tenemos la capacidad de actualizarlo en mayor o menor grado con el necesario dominio mental para su aplicación. Jesús mismo lo corroboró al decirles a sus discípulos que podrían hacer las cosas que Él hacía y aún mayores.

Los avatares que le precedieron obraron también milagros, pero no fueron esos sus hechos más significativos, sino su mensaje, las palabras de esperanza y paz que difundieron entre las gentes.

Cuando Jesús creyó llegado el momento de dar el siguiente paso adelante en su misión, consultó con su padre. Esto era algo habitual en Jesús. En ocasiones se retiraba a meditar a algún lugar alejado, lejos de las miradas de los curiosos y allí recibía la visita de su padre natural o de alguno de sus embajadores. Estos le comunicaban que había llegado el momento de asumir temporalmente, y sólo en algunas ocasiones, el espíritu o energía de altísima vibración que haría que sus palabras y obras adquirieran la difusión y la fuera necesarias para ser llevadas a través del espacio y del tiempo hasta los hombres que alcanzasen el final de la actual generación, como es nuestro caso.

No os escandalicéis por nuestras palabras. Jesús era un ser humano y como tal tenía la necesidad de comunicarse con quienes le había elegido para la sublime misión de dar referencias a una humanidad en vías de repetir, nuevamente por dolor, un ciclo evolutivo de 25.000 años.

La vida pública de Jesús tuvo un efecto sorprendente entre las gentes que le seguían. Sus palabras iban impregnadas de una energía tan sutil y al mismo tiempo tan poderosa que quienes la escuchaban sentían como vibraban todas la células de sus ser. Sin embargo, aquellos que sentían que su poder hegemónico podía tambalearse, aquellos que seguían y aún siguen la ley de sus antepasados, sin tener en cuanta que las leyes deben adaptarse a cada momento evolutivo del ser humano, esos rechazaron categóricamente que Jesús pudiera ser el Mesías prometido. El miedo ante la fuerza desplegada por Jesús, muy superior al de los otros profetas contemporáneos, les indujo a buscar la forma de su eliminación. No tuvieron en cuenta las consecuencias de sus actos. Un hombre “especial” como era Jesús no podía desaparecer sin que su huella permaneciera a lo largo de los siglos.

Aunque la religión cristiana fundamenta sus enseñanzas en la necesidad de la muerte de Jesús como medio para salvar a la humanidad, la misma sólo era contemplada por los encargados de la “misión” como parte del programa para “que se cumplieran las escrituras”, es decir, para que los judíos aceptaran a Jesús como su Mesías, cosa que, como se puede apreciar, no surtió efecto. Si lo surtió, en cambio, para aquellos que transformaron una cuestión político-religiosa en toda una religión. Jesús no tenía necesidad de morir y sólo la responsabilidad adquirida le hizo seguir adelante cuando sus fuerzas flaqueaban. La oración en el huerto fue una llamada postrera a los responsables de la misión:

“Si es posible, pase de mi este cáliz”.

Por otra parte, algunas de las frases que Jesús pronunció antes de morir en la cruz iban dirigidas claramente a esos responsables, como por ejemplo:

“¡Padre, ¿por qué me has abandonado?!”

Poco después dijo:

“En tus manos encomiendo mi espíritu”.

Y finalmente:

“Todo ha concluido”.

Fue en ese momento cuando Jesús Hombre y Jesús Cristo volvieron a divorciarse. La misión de Cristo había concluido, su labor en la Tierra había terminado y Jesús ya no encarnaba o no representaba al Logos.”

La aparición de Jesús en medio de los Apóstoles en varias ocasiones después de la resurrección constituye una muestra de la facultad mística del Maestro para proyectar su personalidad y su conciencia a puntos lejanos de su cuerpo físico. Esas manifestaciones superiores del dominio de las leyes espirituales eran muy frecuentes en Jesús y en los avatares del pasado.

El cambio que se operó en Él a nivel físico fue tal, que muchos de los que le habían tratado antes de la crucifixión no le reconocieron.

El pasaje de la ascensión a los cielos también tiene réplica idéntica en la vida de los otros avatares. La historia nos narra como ellos fueron ascendidos a los cielos por una luz refulgente, una nube misteriosa o un rayo deslumbrante.

Por último, nuestros “amigos del espacio” nos dicen:

“La raíz cósmica del Espíritu Crístico la encontramos en la estrella Sirio. Había alcanzado ya el grado de Logos Solar y es un espíritu adscrito de alguna manera a vuestro planeta. Volverá a manifestarse cuando llegue el final de vuestra generación.

El Espíritu Crístico sólo se manifestaba en Jesús cuando éste se dirigía a las multitudes, el resto del tiempo no era necesario dadas las características personales que poseía. El nombre de Jesucristo no responde sino a determinados y muy concretos momentos de la vida de Jesús. Él no quiso que su figura se manipulase y se crease toda institución que, como se ha podido comprobar, no ha representado como tal la razón de su venida a nuestro mundo. No hay más que analizar la historia de la iglesia desde ese momento hasta el actual para comprender que la misión de Jesús y su “equipo” sólo ha podido llegar a buen puerto gracias a los hombres sencillos que han hecho de sus mandamientos

AMARAS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PROJIMO COMO A TI MISMO

Su norma de vida. La institución religiosa ha servido de notario del mensaje y como tal notario ha cobrado, siglo tras siglo, una buena minuta”.

*****

PLEGARIA

ESCUCHA DIOS:

Yo nunca hablé contigo, hoy quiero saludarte.

¿Cómo estás?

Sabes, me decían que no existías y yo tonto creí que era verdad.

Anoche vi tu cielo oculto en un hoyo de granada. ¿Quién iría a creer que para verte, bastaba con tenderse uno de espaldas?

No sé si aún querrás darme la mano, al menos creo que me entiendes. Es raro que no te haya encontrado antes, sino en un infierno como éste.

Pues bien... ya todo te lo he dicho, la ofensiva nos espera para muy pronto.

Dios, no tengo miedo, desde que descubrí que estabas cerca. ¡La señal! Dios ya debo irme. Olvidaba decirte que te quiero.

El choque será horrible en esta noche.

Quién sabe... tal vez llame a tu cielo.

Comprendo que no he sido amigo tuyo, pero ¿me esperarás si hasta Ti llego?

Como miras Dios, estoy llorando... Tarde Te descubrí, cuánto lo siento.

Dispensa... debo irme. Buena suerte...

(Qué raro, sin temor voy a la muerte...)

Encontrado en el bolsillo de un soldado muerto durante la segunda guerra mundial.

*****

Querido Amigo:

Te escribo desde mi cruz a tu soledad, a ti, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme. A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras. A ti, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrarme, a ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo.

Yo soy el principio y el fin: soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir. Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para morir. Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte. Fui maestro y servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la tuya. Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder y sé muy bien lo que vales. Sé que quizás tu vida te parezca pobre a los ojos de Dios, sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido: conócete a ti mismo y me harás un lugar a mí... Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuestas. A veces también me duele que me ignores y me condenes como Pilato, otras que me niegues como Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas.

Y hoy, te pido paciencia para tus padres, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus hermanos, compasión para el que sufre, servicio para todos. Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista... Desearía que tu vida sea alegre, joven y cristiana.

Cada vez que sientas que aflojas, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame. Cada vez que creas que no servís para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma del prójimo. Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo. No te canses de pedirme que yo no me cansaré de darte, no te canses de seguirme que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo. Aquí a tu lado me tienes, estoy para ayudarte.

Te quiero mucho,

TU AMIGO: JESÚS.

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Querido Hijo:

Tú, que eres un ser humano, eres Mi milagro. Y eres fuerte, capaz, inteligente, lleno de dones y talentos.

Entusiásmate con ellos. Reconócete, acéptate, anímate y piensa que desde este momento puedes cambiar tu vida para bien, si te lo propones y te llenas de entusiasmo. Y, sobre todo, si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con sólo desearlo.

Eres Mi creación más grande. Eres Mi milagro. No temas comenzar una NUEVA VIDA. No te lamentes nunca, no te atormentes, no te deprimas.

¿Cómo puedes temer si eres Mi milagro? Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del Universo. Eres único; nadie es igual a ti. Te hice perfecto.

Sólo en ti está aceptar el camino de la felicidad, enfrentarlo y seguir siempre adelante, hasta el fin. Simplemente porque eres LIBRE. Te hice libre. En ti está el poder de no atarte a las cosas. Las cosas no hacen la felicidad.

Te hice perfecto para que aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyas con tonterías.

Te di el poder de pensar, de amar, de determinar, de sonreír, de imaginar, de crear, de planear, de hablar, de rezar... y te seguí por encima de los ángeles... cuando te di el poder de elección. Te di el dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad.

¿Qué has hecho de esas tremendas fuerzas que te di?

De hoy en más olvida tu pasado, usando sabiamente ese poder de elección. Elige amar en lugar de odiar; reír en lugar de llorar; alabar en lugar de criticar; crear en lugar de destruir; perseverar en lugar de renunciar, curar en lugar de herir; dar en lugar de robar; actuar en lugar de aplazar; crecer en lugar de consumirte; bendecir en lugar de blasfemar y elige VIVIR en lugar de morir.

Aprende a sentir Mi presencia en cada acto de tu vida. Crece cada día un poco más en el optimismo y en la esperanza. Deja atrás los miedos y los sentimientos de derrota.

YO ESTOY A TU LADO SIEMPRE. Te estoy esperando para amarte. Si has de venir a Mi un día, que sea HOY, en este momento. Cada instante que vivas sin Mi, es un instante infinito que pierdes de paz.

Trata de volverte niño: simple, inocente, generoso, dador, con capacidad para conmoverte ante la maravilla de saberte y sentirte humano. Porque puedes conocer Mi amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor.

No te olvides de que eres Mi milagro, que te quiero FELIZ, con misericordia, con piedad, para que este mundo que transitas pueda acostumbrarse a reír...., siempre que tú también puedas reír.

Y si eres Mi milagro, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente contagiando esperanza y optimismo sin temer, porque Yo estoy a tu lado....

Te besa tu Papá

Dios

Desde las estrellas...

Comunicación a distancia

En las postrimerías del milenio el hombre de la Tierra se complace imaginándose poderoso, su tecnología le ha permitido enviar sofisticadas máquinas que se adentran en el espacio y escudriñan lejanos planetas.

Sólo necesita encender una pantalla o apretar un botón e inmediatamente se comunica de un distante país a otro. Vive sumergido en la Era de las Comunicaciones, o al menos eso cree, porque si se ve privado de botones y pantallas se encuentra perdido y aislado.

Sólo sabe de comunicación a distancia, apenas recuerda cómo transmitir sus más íntimos sentimientos a sus seres más cercanos. Esconde su vulnerabilidad y la recubre con innumerables signos de pretendida distinción: coches, casas, joyas, posición política o económica..., y cuanto más se protege más solo se encuentra.

Pobre pequeña y orgullosa gota de agua incapaz de comprender que por si sola apenas tiene fuerza para estremecer el pétalo de una flor y sobre el cristal se seca rápidamente sin dejar huella. En cambio, unida a otros millones como ella, tiene el poder de generar vida y su fuerza es imparable.

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Guerra de los Balcanes

Un verdadero clamor nos llega de vuestro planeta desde que se inició la guerra de los Balcanes. Son millones y millones los seres que invocan a los cielos en petición de ayuda para que el horror se acabe.

Desde nuestros planetas observamos la locura sin poder intervenir más que con envíos de pensamientos positivos, esperando que calen en la mente y el corazón de aquellos que pueden parar esa locura. Sin embargo, sois vosotros mismos los que tenéis en vuestras manos la posibilidad de que todo se acabe. LA FUERZA DE LA RAZON no puede ser anulada por LA RAZON DE LA FUERZA, como ha sido la mayoría de las veces en vuestra historia.

Es vuestra energía, vuestra implicación personal al nivel que sea, vuestras protestas masivas las que pueden empezar a producir vías de entendimiento y de solución. Sólo sintiendo el dolor de los errores es como avanzan las civilizaciones menos evolucionadas. Hora va siendo ya de que los terrestres aprendan por la comprensión del papel que juega el ser humano en su planeta y en el universo.

Entretanto, nosotros seguiremos enviando nuestros pensamientos de amor y concordia para que, algún día, los que piensan que sojuzgando a los que no piensan igual que ellos es como se logra la paz, puedan verse reflejados en los ojos temerosos de cualquiera de los millones de niños que no comprenden por qué unos hombres matan a otros hombres.

Sólo la energía del amor altera las estructuras de las demás energías.

Sólo el sentimiento de hermandad produce la modificación energética de una sociedad.

Sólo la amistad puede quebrar las pasiones negativas.

Sólo la generosidad puede desequilibrar los sistemas financieros más duros.

Sólo la paz puede eliminar los parásitos que degradan un planeta.

Sólo la curiosidad puede hacer que el hombre rompa sus ataduras físicas.

Sólo la energía de fusión puede hacer que dos cuerpos sólidos se fundan en uno solo.

Sólo el amor, nuevamente, puede cambiar la estructura del universo.

Con Amor Acael

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Contaminación

La actitud de los dirigentes y empresas de vuestro planeta que no tienen escrúpulos en contaminar las aguas, el aire y los alimentos, contrasta grandemente con la actitud de esos otros seres humanos que, llegados de las estrellas, tratan de preservar especies de fauna y flora en peligro de extinción.

El hecho de que la mayoría de las especies animales y vegetales que pueblan vuestro planeta sean originarias de otros lugares de la galaxia, impele a estos hombres a tratar de conservarlos, pues saben que su existencia puede ser de utilidad en un futuro, tanto a vosotros como a otras humanidades.

El desgaste ilógico que hacéis de las reservas de energía sin buscar alternativas ecológicas, como la solar o la eólica, es un proceso raque se ha repetido en otros muchos lugares que se han visto abocados casi a la desaparición. Los motivos económicos más la carencia de una visión de futuro, es lo que lleva a la humanidades desarrolladas tecnológicamente a entrar en callejones sin salida, pues ese desarrollo no está equilibrado con uno de carácter ético y moral.

En un futuro, comprenderéis que sólo creando vida es como se puede sobrevivir en un mundo con recursos limitados como es el vuestro. Si al recoger lo sembrado no se guarda lo necesario para la próxima siembra, el resultado es el hambre, la enfermedad y la desaparición como humanidad.

Vivid armónicamente con vuestro entorno respetando la vida, como un don divino y sentíos ecológicos por dentro y por fuera; sólo así LA VIDA se abrirá paso en vuestros corazones y seréis inmortales.

Con amor, Acael.

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