Sabemos que la energía se manifiesta a través de dos polaridades, una activa y otra pasiva o, si lo prefieren, UNA POSITIVA Y UNA NEGATIVA.
Según el tipo de enfermedades una de esas dos polaridades será la que esté disminuida en el órgano afectado, y en todo el cuerpo.
Cuando las enfermedades, o afecciones, sean de las siguientes características, sabremos que el cuerpo necesita ENERGÍA POSITIVA:
- Heridas
- Hemorragias
- Fracturas
- Estreñimiento
- Infecciones
- Dolor intenso
- Células que se reproducen de manera anárquica.
Cuando las enfermedades, o afecciones, sean de las siguientes características, sabremos que el cuerpo necesita ENERGIA NEGATIVA:
- Anemias
- Resfriados
- Insomnio
- Agotamiento físico en los convalecientes, o por un trabajo físico agotador
- Reumas
Recuerden siempre que el concepto de energía positiva o negativa no quiere decir buena o mala, sino que es una cuestión de polaridades, una es activa y la otra pasiva.
Veremos ahora la manera en que podemos utilizar el elemento fuego, que está representado por los impulsos emanados de nuestro cerebro, que se transmiten por todo el organismo por los nervios en forma de impulsos nerviosos, y que estimulan y dirigen la polaridad positiva o negativa de la fuerza vital, por medio de la concentración, a los órganos afectados por cualquier tipo de enfermedad.
MÉTODO DE PROCEDIMIENTO
Debemos recordar siempre que no somos nosotros los que curamos, sino que es la Naturaleza, con sus procesos constructivos, la que produce el cambio que permite el restablecimiento de la salud.
Cuando nosotros aplicamos un método terapéutico, lo que estamos haciendo es ayudando a los procesos constructivos naturales, para que éstos actúen.
En otras palabras: DEBEMOS AYUDAR A LA NATURALEZA.
Para ello, además del método terapéutico que estamos empleando, deberíamos proceder en nuestras actividades, al menos mientras dure la enfermedad, de la siguiente manera:
1) Debemos alimentarnos adecuadamente, de una manera sana y equilibrada.
2) Debemos tomar agua en cantidad suficiente, al menos unos 8 vasos de agua al día.
3) Debemos hacer ejercicios respiratorios, como los que se indicaron, para proveer a nuestro organismo con la necesaria fuerza vital.
4) Debemos descansar, durmiendo al menos 8 horas al día, y, si es posible, algunas más mientras dure la enfermedad.
5) En las enfermedades en las que haya que recuperar el funcionamiento de algún músculo o de algún elemento dependiente del aparato motor del cuerpo, huesos, tendones, etc., es conveniente hacer ejercicios suaves de movimientos recuperatorios, concentrándonos, al mismo tiempo, en la zona afectada y en el mismo proceso del movimiento.
En el Ejercicio N° 11 se indicará como transmitir energía de polaridad positiva a algún lugar del organismo.
En el Ejercicio N° 12 se indicará como transmitir energía de polaridad negativa a algún lugar del organismo.
Tal como ya se indicó, estos tratamientos de naturaleza metafísica están relacionados con el elemento fuego, pero es
necesario recalcar, una vez más, que cuando nos referimos al elemento fuego, lo mismo que en el caso de los otros elementos, estamos tratando con una CONDICIÓN ESPECIFICA DE LA NATURALEZA.
Eso quiere decir que el concepto del elemento fuego, o de los otros elementos, bajo el punto de vista esotérico y más concretamente en lo que se refiere a nuestro cuerpo, no tiene que revestir la forma que conocemos habitualmente por el fuego ordinario, sino que se trata de una condición vibratoria que tiene su equivalencia en todos los planos de manifestación.
La condición vibratoria del elemento fuego es la más elevada, la más rápida, y como consecuencia de esa elevada tasa vibratoria se pueden producir efectos determinados que, como en el caso del plano físico o material, producen calor o la condición que nosotros conocemos como tal, pero que en planos de manifestación más sutil, como en el caso del pensamiento o del espíritu, dicha elevada tasa vibratoria, aún sin tener manifestaciones visibles por su elevada vibración, producen efectos de transmutación y cambio.
En el caso del cuerpo humano, como resultado de la unión del oxígeno con los demás elementos químicos del cuerpo, se produce una combustión que genera calor. Por eso, mientras estamos vivos, nuestro cuerpo tiene calor, que es el resultado de dicha combustión, por lo que, con mucha propiedad y tomándolo como un ejemplo ilustrativo, podríamos decir que nuestro cuerpo, mientras tiene vida, es un horno en combustión.
Ahora bien, esa combustión no se produce solamente porque el oxígeno entra en contacto con los elementos químicos del cuerpo, sino que también pasa en los cadáveres, pero en ellos no se produce dicha combustión, porque les falta vida.
La combustión del oxígeno con los elementos químicos del cuerpo se produce porque la fuerza vital, que previamente se ha distribuido por todo el organismo, estimulada por el impulso de la mente, produce la "chispa" que hace entrar en combustión al oxígeno con los elementos químicos de nuestro cuerpo.
Es por ello que nuestra concentración mental, cuando estamos usando tratamientos metafísicos, según el método que aquí explicamos, al dirigir los impulsos nerviosos que canalizan y concentran la fuerza vital, produce el efecto del "fuego" que necesitan los diferentes órganos o zonas de nuestro cuerpo que pudiesen estar enfermos, con lo que al reequilibrarse conseguimos las condiciones adecuadas para que nuestra naturaleza reaccione y logremos nuestra recuperación o la de otros.
El Ejercicio N° 13 les proporcionará el método que les permitirá aliviar el dolor de cabeza en Vds. mismos.
El N° 14 se aplica contra el dolor de los ojos.
TRATAMIENTO METAFÍSICO CON EL ELEMENTO FUEGO A OTROS
Es conveniente que, en estos momentos, hagamos algunos comentarios con respecto a la técnica que nos permita estimular la energía psíquica en nuestro organismo a fin de producir ciertos resultados muy importantes, que siempre se han considerado ocultos, en lo concerniente a la mente, su proyección en el tiempo y en el espacio, y a la relación espiritual de nuestro cuerpo físico y el cuerpo astral con el mundo espiritual.
Cuando estemos aplicando el elemento fuego, de la manera que les indicaremos, para obtener una mejora en la salud de otros que soliciten nuestra ayuda, deberemos hacerlo sobre el sistema nervioso simpático, al cual hemos hecho referencia anteriormente.
La razón de ello es que el sistema nervioso simpático es el que canaliza la mayor parte de la energía de carácter espiritual en nuestro organismo, de tal manera que controla el funcionamiento automático de nuestros órganos, que son regulados por la inteligencia cósmica que se encuentra en esta energía.
Eso permite que los órganos de nuestro cuerpo, de cuyo funcionamiento no somos conscientes, funcionen noche y día; en los períodos de nuestra actividad normal y en los de reposo.
Si tenemos en cuenta de que estamos conscientes sólo un período del día, en el que estamos activos, y estamos inconscientes objetivamente en los períodos de sueño y de descanso, es evidente que nuestros procesos de pensamientos habituales no podrían controlar el funcionamiento automático de todo nuestro cuerpo en los períodos de sueño y de reposo, por lo que es necesario que los órganos de nuestro cuerpo sigan funcionando, para lo cual la inteligencia cósmica y espiritual que todos poseemos, aunque normalmente no seamos conscientes de ella, vitaliza y estimula a todas las partes de nuestro cuerpo para que su funcionamiento sea correcto, y que esté debidamente regulado, en cualquiera de las situaciones, dormidos o despiertos, que nos encontremos.
Es el sistema nervioso simpático el que canaliza la energía e inteligencia cósmica necesaria, que ya sabemos que está relacionada con el elemento fuego, a través de sus conexiones con todas las partes del cuerpo, para que la vida se mantenga en nuestro organismo por medio del funcionamiento adecuado de todos sus órganos.
El sistema nervioso simpático está relacionado y unido con el sistema nervioso central, por medio de dos pequeños nervios que unen a ambos sistemas nerviosos, por medio de una conexión que se produce a través de la unión de las vértebras.
Para tener una visión completa de lo que les indicamos, les sugiero que vean atentamente el diagrama que va al otro lado de la hoja, y que muestra un dibujo esquemático de una par de vértebras
el cordón nervioso espinal, que se encuentra en el interior de la columna vertebral y los dos cordones del sistema nervioso simpático que va a lo largo de ambos lados de la columna vertebral, uniéndose al sistema nervioso central por medio de esos dos pequeños nervios de conexión, a los que se denomina ramas.
Observarán que en el punto donde se unen las ramas con el sistema nervioso simpático se forma un ganglio, del cual salen diferentes conexiones nerviosas que vitalizan y estimulan todos los órganos del cuerpo.
En este momento el estudio de las diferentes conexiones de todos los ganglios con los órganos del cuerpo no interesan, sino solamente los PUNTOS PRINCIPALES, los - BÁSICOS, que nos permitirán aplicar la energía precisa para la recuperación de la salud dejando
Cuando nosotros nos concentramos en enviar energía a nuestro organismo, lo que sucede es que, además de enviar energía a los diferentes órganos que están afectados, la energía nerviosa que hemos generado por nuestra voluntad, y que se transmite por el sistema nervioso central, estimulan los ganglios del sistema nervioso simpático, que están relacionados con los órganos afectados, por lo que la energía que hemos emitido, sea de polaridad positiva o negativa, van con más fuerza ya que hemos estimulado al ganglio, o ganglios, del sistema nervioso simpático que están relacionados, por sus conexiones nerviosas, con el órgano afectado por una enfermedad.
De esa misma manera, cuando queramos transmitir energía, de cualquiera de las polaridades, para ayudar a otros, por el método metafísico llamado POR CONTACTO, utilizaremos nuestras manos que, al apoyar los tres dedos (pulgar, índice y corazón) juntos, dependiendo de la polaridad energética que queramos transmitir, estimularán el ganglio preciso del sistema nervioso simpático de la persona que está recibiendo tratamiento, por lo que la energía que vamos a transmitir llegará con más fuerza, con más poder y más eficazmente, al órgano u órganos que se encuentren afectados por una enfermedad.
ADVERTENCIA
Cuando vayan a dar tratamientos a otras personas deberán observar ESTRICTAMENTE las siguientes normas:
1) Solamente deberán dar tratamientos a familiares, amigos íntimos, o en caso de emergencia a personas extrañas.
2) Solamente deberán dar tratamiento a personas que se lo SOLICITEN. Pueden informar a algún familiar y amigo que esté enfermo que están siguiendo un curso de mejoramiento que les permite ayudar a quien lo necesite, si la persona está conforme en que se le ayude, entonces podrán hacerlo, pero no OBLIGUEN nunca a nadie a recibir un tratamiento que no desean.
3) No permitan que nadie les tome por curanderos, o por personas que están obligados a resolver a otros sus problemas. Hay personas que cuando son ayudadas siempre están exigiendo que les ayudemos a resolver lo que ellos mismos deberían hacer; esas personas suelen ser egoístas que violan continuamente las leyes de la salud y esperan que otros estén obligados a rectificar lo que ellos han estropeado. Por lo tanto, estos métodos deben utilizarlos en personas sensatas que sepan apreciar y no ABUSAR de la ayuda que se les dispense.
4) No esperen nunca agradecimiento de los demás; lo que hagan deben hacerlo por amor al prójimo, sin esperar reconocimiento ni recompensa, y sin desanimarse por la ingratitud y la incomprensión que, en muchos casos, tienen hacia nosotros aquellos a quienes ayudamos. Que lo que puedan hacer en favor de otros sea siempre por solidaridad y amor.
5) Guarden siempre una ética intachable, nunca se aprovechen de su servicio.
6) Cuando den tratamiento a alguien debe haber siempre otra persona delante para que, de esta manera, se eviten comentarios negativos sobre su moralidad, o sobre el servicio que Vds. estén dando a la persona que ha solicitado su ayuda.
Si observan estas normas se evitarán muchos problemas, muchos comentarios y muchas dificultades e incomprensión por lo que puedan hacer en favor de otros.
Recuerden siempre que aunque nuestras intenciones sean buenas, vivimos en una sociedad que aún no está lo suficientemente evolucionada, por lo que, en muchos casos, hay gente que está más interesada en sacar faltas, hacer comentarios negativos, levantar calumnias, etc. que ver lo positivo y bueno de nuestra acción.
El tratamiento POR CONTACTO que podemos dar a otros, en el caso de que necesitemos transmitir el elemento fuego o, si lo prefieren, la transmisión energética en sus dos polaridades (positiva y negativa) a otras personas que necesiten nuestra ayuda para el restablecimiento de la salud, ha de hacerse sobre los ganglios del sistema nervioso simpático.
Al hacerlo así estimulamos estos puntos desde los cuales parten las diferentes conexiones nerviosas que comunican con todos los órganos de nuestro cuerpo, merced a lo cual llegan a los mismos impulsos nerviosos y la energía psíquica que permiten el funcionamiento automático de dichos órganos.
Les presentaré ahora cómo deben proceder para dar los tratamientos indicados, tanto para una como para otra polaridad.
Anteriormente en este escrito se ha indicado el tipo de energía que ha de aplicarse para cada caso en particular; ello les permitirá saber el tipo de polaridad que han de transmitir para ayudar a otros a la recuperación de la salud.
El Ejercicio N° 15 indicará cómo proceder contra el dolor de cabeza de otra persona.
El Ejercicio N° 16 indicará el proceso para transmitir energía positiva, y el N° 17 para el suministro de polaridad negativa.
La temática que se ha ido desarrollando en este cuadernillo, es, sin duda alguna, el mejor y más completo método de terapéutica por medio de la transmisión de energía vital, y de los cuatro elementos como formas de expresión de la energía universal, que se haya expuesto de una manera tan sistematizada.
Lo que aquí se ha enseñado es más que suficiente para que, aplicado correctamente, según las indicaciones que se han ido dando, puedan resolver muchísimos problemas de salud, tanto para Vds. como para otras personas.
No obstante, es conveniente que consideremos algunos puntos de mucha importancia que les darán nuevas luces sobre todo lo concerniente a la armonía en nuestro organismo, o a los procesos inarmónicos que, en muchos casos, se definen incorrectamente como enfermedad.
LA NATURALEZA EVOLUTIVA
Un punto a tener en cuenta es que nos manifestamos de acuerdo con las leyes de la Naturaleza en la cual, no lo olvidemos, hay siempre un proceso evolutivo y otro devolutivo, por medio del cual se recomienza de nuevo con otro proceso evolutivo más perfecto y así sucesivamente.
En algunas ocasiones lo que llamamos enfermedad, sobre todo en la niñez, es un proceso de transformación natural que prepara a nuestro cuerpo, mente y espíritu para un estado más amplio, completo y evolucionado.
Se da el caso, totalmente natural, de que en los niños que se encuentran en fase de crecimiento y de desarrollo, se produzcan enfermedades poco serias, como resfriados, faringitis, etc., como resultado de ese desarrollo acelerado.
Es frecuente que una persona, en el período de la niñez y de la pubertad, tenga una de esas ligeras afecciones que, después de un período espectacular de fiebre, malestar, debilidad, etc. remita y tengamos la sorpresa de que el niño ha crecido unos centímetros, eso es lo que habitualmente se conoce como DAR UN ESTIRÓN.
Naturalmente que en este caso, como en todos los demás, se debe cuidar atentamente a quien tiene esa afección, pero no es algo excesivamente preocupante.
Por otra parte, el cuerpo debe irse ajustando en sus características físicas a las nuevas condiciones vibratorias que supone un cambio en el pensamiento, en la personalidad, e incluso en la trayectoria espiritual de los individuos, por lo que es relativamente frecuente que cuando una persona tiene una transformación interna sufra también algún tipo de transformación exterior.
EL PODER DEL PENSAMIENTO
Ya hemos estudiado el poder que el pensamiento ejerce sobre nuestro cuerpo. Sabemos que muchas enfermedades, en un altísimo porcentaje, son producidas por traumas, bloqueos mentales y por la autosugestión.
Es conveniente que el estudiante tenga bien asumidos los principios con respecto a la importancia del nivel de consciencia Subconsciente, que regula el funcionamiento automático del cuerpo y de los procesos mentales.
En el estudio y en la aplicación práctica de los procesos concernientes al subconsciente, así como las técnicas de programación mental, encontrarán una herramienta poderosísima para el mantenimiento y mejora de la salud, cuando ésta se ve afectada por los procesos mentales incorrectos.
Se da una paradoja CAUSA DE MUCHAS ENFERMEDADES y es que hay algunas personas que están tan preocupadas por el buen mantenimiento de su salud que, realmente, están pensando en la ENFERMEDAD y en cómo evitarla.
Ese comportamiento y forma de pensar hipocondríaco hace que la mente de las personas que están excesivamente PENDIENTES DE SU SALUD, estén, en realidad, creando las condiciones mentales necesarias para crearse, a sí mismos, alguna enfermedad.
Debemos ser sensatos y dar importancia al buen funcionamiento de nuestro organismo pero, en modo alguno, debemos estar siempre pendientes de cualquier sensación, por insignificante que sea, sobre el mantenimiento de la salud.
Debemos mantener un pensamiento positivo, se deben sentir radiantes de vitalidad y de salud, y vivir la vida plenamente de una manera sensata sabiendo que, si por cualquier circunstancia su salud es afectada, pueden corregir el estado de desarmonía.
Recuerden siempre que la vida, en sí misma, es un RIESGO CONSTANTE que debemos asumir con inteligencia y conocimiento y que, como muy bien podemos comprender, está llena de experiencias agradables y desagradables para, al final, terminar nuestro período actual de existencia en el plano físico, como una fase de la misma naturaleza, para después, en una forma más perfecta, renacer en un cuerpo nuevo que nos permitirá seguir aprendiendo en este mundo material.
LA CUESTIÓN KÁRMICA
Uno de los aspectos que no debemos olvidar, en lo concerniente a la salud, es el tema de la Ley del Karma.
Muchas enfermedades son el resultado de causas kármicas. Esto no quiere decir que las enfermedades estén producidas para que sirvan como un castigo contra nosotros por alguna falta que hayamos podido cometer en el pasado, o en una vida anterior.
La función de la Ley del Karma, como ya hemos estudiado, no es la de premiarnos o castigarnos sino la de servir como ENSEÑANZA y toma de consciencia, tanto en sus aspectos positivos como en los negativos.
Cuando padecemos alguna enfermedad, esta puede ser el resultado de alguna ley Cósmica, o natural que estemos violando y hasta que no hayamos corregido esa condición inarmónica la enfermedad no desaparecerá, o volverá a producirse.
Por ejemplo: si una persona padece de continuos resfriados porque está viviendo, o desarrollando alguna actividad, en un lugar donde hay mucha corriente de aire, esa persona se puede curar, pero volverá a recaer mientras no se retire de ese lugar o corrija el problema de la corriente de aire.
Con este ejemplo queremos indicar que algunas enfermedades son causadas porque, de alguna manera, estamos violando una ley natural, o porque nos movemos en un medio en el cual estamos en desarmonía; por ello es tan necesario que cuando estemos enfermos, además del tratamiento adecuado, analicemos nuestra vida y veamos las condiciones físicas, mentales, y espirituales que debemos corregir para permanecer en un estado armónico.
Bien es cierto que no nos damos cuenta de las ventajas que supone tener una buena salud más que cuando la hemos perdido. Ese momento, en el cual somos conscientes de la importancia de la salud, debe servirnos como un punto de reflexión que nos permita evolucionar y corregir aquello que en nuestra vida no es adecuado.
Es una costumbre, de la cual ya les hemos advertido, que algunas personas esperan que otros les ayuden continuamente, nos pidan que les demos tratamiento de forma continuada. Nuestra obligación moral es ayudarles, pero si después de darles tratamiento, y habiéndose recuperado, esas personas persisten en sus errores y vuelven a caer enfermas por los mismos motivos, es necesario que les dejemos con sus responsabilidades para que la Ley del Karma les enseñe a corregir sus propios errores.
En modo alguno estamos obligados, y mucho menos es conveniente, a cargar con el Karma de los demás. Podemos ayudar a quien, por algún motivo, nos ha encontrado en su camino para que le demos la solución, le ayudemos o le pongamos en la vía correcta para sobrellevar su karma; en cierto modo es ayudar en el karma de los demás, pero lo que no podemos hacer es cargar con la vida y responsabilidades de los otros si ellos mismos no hacen nada para ayudarse a salir de su situación.
Esta advertencia no es falta de solidaridad, todo lo contrario, sino hacernos conscientes de la realidad, para que sepamos cómo ayudar a los demás para que ellos se ayuden a sí mismos.
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